jueves, 29 de marzo de 2018

Requiem en memoria de Petróleos de Venezuela



Por: Gustavo Coronel




These our actors,
As I foretold you, were all spirits and
Are melted into air, into thin air;
And, like the baseless fabric of this vision,
The cloud-capp'd towers, the gorgeous palaces,
The solemn temples, the great globe itself,
Yea, all which it inherit, shall dissolve,
And, like this insubstantial pageant faded,
Leave not a rack behind. We are such stuff 
As dreams are made on…..
Prospero, THE TEMPEST, Act 4, Scene I, William Shakespeare

Mi traducción:
Estos actores nuestros, te lo dije, eran todos espíritus convertidos en aire,
 Solo en aire sutil
Y, como la materia sin sustento de esta visión, las torres en las nubes, los Hermosos palacios, Los solemnes templos y el mismo globo,
Todo lo que heredamos se evaporará
Sin dejar el más pequeño rastro.
Somos apenas el material del cual se hacen los sueños….

Próspero, Acto IV, Escena I. LA TEMPESTAD, William Shakespeare

Para concebir la nacionalización de la industria petrolera se arroparon con la bandera nacional. Fue un acto de machismo. Se preguntaban: ¿Si otros países tienen una empresa petrolera nacional, por qué nosotros no? Podrían haber estado hablando de una línea aérea bandera (VIASA), de una flota de barcos (CVN), ambas creadas por la misma razón patriota o patriotera, ambas fallecidas hace tiempo. El mundo político dijo: Un país petrolero debe tener una empresa petrolera y ella debe ser la única que maneje el tesoro. El petróleo es nuestro, era el grito unánime. De nada valió que algunos dijéramos, en su momento,  que para ejercer efectivo control no era necesario tener empresa propia o  el monopolio de la actividad.  Lo más que se logró fue un artículo, el vituperado Artículo Quinto, que abría una pequeña puerta de asociación con empresas extranjeras, el cual fue definido como traición a la patria por mucho del mundo político. Por haberse incluido este artículo  la “nacionalización” fue definida como chucuta. El tiempo se encargó de poner las cosas en su sitio y mostró que estas asociaciones eran el pan nuestro de cada día en una actividad internacional. Hasta los más rábidos ultra patriotas las han utilizado, aunque el chavismo las ha tenido solo para tratar de sacarles dinero a los Rusos y a los Chinos, sin que conduzcan a un desarrollo petrolero real.  
De nada valió que en el momento en el cual se tomó la decisión  ya el estado capturaba un 85% de los ingresos, sin que él tuviese que invertir en el negocio, por lo cual lo que se terminó “nacionalizando” fue el riesgo.

Ello le fue advertido a quienes tomaron la decisión, pero la nacionalización petrolera no fue una decisión basada en cálculos económicos sino políticos.  Fue un asunto de soberanía, entendida como “lo mío lo manejo yo y nadie más que yo”.

 Y así fue. Durante unos 5 a 6  años  se dio el milagro de que el mundo político dejase a Petróleos de Venezuela hacer su trabajo sin interferencias. Fue un milagro hecho posible por el inmenso prestigio de Rafael Alfonzo Ravard, unos de los escasos mandarines que ha tenido nuestra función pública. Su presencia en PDVSA creó, por cierto número de años, el dique que contenía las apetencias del sector político sobre la industria que generaba dinero, es decir, poder.   En la década de 1980 se comenzaron a ver las fisuras, se terminó la luna de miel entre PDVSA y el país político. El éxito de la empresa pareció indicarles a los miembros del mundo político que eso de producir y vender petróleo no era asunto tan complicado. Hubo quienes dijeron que “el petróleo se vendía solo”. A medida que le empezaron a perder el temor reverencial al General Alfonzo Ravard y a los tecnócratas  los políticos más osados comenzaron a criticar a PDVSA: “Esos gerentes ganan mucho dinero”, decían algunos copeyanos. “Toman champaña a  bordo de sus aviones”, decían algunos adecos. “Los gerentes petroleros son apátridas”, acusaban los ñángaras. Comenzó una actividad de penetración política en PDVSA que culminó, durante la presidencia de Luis Herrera Campins,  con la confiscación del Fondo de Inversión que PDVSA requería para sus inversiones de capital y mantenimiento.

La politización de PDVSA fue un proceso insidioso, persistente, sin vuelta atrás. El sueño de los gerentes y técnicos petroleros de lograr que la administración pública venezolana se contagiara con los buenos hábitos de PDVSA se revirtió y PDVSA se fue contagiando con los malos hábitos de la administración Pública. No era lógico esperar que el pez chico se comiera al pez grande. A pesar de la importancia de PDVSA para la economía del país, PDVSA era una empresa de un relativamente bajo número de empleados, mientras que la Administración pública era un gigante desordenado que engullía todo lo que encontraba a su paso.  
Una temprana muestra de lo absurdo de tener una empresa petrolera estatal de naturaleza global se refería a los salarios. Mientras los gerentes de PDVSA ganaban $2500 o $3000 al mes, sus contrapartes de Shell o Exxon ganaban $15-20000 al mes, más bonos y participaciones accionarias. Sin embargo, estos gerentes de PDVSA eran criticados por gente tan influyente como Gonzalo Barrios por ganar “obscenas” cantidades, mientras sus contrapartes en el Ministerio apenas ganaban unos $600 al mes. En este drama nadie realmente tenía la culpa pero nadie era justamente tratado. “¿Cómo podía un gerente petrolero ganar más que un ministro?, se preguntaban los políticos. El desequilibrio era un producto del absurdo de tener una empresa del Estado compitiendo en la arena internacional pero sujeta a los reglamentos de una mediocre y politizada administración pública.

Cundo Hugo Chávez llegó a la presidencia ya PDVSA mostraba claras señales de deterioro. Tenía más empleados de los necesarios, sus directivas eran seleccionadas con criterios predominantemente políticos. Aunque la meritocracia no había fallecido del todo,  ya los niveles altos de la gerencia eran ocupados preferentemente por los gerentes simpatizantes del partido de turno.  El presidente de PDVSA se perfilaba como candidato a la presidencia del país, lo cual era clara señal de que algo no andaba  bien.
Sin embargo, nadie imaginaba lo que se le vendría encima a PDVSA. Chávez necesitaba el dinero petrolero para “hacer” su revolución, no para desarrollar al país. Dijo: “Primero atiendo lo político, después lo económico”. Para ello requería del control sobre PDVSA y ni Giusti ni Mandini se lo iban a permitir. Por ello montó allí a un bate quebrado llamado Ciavaldini. Lo remplazó al poco tiempo por un militar, Lameda, quien resultó ser institucionalista, no un títere de Chávez. Y por ello fue despedido.

Entonces llegó la debacle con Gastón Parra, un profesor marxista quien nunca había visto un taladro, excepto en fotos. La reacción de los gerentes petroleros no se hizo esperar. Su protesta se convirtió en un masivo movimiento cívico que obligó a Chávez a pedir la represión a sus jefes militares, quienes rehusaron y lo sacaron del poder. Un general, hoy embajador en Portugal, le pidió la renuncia, “la cual aceptó”. Después de su retorno, apuntalado por el general Baduel, regresó decidido a vengarse de los tecnócratas petroleros y a saquear a PDVSA. El y su mensajero, Maduro, nombraron la macabra línea de presidentes que la destruiría: Ali Rodríguez Araque, Rafael Ramírez, Eulogio del Pino, Nelson Martínez, Manuel Quevedo, gente deshonesta e incompetente.
Ellos, sobre todo los tres primeros, promovieron una corrupción nunca vista en Venezuela. Desviaron los ingresos de PDVSA hacia fondos paralelos sin transparencia, importaron comida podrida a groseros sobreprecios, alquilaron gabarras inservibles para ganar obscenas comisiones, contrataron con familiares y amigos, convirtieron a PDVSA en una empresa lavadora de dinero, permitieron que los sectores militares se apoderaran – a través de sus empresas fantasmas -  de una buena parte del mundo de las contrataciones petroleras a fin de repartirse a PDVSA entre el chavismo y la Fuerza Armada. Hicieron de PDVSA un refugio de reposeros y enchufados que ha llegado a tener cinco veces más empleados de los que necesita, dedicaron la empresa a criar cerdos, a sembrar sorgo, a hacer casas mal hechas, a vender pollos, todo lo cual la desnaturalizó como empresa petrolera.

El resultado no se hizo esperar. Especialmente desde 2007 en adelante la empresa se vino abajo, aún en momentos en los cuales el barril de petróleo había llegado a altísimos niveles. Nada era suficiente para la codicia de la obtusa nómina gerencial petrolera y los sátrapas en el poder político. Destruyeron la empresa, la quebraron financieramente llevando su deuda a unos $80.000 millones, la llevaron a producir la mitad de lo que producía al llegar Chávez al poder, arruinaron sus refinerías, ordenaron barcos que nunca llegaron a navegar, permitieron miles de derrames petroleros en toda la geografía venezolana, se aliaron con empresas de medio pelo para “desarrollar” la Faja del Orinoco, barrieron el piso con el nombre de la empresa en el mundo petrolero y la hicieron sinónimo de mediocridad y carencia de honorabilidad en sus negocios.

Así como prostituyeron el nombre de Bolívar apropiándoselo para su “revolución” y destruyeron al Bolívar, la moneda, así corrompieron de tal manera el nombre de PDVSA que ese nombre rueda hoy por los pantanos más pestilentes del mundo financiero y petrolero. 

Petróleos de Venezuela no es recuperable. Es un nombre destruido, sin “good will” en el mundo petrolero. Una nueva Venezuela debe implantar un nuevo modelo de gestión petrolera, después de haber aprendido amargas lecciones. Una, que el patrioterismo lleva al desastre. Dos, que el Estado casi nunca es apto para la actividad económica. Que los venezolanos que clamaban con estridencia por la “nacionalización” petrolera fueron de los primeros en saquearla, en ver su tragedia con indiferencia y en  guardar silencio cómplice ante el desastre. Tres, que Venezuela requiere un estado pequeño, eficiente en su supervisión de actividad privada pero no empresario.

PDVSA debe ser enterrada junto con los mitos del estatismo, de la soberanía mal entendida, del patrioterismo, del orgullo desbocado, de la arrogancia de los líderes mediocres, del culto a la personalidad, del caudillismo incompetente y bocón.
Y, para la PDVSA que se creó con loables propósitos y que luego fue martirizada y asesinada por una horda salvaje, le pedimos al piadoso señor:

Pie Iesu Domine, dona eis requiem
Dona eis requiem sempiternam


domingo, 11 de marzo de 2018

REBOSAN LAS CLOACAS DE PETRÓLEOS DE VENEZUELA


Gustavo Coronel


*** UN DESASTRE INTOLERABLE

*** SAQUEADA PETRÓLEOS DE VENEZUELA POR BOLICHICOS, GERENTES CORRUPTOS,  EMPRESAS DE COMERCIALIZACIÓN Y BANCOS, TODOS EN UNA GRAN CONSPIRACIÓN CONTRA LA NACION.
**** YSMEL SERRANO, ACTUAL VICEPRESIDENTE DE PDVSA, INVOLUCRADO EN EL SAQUEO
La indigna historia de Petróleos de Venezuela chavista sigue añadiendo capítulos de horror. Dos cloacas han reventado recientemente, cada una a cual más pestilente.
CLOACA UNO, LA FAJA DEL ORINOCO
Nos informa la valiente  periodista e investigadora venezolana Maibort Petit que el gobierno de los Estados Unidos está investigando a la Fuerza Armada venezolana porque: “La Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas CA (Camimpeg) y una empresa asociada, Southern Procurement Services (S.P.S) LTD, fueron utilizadas por un grupo de altos militares para cobrar servicios de intermediación en contratos de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Los militares a cargo, junto con un grupo de civiles asociados, se lucraron con dineros del erario público venezolano”, ver:https://www.lapatilla.com/site/2018/03/08/camimpeg-sps-y-glencore-habrian-violado-sanciones-impuestas-por-eeuu-contra-venezuela/Nosotros también hemos denunciado esa indigna alianza entre esas dos empresas fantasmas, mediante la cual solo sirven como vulgares intermediarios en contratos entre la empresa petrolera y las empresas contratistas que si saben hacer el trabajo. Ver mis escritos:http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2017/02/sale-la-pandilla-de-pedro-leon-de-pdvsa.html y http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2017/02/dos-empresas-piratas-contratan-con-una.html
Esta empresa militar, dice Petit, fue creada a similitud de una empresa Cubana llamada GAESA, la cual sirve, en Cuba, de intermediaria entre los contratistas extranjeros  y el gobierno Cubano. Todo debe contratarse a través de ellos. Este vulgar negocio ha sido trasplantado a Venezuela e, inclusive, el presidente de la empresa Cubana, Luis Alberto Rodríguez López, es Consejero de Camimpeg. ¡Qué cinismo el de estos pandilleros!
La empresa socia  de CAMIMPEG, llamada pomposamente Southern Procurement Services, es una empresa de dudosa solidez, con oficinas en Londres, Miami, Caracas y otros sitios, cuyo dueño es una persona llamada Manuel Enrique Chinchilla Da Silva, radicado  en Valencia y con residencias en Miami y en Houston, Texas, ver:https://www.primicias24.com/nacionales/manuel-chinchilla-padrino-lopez/ , lo cual lo coloca bajo la jurisdicción estadounidense para los fines de las investigaciones en curso. Esta “alianza” cívico-militar ha obtenido contratos para perforar pozos en la faja del Orino, para lo cual tendrán que sub-contratar a empresas que lo puedan hacer. La misma historia de los bolichicos,  Derwick Associates.
La conexión de estas empresas con el mega-saqueo que expondremos más abajo es a través de la empresa GLENCORE, la cual es cliente de Southern Procurement Services, según el informe de Petit. El representante de GLENCORE en Venezuela es Roberto José Wellisch, de larga y turbia trayectoria en Venezuela, especialmente en los asuntos relacionados con el sector aluminio y en importaciones desde Argentina, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2010/04/el-nombre-de-roberto-wellisch-sale-de.html .
CLOACA DOS, LA COMERCIALIZACIÓN DEL PETRÓLEO VENEZOLANO
Hace unas horas salió a la luz un nuevo saqueo de petróleos de Venezuela, algo de una magnitud sin precedentes, aún mayor que las notas estructuradas, que la Faja del Orinoco, que los bolichicos de Derwick Associates que las gabarras de Petrosaudí y Aban Pearl o los tanqueros de Ruperti. Se trata del asombroso saqueo de la División de Comercialización de  PDVSA llevado a cabo por los bolichicos Francisco Morillo y Leonardo Baquero  y sus compinches de PDVSA, algunos bancos y   empresas comercializadoras piratas.
En una demanda de 60 páginas introducida en el Estado de Florida por un grupo denominado PDVSA US Litigation Trust, integrado por investigadores, algunos ex-Scotland Yard, se acusa a Francisco Morillo y Leonardo Baquero, ambos venezolanos, de coordinar – a través de sus empresas de maletín en Panamá y otros países – una conspiración gigantesca para defraudar a Petróleos de Venezuela, en complicidad con un grupo de gerentes de PDVSA, identificados en la demanda y de un grupo de empresas comercializadoras de petróleo, incluyendo a GLENCORE, TRAFIGURA, LUKEOIL, VITOL y otras. Los empleados de estas empresas involucrados en el gigantesco fraude también son mencionados en el texto de la demanda e incluyen a varios niños bien venezolanos. En adición hay varios bancos demandados, ya que no supieron o quisieron ejercer el debido control sobre las cuentas de Morillo y Baquero.
Esta inmensa conspiración “enriqueció a los culpables en miles de millones de dólares y defraudó a PDVSA de miles de millones de dólares”. Trabajaba con una brutal simplicidad. Las empresas de Morillo y Baquero se combinaban con los gerentes de PDVSA para saber cuándo y cuántos cargamentos de petróleo crudo o productos PDVSA planificaba vender o a comprar. Al saberse los volúmenes y la naturaleza de las transacciones planificadas por la empresa, Morillo y Baquero avisaban a las empresas comercializadoras externas como GLENCORE y VITOL y estas le daban de regreso a Morillo y Baquero las instrucciones para asegurarse de que ellas serían las empresas favorecidas en las “licitaciones”. Se trataba de amañar las transacciones para que ganaran estas empresas. Con cada ganancia le tocaban comisiones a Morillo y Baquero, a los gerentes cómplices de PDVSA y a los traders de las empresas externas, tipo GLENCORE. De esta manera se hicieron grandes fortunas. Al mismo tiempo PDVSA, la empresa, dejaba de percibir mucho dinero porque los conspiradores se las arreglaban para no pagar a la empresa ni siquiera todo el dinero convenido en los contratos chimbos. Era un caos bien organizado. Llegó un momento en el cual Morillo y Baquero instalaron un centro de computación propio, el cual les permitía saber automáticamente todo lo que sucedía dentro de la División de Comercialización de la empresa. ¡Morillo y Baquero podían leer el periódico de mañana! 
No sabemos quién está detrás del Grupo que demanda. Parece haberse estructurado para reclamar parte del dinero ilícito, una vez que este se recupere. No estamos seguros si es una acción iniciada por PDVSA como empresa o  por ese grupo, de manera independiente.
Lo que si es cierto es que estamos hablando de un mega fraude que ha durado años, desde 2004 en adelante, una etapa que coincide con las presidencias de Rafael Ramírez y Eulogio del Pino. Y es doblemente trágico que en este mega fraude estén directamente involucrados miembros de esa clase media alta que prosperó durante la etapa democracia y cuyas ovejas negras han optado hoy por enriquecerse a como dé lugar, olvidando lo que deben haber aprendido en el hogar. Hasta ahora, la clase de los bolichicos estaba representada por  los jóvenes “empresarios” de Derwick pero esto que vemos hoy constituye una verdadera epidemia. Ya son legión los millonarios y mil-millonarios venezolanos saqueadores de PDVSA, de la banca, de las agencias y ministerios venezolanos. Y hay mujeres y hombres, esposos y esposas, unidos por el crimen, sin remordimiento alguno. De los nombrados en la demanda: Andrew Summers, Maximiliano Poveda, José LaRocca, Luis Álvarez, Gustavo Gabaldón, Sergio de la Vega, Antonio Marraquí, Campo Elías Páez, y Paul Rosado  hay poca o ninguna información en Internet. La Rocca es un argentino y ya es multimillonario, alto gerente de TRAFIGURA, ver: https://trafigura.com/about-us/leadership/board-member?Member=Jose+Larocca ; Campo Elías Páez parece ser el presidente de una empresa llamada Seaport Agencies pero hay varios con ese nombre en la red; Maximiliano Poveda es un gerente de Novum Energy; Gustavo Gabaldón es un venezolano, Gerente de GLENCORE. Gabaldón debe tener mucho dinero, a juzgar por la mansión en la cual vive en el pueblo de Cos Cob, Connecticut, ver:http://www.nehomemag.com/latin-love/ . En este pueblo el valor promedio de cada hogar es de $1.3 millones; sobre Paul Rosado solo hemos oído que estuvo asociado en el pasado con Wilmer Ruperti; Sergio de la Vega parece estar radicado en México, ver: https://angel.co/sergio-de-la-vega . Sobre los otros no he encontrado ninguna información.
UNA SOCIEDAD PODRIDA HASTA EL TUÉTANO
Los 18 años de Chavismo han causado una doble tragedia en Venezuela: la ruina material, por un lado y la ruina moral, por el otro. Ahora tenemos un país empobrecido, a los niveles de los países africanos. Y un país con una sociedad desatada en su afán de saquear a la Nación, los poderosos mediante el robo impune y los pobres mediante su dependencia de subsidios y limosnas y ayudando con su pasividad y entrega, sin saberlo o quererlo,  a la tarea macabra de destrucción nacional que el chavismo ha llevado a cabo.
SI NO HAY CASTIGO EJEMPLAR PARA LOS CULPABLES, EL PAÍS SEGUIRÁ EN LOS ÚLTIMOS LUGARES DEL PLANETA EN MATERIA DE VIABILIDAD SOCIAL.  
PROPONEMOS PRISIÓN PERPETUA PARA ESTE TIPO DE MALHECHORES
Gente como la que ha saqueado a PDVSA y al país merece prisión perpetua, hoy día no contemplada en nuestra legislación. Una modificación de este tipo podría ser motivo de un referendo, tan pronto caiga este narco-régimen.  

Entradas mas leidas

Navegacion