miércoles, 18 de junio de 2014

Endeudamiento de PDVSA con socios y empresas de servicios

Juan Luis Martínez B.
19 de junio de 2014

De acuerdo con el Balance de Deuda Financiera Consolidada de PDVSA correspondiente al cierre de 2013, las obligaciones financieras, que básicamente corresponden a emisiones de bonos y otros instrumentos de préstamo, totalizan más de 43 mil millones de dólares.

Aparte de esta deuda financiera, y de acuerdo a lo reportado por el Ministerio de Petróleo y Minería en su Memoria 2013, PDVSA tiene cuentas por pagar, al cierre de año, por más de 19 mil millones de dólares. Estas cuentas por pagar se refieren a deudas con contratistas, proveedores y otras obligaciones producto de la actividad operativa y comercial de la empresa.

En total, los pasivos de PDVSA llegarían a 63 mil millones de dólares, equivalentes al 75% del patrimonio de la empresa.

Uno de los hechos más preocupantes respecto al crecimiento de los niveles de endeudamiento de PDVSA, cuya deuda financiera en 2006 era de 2200 millones de dólares, es que dicho endeudamiento debía haber sido la palanca para reforzar e incrementar su producción petrolera, sin embargo, desde 2006 hasta 2013 la producción se ha reducido en casi un 10%, lo cual indica que el destino de todos esos recursos no fue precisamente la ejecución de las inversiones necesarias para su negocio medular. Hoy estamos viendo las consecuencias; una empresa con un alto nivel de obligaciones y generando menos divisas de las que la economía del país necesita para abastecer su consumo interno.

Sin embargo, dentro de este estilo tan cuestionable de gerencia y administración de la principal industria del país, se está consolidando, en especial desde 2012, un esquema adicional de financiamiento que se lleva a cabo a través de empresas directamente asociadas con PDVSA para el desarrollo de infraestructura y explotación petrolera, así como con empresas contratistas y prestadoras de servicios.

Desde el año 2012 PDVSA ha recurrido a sus socios en diversos desarrollos y áreas de producción petrolera y de gas, como: CNPC (empresa nacional petrolera de China), Chevron, ENI, Gazprom, Repsol, Perenco y Suelopetrol, para que estas empresas aporten parte o la totalidad del capital que le corresponde a PDVSA en cada caso, a modo de financiamiento, a fin de poder llevar a cabo los proyectos de infraestructura para los nuevos desarrollos y para reforzar los existentes, tanto en la Faja del Orinoco, como en otras zonas del país donde PDVSA está trabajando de manera asociada. La totalidad del financiamiento que PDVSA ha gestionado con estos socios alcanza, desde 2012 hasta la fecha, más de 11 mil millones de dólares.

Por otra parte, PDVSA ha ido más allá con este modelo de financiamiento. Desde 2013, cuando por primera vez recurrió a las empresas de servicios de exploración y producción de rango internacional, como fue el caso de Schlumberger, para financiar sus propios servicios, este año 2014 anunció como un gran logro el haber gestionado el mismo esquema de financiamiento con las empresas transnacionales Halliburton, Weatherford y la misma Schlumberger, por un monto total de 2200 millones de dólares.

El objeto de la línea de crédito, tal como la denominan las mismas autoridades de PDVSA, es que estas empresas lleven a cabo los servicios de asesoría, asistencia técnica, suministros de materiales y herramientas para el desarrollo de todas las actividades necesarias a nivel de perforación y producción, principalmente enfocadas en los desarrollos de la Faja del Orinoco.

En total, los préstamos gestionados con los socios y con las empresas de servicios especializados antes mencionadas, alcanzan desde 2012 a la presente fecha más de 13 mil millones de dólares.

El cuestionamiento a este tipo de préstamos viene por partida doble. El primero es muy simple; consiste en cuestionar la justificación de todos estos créditos a través de socios y contratistas como recursos para el desarrollo de proyectos y para encaminar el aumento de la producción petrolera en general, debido a que para ello es que se supone PDVSA incrementó su deuda financiera en más de 40 mil millones de dólares desde 2006. Por lo tanto viene la pregunta: ¿qué se hizo con todo ese dinero?

El segundo proviene de analizar la conveniencia de recurrir a socios y contratistas para financiarse.

Este medio de financiamiento acarrea, con toda seguridad, costos muy superiores para PDVSA ya que por lo general estas empresas no tienen por objeto el financiamiento de negocios y proyectos. Las empresas petroleras tienen como objetivo desarrollar proyectos para incrementar su base de reservas, producir y comercializar petróleo y derivados, y producto de esta actividad agregar valor y pagar dividendos a sus accionistas. Por el lado de las empresas de servicios especializados, proveer asistencia técnica y los suministros necesarios para desarrollar áreas de producción y asistir la producción de petróleo y gas a nivel de pozos; su nivel de especialización técnica, know-how y dominio de todos los escenarios posibles en cada área de producción es el principal activo de estas empresas a nivel mundial, por lo que sus servicios son, justificadamente, bastante costosos.

En tal sentido, cualquiera de estas empresas va a cargar un significativo costo a este tipo de financiamiento, y ello es lógico ya que el prestar dinero no es el objeto de su existencia, y por otro lado, su posicionamiento en Venezuela y la dependencia de PDVSA de sus aportes y de sus servicios las coloca en una posición de dominio para hacer que PDVSA pague, por lo general, un costo financiero adicional al que pudiese lograr, en condiciones normales, por la vía de una entidad financiera, o a través de otros agentes crediticios debidamente calificados.

Todo esto nos lleva a concluir que, muy probablemente, PDVSA ya no es capaz de levantar capital en los mercados financieros a un costo razonablemente manejable, y por ello, tuvo que caer en este tipo de préstamos, que seguramente van a resultar tan costosos o más.

Por último, viene otra gran interrogante, la cual se deriva de los planes de producción petrolera de PDVSA que acaban de publicarse en la Memoria 2013 del Ministerio de Petróleo y Minería.

De acuerdo a este plan, la producción petrolera va a alcanzar 6,2 millones de barriles diarios para el año 2019, y para lo cual se deberán invertir más de 300 mil millones de dólares, de los cuales PDVSA aportará, según este documento, 245 mil millones.

La gran interrogante, más allá de intentar descifrar cómo PDVSA podrá honrar todos sus compromisos actuales, es: ¿Cómo PDVSA, que actualmente debe recurrir a socios y contratistas para levantar capital, va a lograr ejecutar estos proyectos y nuevos desarrollos con tales requerimientos financieros?

sábado, 7 de junio de 2014

PDVSA pedalea furiosamente su macabra bicicleta financiera

Gustavo Coronel


Petróleos de Venezuela continúa endeudándose hasta sus más recónditas entrañas, frente a las narices de un país aletargado cuando no embrutecido. Ya nadie se ocupa de esta catástrofe. La MUD solo piensa en elecciones, porque esa es su especialidad. Los miembros de la oposición en la Asamblea Nacional duermen un profundo sueño, menos el día de pago. Los antiguos gerentes de PDVSA, quienes saben bien  lo que sucede, ya tiraron la toalla (no los culpo), con la excepción de tres o cuatro ancianos testarudos. Los centros académicos callan. El país se va por los desaguaderos cloacales de la ineptitud y de la corrupción.
 
Ayer PDVSA recibió otros dos mil milloncejos de dólares de las empresas ENI y Repsol, con el propósito declarado de desarrollar los campos de gas costa afuera de Paraguaná, pero nadie garantiza que ese dinero servirá para eso y no para tapar las troneras financieras abiertas por el malandraje gerencial que maneja Rafaél Ramírez. En los últimos meses, sin contar la emisión de bonos y los dineros inorgánicos recibidos del hamponato del Banco Central, PDVSA ha mendigado hasta 12.000 millones de dólares de las empresas petroleras “imperialistas”, como las llaman ellos con cariño. En estos momentos busca un préstamo bancario por $3.000 millones más, para pagar los intereses de la deuda que se vencen este año.  Esta es una inmensa suma de dinero que solo podrá pagarse hipotecando aún más recursos petroleros de los ya hipotecados, recursos que no le pertenecen, pués son propiedad de la nación. El problema es que la nación está inerme ante el inmisericorde saqueo al cual está sometida. 
 
Esto se está llevando a cabo debido a la insaciable rapacidad de un régimen que ha dilapidado nuestro patrimonio y ante la complaciente actitud de empresas que le dan dinero: la empresa China CNPC, ChevronTexaco, ENI, Repsol, Gazprom, Perenco, Schlumberger, Halliburton, Weatherford. Estas empress han decidido arriesgar algún dinero de sus ganncias en otros países para permanecer en Venezuela y lograr quedar como co-propietarios de las reservas de petróleo y gas venezolanas cuando el régimen colapse. Desde un punto de vista de estricta estrategia comercial, desprovisto de basamento ético, estas empresas están agarrando los mangos bajitos, afianzándose en Venezuela por virtud de sus aportes financieros a un régimen degradado. Recuerda un poco la historia del Mr. Danger de “Doña Bárbara”, dándole licor a un degenerado Lorenzo Barquero para tratar de acostarse con su hija  Marisela. 
 
Barquero tuvo un postrero momento de dignidad que lo redimió, al menos parcialmente. La PDVSA de Ramírez y Maduro no lo tendrá porque es una empresa orientada a engordar hampones a costa de la ruina nacional. Ya hemos visto que el presupuesto de PDVSA para 2014 es tragicamente deficitario.
​¿​
Con qu
e
taparán el hueco? Pués montándose en la bicicleta y pedaleando furiosamente. Lo que han montado es un gigantesco esquema Ponzi.  
 
Este régimen no debe continuar en el poder ni un día más. Permitirlo es terminar de arruinar a Venezuela. Quienes tienen el poder de parar esta hemorragia y no lo hacen son cómplices de la ruina venezolana.
​¿​
Quedará por allí alguien que tenga un postrero momento de dignidad? 

miércoles, 4 de junio de 2014

¿QUIÉN HEREDARÁ A PDVSA?

 
Alberto Quirós Corradi
 
En el diario Tal Cual (02-06-14) aparecen 2 artículos que hay que leer con la mayor objetividad posible. Uno de Luis Carlos Palacios que comenta un ensayo imprescindible de Ramón Espinaza sobre el auge y la declinación de PDVSA. Ambos coinciden en el enfoque, aunque Palacios comenta que Espinaza no incluyó en su análisis las graves consecuencias que causó en la economía la volatilidad de los precios del petróleo en la etapa de la “consolidación” de la PDVSA nacionalizada. Los precios se triplicaron y se aumentó desproporcionadamente el gasto público y se incrementó la intervención del estado en la economía. Los ensayos destacan que PDVSA estabilizó la nomina de 40 mil empleados, la producción llegó a 3.500.000 barriles diarios, elevó las reservas probadas a 76.000 millones de barriles, con una distribución para el estado del 50% del ingreso petrolero. La conclusión de Palacios sobre la etapa chavista de PDVSA es: “es tal la decadencia del sector petrolero que no se puede llegar en Venezuela a una nueva normalidad sin un drástico cambio en el manejo del sector”. ¡Amén!
 
En todas las recomendaciones que se han hecho sobre cómo se manejará la industria petrolera en una etapa post chavismo hay algunas coincidencias. Entre ellas: 1. Despojar a PDVSA de todas las actividades no petroleras. 2. Excluir también el manejo de la petroquímica. 3. No hay total coincidencia sobre si el gas debe administrarse por PDVSA o ser una empresa autónoma. 4. Permitir la presencia de empresas privadas nacionales e internacionales. 5. Se incrementará la figura de la empresa mixta. 6. Se creará un instituto autónomo del petróleo cuyas atribuciones supervisorias deben definirse. 7. Establecer cómo y cuándo se pagarán las prestaciones sociales y las pensiones de los 18.000 trabajadores despedidos en bloque. 8. Nombrar una comisión interventora de PDVSA para establecer, mediante auditorias técnicas y financieras, la magnitud del desastre. 9. Terminado lo anterior se nombrará la junta directiva de la nueva PDVSA, lo que cual nos lleva a comentar el segundo artículo de Tal Cual. 
 
El veterano periodista José Suárez en esta ocasión titula su trabajo “PDVSA post Chávez necesita un presidente externo”. Aparentemente, es la conclusión de un grupo de jóvenes analistas que se agrupan en un Think Tank. Primero, Suárez informa que el futuro presidente de PDVSA debe ser venezolano, aunque no esté residenciado en el país, para luego agregar que el elegido no debe tener vínculos con la vieja PDVSA, aparentemente, para “crear un área de seguridad contra aventureros del negocio petrolero”. Parece ser que los jóvenes politólogos reconocen el buen desempeño de la antigua PDVSA, aunque creen que al final, antes de la llegada de Chávez, hubo una reestructuración inconsulta que facilitó la toma de PDVSA por el gobierno de Chávez. No creo que el error fue la reestructuración. Fue necesaria en un momento en que las grandes empresas se estaban fusionando para reducir costos. La presencia de 3 empresas petroleras, Lagoven, Maraven y Corpoven, sin duda que, mientras existieran gobiernos que respetaban su autonomía operativa y administrativa estaban, como dice mi buen amigo Vicente Llatas, “blindadas” contra cualquier intervención. Pero el error no fue la nueva estructura. El error fue nombrar como presidentes de las nuevas filiales a vicepresidentes de PDVSA, lo que convirtió a ésta en el gran operador en lugar de mantenerse como holding.
 
 Aun admitiendo que la nueva estructura facilitó una intervención directa del gobierno en el manejo de PDVSA ¿hay quién todavía crea que este régimen no la hubiera intervenido cualquiera que fuese su estructura? No seamos ingenuos, no hay culpables pre Chávez por el desastre en el que el régimen actual ha convertido a PDVSA.
 
Lo que verdaderamente nos preocupa es que los jóvenes de hoy quieran como, el socialismo del Siglo XXI, borrar de la historia a todo lo bueno hecho antes. Si bien parece que aceptan el éxito de la vieja PDVSA no reconocen a las personas que lo hicieron posible. Esto no es novedoso aunque si injusto. Algunos jóvenes de la política actual han dicho públicamente que no se asociarán ni con gente de la 5ta ni de la 4ta república, como si las actuaciones de las dos y sus resultados fueron iguales.
 
Yo conozco a varios venezolanos de la antigua PDVSA que son más que capaces de darle vuelta al desastre actual y, ustedes jóvenes de hoy, no tengan la arrogancia de descartar a aquellos que construyeron a una empresa reconocida en todo el mundo por su eficiencia.
 
Recuerden que la juventud no es eterna.

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