Rafael
Gallegos
Reloj
no marques las horas, corean los “revolucionarios” aterrados porque
saben que si hay algo escuálido en este mundo, es el tiempo que les queda. Reloj detén tu camino, siguen cantando a
ver si se les da el milagro de que el reloj detenga al camino que ofrece el
candidato de la democracia, Henrique Capriles.
Intentan
imitar a Lucho Gatica. Lo único que le imitan es el apellido. Es lo que les
queda del fiero tigre que tal vez y sólo
tal vez, fueron por allá en el siglo XX. Reloj
detén tu camino, porque puede suceder.
Y
júrelo, va a suceder.
Porque la sarta de mentiras con que intentan engañar
al pueblo ya no se las cree nadie. La
cadena de desastres es tan continua que parece a propósito. Los pranes, los
muertos de las cárceles, el puente de Cúpira, los caminos rotos. Parece una película
de terror.
Y
en petróleo, vergüenza de vergüenzas. Rockefeller, el que dijo que el mejor
negocio del mundo era una petrolera bien administrada y el segundo mejor
negocio, una petrolera mal administrada… jamás pensó en una petrolera tan
ineficiente como la que “rescató” la “revolución”.
Plan
de Siembra Petrolera, bautizaron pomposamente su plan petrolero. Los derrames
hacen pensar que como no podían sembrar el petróleo, decidieron derramarlo por
los ríos del país. El coque de Jose, hace pensar que más bien lo han sembrado
en los pulmones de los anzoateguienses.
Y
ahora con la lamentable explosión de Amuay, al no poder buscar culpables más
allá de lo obvio, dicen como Jaimito que más desastroso fue el por ellos
denominado sabotaje petrolero. O sea, cuando la meritocracia petrolera se unió
a la huelga general, entregando las
instalaciones, notaría mediante.
No
quieren reconocer que sabotaje, es la continua improductividad que ha dañado
hasta niveles insospechados a nuestra empresa bandera, desde el 2003, año de la
lobotomía empresarial. Que sabotaje es obligar a los técnicos petroleros a ser
rojos rojitos, asociarse en la Faja con países que no tienen ni idea del
negocio, descuidar el mantenimiento de las instalaciones y la formación de
talentos, dañar los yacimientos, multiplicar por diez la deuda y disminuir
entre dos la expectativa de producción. Un
largo sabotaje de diez años.
Como
no quieren asumir su responsabilidad, no hayan a quien culpar por la explosión.
En la investigación, por supuesto promovida por ellos y con la gente de ellos;
“descubrirán” algún culpable. Tal vez sea la Gente del Petróleo por haber dejado alguna válvula abierta en el
2002. O el imperio mediante algún avión sin piloto. O los paramilitares.
Usted
es la culpable…la lista de culpables será más larga que las
cadenas a las que el gobierno somete a
los que no tienen cable. Las investigaciones llegarán al mismo fondo a que
llegaron con tanto derrame petrolero, con la comida podrida, o con la explosión
de Cavim, y por supuesto será “hasta las últimas consecuencias”.
Y
la culpa será de los adecos, de los copeyanos, de Fedecamaras, de Cedice, de la
Gente del Petróleo, de Coener, de Betancourt, de Gómez… del “traidor” Páez.
Hasta podrían culpar a la primera explosión: el Big Bang, pasando por Eva
cuando mordió la manzana roja rojita. La lógica es rigurosa: sin Big Bang no habría mundo y sin mundo no habría
explosión. Ojalá no se les ocurra responsabilizar al Autor.
Han
pasado de la desfachatez a la calamidad.
Pero
ya no engañan a nadie. Todo el mundo sabe que cuando botaron
“yoprovoqueleparo” a los 23.000 petroleros,
comenzó la indetenible caída de PDVSA, que
hoy se refleja en baja de producción, importación de gas y de gasolina,
derrames, explosiones.
Nadie
les cree cuando dicen que PDVSA era manejada por una transnacional y que gran parte de sus directores eran de la CIA.
La gente añora la seriedad de la vieja PDVSA y deplora el amateurismo de hoy.
La
gente sabe que es la “revolución” la que ha entregado la Faja a países que sin
idea del negocio y por eso los tres mejoradores dañados y el bajón en la
producción.
Y
en cuanto a los 23.000 botados- a mucha honra- la gente sabe que los botó
“yoprovoqueleparo”, con pito y todo, y que si estos estuvieran en la
corporación, la producción sería cercana a 6 millones de barriles diarios, no se derramaría tanto
crudo, ni habría tantas explosiones. No me rescate compadre, habría que
decirles.
Pero,
les llegó la deshora. Ya los relojes se les tuercen, se adhieren a las paredes,
se arrastran por el piso, como si los hubiera pintado Dalí.
Reloj
no marques las horas… cantan con Gatica. Pero el tiempo es
indetenible. Les llega la hora de salida.
Una
nueva generación tomará las riendas de Venezuela. Hoy, la encabeza Capriles.
Capriles
Presidente. Es un deber patriótico. Hay que detener esta calamidad.
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