miércoles, 20 de diciembre de 2017

PDVSA. Plan 2000 - 2009. Una vision de Progreso

Este fue el plan que recibio el gobierno de Hugo Chavez en materia petrolera. 

 Chavez, dias despues de tomar posesion del cargo como Presidente, giro instrucciones para revisar todo lo concerniente a PDVSA y sus filiales.

Esto origino un "congelamiento" de dicho plan. Luego en el 2005, lanzan el Plan "Siembra Petrolera", el cual es el mismo del periodo 2000 - 2009, con poco (..o ningun cambio), con lo cual se habian perdido 5 años de fortalecimiento y crecimiento de la Industria de los Hidrocarburos Venezolana.... el resto es historia...

Todo culmino con la Quiebra de PDVSA!



Petitorio navideño



Eddie A. Ramírez S. 

Pensé dirigir una carta al Niño Jesús, pero como ya no soy tan niño me dio temor de que no me atendiera. Además,  aún cuando cuenta con la colaboración de San Nicolás y de los Reyes Magos, supongo no se dará abasto ante tantas peticiones. c ello, este petitorio  va sin intermediarios, sin acompañantes y sin facilitadores. Al fin y al cabo,hasta ahora la experiencia  señala que estos no son de mucha ayuda para garantizar fiel cumplimiento .

 Tuve la intención de hacer una “petition on line”, pero hay muchos en la onda de la abstención, por lo que tuve dudas de que mi petición  tuviese apoyo.  Probablemente los recipientes la tiren al cesto de la basura, pero siempre me han disgustado esos que nunca arriesgan y que sostienen que no se deben tomar iniciativas si no está garantizado el éxito. 

¿A quiénes dirigir el petitorio?  ¿A los integrantes de la MUD? ¿A los críticos de la MUD? Por fin  decidí por enviarlo a los culpables de que los rojos sigan haciendo de las suyas. Es decir, a todos los dirigentes de la oposición. 

Los considerandos de este petitorio son muy conocidos.  Como es Navidad, deseamos enfatizar en el hambre que padecen muchos, en los familiares de los ciudadanos asesinados por el régimen, en los presos políticos y en los miles de exiliados que atraviesan enormes dificultades para sobrevivir. Además, algo que a veces se olvida, el dolor de la separación familiar. Esto último lo conocen muy bien los inmigrantes que llegaron a esta otrora Tierra de Gracia.

Lo citado justifica el presente petitorio y los recientes discursos de Antonio Ledezma y de Julio Borges ante el Parlamento Europeo permiten ser optimistas  de que sí es posible una nueva unidad. 

1- Ustedes, dirigentes políticos, sin duda han luchado contra esta dictadura, pero los ciudadanos de a pie percibimos que  no siempre han estado a la altura de las circunstancias.  ¿Acaso han interpretado  equivocadamente el momento político y  las debilidades y fortalezas propias y del oponente? Ojalá que no sea por intereses creados o por soberbia, como señalan algunos. En todo caso, nos permitimos solicitar que  reconozcan públicamente  que han cometido errores, pero que se comprometen a  rectificar  por el bien de todos.

2- Pedimos que cada partido designe a un vocero único que sea cuidadoso con lo que declare y que evite el uso del tuit para disparar desde la cintura. Es más, ustedes con el tuit son más peligrosos que un mono con una hojilla. Por el bien de ustedes y el nuestro sugiero lo eliminen. 

3- Que firmen un pacto de gobernabilidad y presenten al país un decálogo de lo que se comprometen a realizar una vez en el gobierno. Ya ese trabajo lo adelantó el equipo que coordinó Marino González, el cual presentó los lineamientos generales.  

4- Que decidan pronto la candidatura presidencial, sea por primarias o por consenso. Las primarias tienen la ventaja de que el ciudadano de a pie se siente tomado en cuenta, pero implica desgaste y confrontaciones internas; además limita la escogencia a los jefes de los partidos políticos. Cada uno de ustedes debe estar consciente de los porcentajes de aceptación y de rechazo que tienen como candidatos presidenciales. El consenso permitiría ampliar la selección a un independiente o a un dirigente de un partido pequeño, pero  tendría que ser consultando también con  las  diferentes organizaciones de la sociedad civil. 

5- Les pedimos que no se dejen cegar pensando que cualquiera de ustedes puede capitalizar el descontento en contra del régimen. Tengan la honestidad intelectual de declinar si no cuentan con la simpatía popular.. No hagan el ridículo como Rafael Ramírez, quien después de hundir  a Pdvsa piensa que tiene méritos para ser candidato.   

6- Las negociaciones en Santo Domingo parecen estancadas y no es fácil ser optimistas sobre sus resultados. Sin embargo, nada se pierde con intentarlo. Lo prudente es no descalificar a priori, ni pretender que lo que se discute se ventile públicamente. El régimen requiere ceder en algunos aspectos para disminuir la presión internacional. Ojalá, que para las próximas reuniones,  la dirigencia opositora  lleve una posición clara de común acuerdo sobre los puntos esenciales.  El objetivo tiene que ser oxigenar la democracia y no darle oxígeno a la dictadura.

Este es un petitorio fácil de cumplir, aunque requiere una dosis de desprendimiento. Aspiramos que ustedes  lo tengan. Caso contrario tendrán que soportar  la vindicta pública y el implacable juicio de la historia. 

Como (había) en botica: Los vendepatria Chávez, Maduro, Alí Rodríguez y Rafael Ramírez aceptaron que los Castro impusieran unas tarifas exorbitantes por los médicos comunitarios y entrenadores que nos enviaron. Por ello, a pesar de los despachos  de petróleo y productos refinados, todavía les quedamos debiendo y se cobraron apoderándose del 49 % de nuestras acciones en la refinería de Cienfuegos. Durante la presidencia de Rafael Ramírez, Pdvsa perdió  384.000 barriles por día, dejó un mono financiero de 45.736 millones de dólares, aumentó a 172.824 el número de trabajadores, cambió la misión de la empresa y permitió una corrupción nunca vista. Ese es el desastroso  legado del rojo rojito. Tarek el Grinch le robó la Navidad a 130 niños. Nuestra solidaridad con familia de Oscar Pérez ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 


lunes, 11 de diciembre de 2017

Premio Arévalo Guzmán Reyes, al Ing. Nelson Hernández.


Premio Arévalo Guzmán Reyes,  al Ing. Nelson Hernández.

Esta distinción que otorga la SVIP por vez primera, tiene la finalidad de hacer un reconocimiento a sus miembros u otras personas relacionadas con la industria petrolera venezolana, y de honrar el nombre del ilustre Ing. Arévalo Guzmán Reyes Blanchard, ex presidente de la SVIP y uno de los grandes artífices en la formulación de políticas conservacionistas de los recursos nacionales de hidrocarburos, que derivaron en la realización de investigaciones y desarrollos tecnológicos, para un mejor aprovechamiento de dichos recursos.


En este caso, la SVIP se siente muy complacida en otorgar este merecido premio a uno de sus miembros notables, el Ing. Nelson Hernández, en reconocimiento a sus aportes relacionados con la actividad científica y tecnológica en materia de hidrocarburos en el país y por la divulgación de sus conocimientos y experiencias profesionales, el Ing. Hernández mostro gran satisfacción por este meritorio reconocimiento y resalto el hecho de que esta satisfacción es mayor aun, pues es el primer profesional en ser distinguido con este premio y el cual recibe con gran respeto y aprecio pues lleva el nombre del insigne Ingeniero Arévalo Guzmán Reyes, su colega, amigo y por quien sintió siempre gran admiración en el ámbito profesional y personal. Es de mencionar que para esta premiación fue invitada especialmente la Arq. Mineau Reyes, hija dilecta de Arévalo Reyes, quien intervino en el otorgamiento de este premio.


sábado, 9 de diciembre de 2017

FertiNitro. Una Empresa Quebrada. (PEQUIVEN)

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Las garras de la meritocracia. (Paro Petrolero 2002)







Hoy, con una metastásica nómina de 150.000 trabajadores, PDVSA es una empresa destruida



Cuatro de los buques de la flota de tanqueros llevaban, con coquetería característicamente venezolana, el nombre de una de nuestras exreinas de belleza. Hace 15 años, el tanquero bautizado como Pilín León (Miss Mundo 1981) fondeó justo en medio del canal de navegación que permite transportar el crudo desde los terminales de embarque de la costa oriental del Lago de Maracaibo a las refinerías del mundo. Corrían los primeros días de diciembre de 2002.

La insubordinación de aquel tanquero no fue la única muestra de rebeldía de los huelguistas, pero sí la que mejor inflamó el ánimo de la gran masa opositora venezolana. Aunque muchos políticos de oposición juzgaron como impacientes y “mal aconsejadas” aquellas acciones, lo cierto es que toda la Venezuela demócrata se solidarizó con los petroleros. La huelga, sin embargo, no logró a la larga sus propósitos y languideció hasta llegar a su fin, en algún momento entre febrero y marzo del año siguiente.
Es ya un tópico de politología pop afirmar que Venezuela se jodió el lunes 27 de febrero de 1989, día en que estalló una inopinada ola de sangrientos motines y saqueos: el Caracazo que anunció el principio del fin de nuestro Estado social de derecho.
Yo tengo para mí, en cambio, que el país se jodió el día de abril de 2003 en que Hugo Chávez despidió, en retaliación y de un plumazo, a 17.871 altos gerentes y técnicos de alto desempeño, crema y nata de la petrolera estatal, su cerebro. Hablamos de casi la mitad de los trabajadores que la empresa empleaba por entonces. No hay en el mundo corporación alguna, petrolera o no, que pueda sobrevivir a tal hecatombe. ¿Qué pudo dictarle a Chávez semejante despropósito?
Sobre muchísimos motivos políticos destaca el resentimiento, ese motor universal. El mismo cegador resentimiento que llevó a millones de venezolanos, seguidores de Chávez, a aprobar jubilosamente aquel acto a todas luces suicida.
Un pensador venezolano, Luis Pérez Oramas, discierne en el sujeto populista un singular desprecio por toda jerarquía del saber y competencia. Chávez fue claro ejemplo de ello: una y otra vez declaró que con aquellos despidos salvaba a nuestra industria petrolera “de las garras de la meritocracia”. Con ello escarnecía uno de los valores más caros a la élite petrolera que lo desafió.
La meritocracia hizo posible, justamente, que PDVSA llegase a ser, a fines de los años 90, una de las primeras transnacionales petroleras del mundo, en términos de desempeño y rentabilidad. Hoy, solo tres lustros más tarde, con una metastásica nómina de 150.000 trabajadores, PDVSA es una empresa por completo destruida.
Chávez, sin embargo, logró infundir en los suyos la idea de que la meritocracia petrolera no era sino un excluyente mito de la burguesía apátrida y racista, forjado para asegurar a un puñado de arrogantes burócratas bipartidistas y proyanquis el control de los recursos petroleros.
“No necesitamos esas lacras”, se le escuchó decir al presidente eterno en uno de sus shows televisivos. Chávez se negaba a aceptar que extraer, refinar y mercadear petróleo requiriese de conocimientos y destrezas especiales. Eso no era más que una engañifa de los “escuálidos”, como dio en llamar a sus adversarios.
“El mundo está ávido de petróleo”, afirmaba el Jaquetón Mayor. “Vender petróleo es como vender cerveza helada en un estadio de béisbol un domingo caluroso en Maracaibo”.

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