Gustavo Coronel
Petróleos
de Venezuela continúa endeudándose hasta sus más recónditas entrañas,
frente a las narices de un país aletargado
cuando no embrutecido. Ya nadie se ocupa de esta
catástrofe. La MUD solo piensa en elecciones, porque esa es su
especialidad. Los miembros de la oposición en la Asamblea Nacional
duermen un profundo sueño, menos el día de pago. Los antiguos gerentes
de PDVSA, quienes saben bien lo que sucede, ya tiraron la toalla (no
los culpo), con la excepción de tres o cuatro ancianos testarudos. Los
centros académicos callan. El país se va por los desaguaderos cloacales
de la ineptitud y de la corrupción.
Ayer
PDVSA recibió otros dos mil milloncejos de dólares de las empresas ENI y
Repsol, con el propósito declarado de desarrollar los campos de gas
costa afuera de Paraguaná, pero nadie garantiza que ese dinero servirá
para eso y no para tapar las troneras financieras abiertas por el
malandraje
gerencial que maneja Rafaél Ramírez. En los últimos meses, sin contar
la emisión de bonos y los dineros inorgánicos recibidos del hamponato
del Banco Central, PDVSA ha mendigado hasta 12.000 millones de dólares
de las empresas petroleras “imperialistas”, como las llaman ellos con
cariño. En estos momentos busca un préstamo bancario por $3.000 millones
más, para pagar los intereses de la deuda que se vencen este año. Esta
es una inmensa suma de dinero que solo podrá pagarse hipotecando aún
más recursos petroleros de los ya hipotecados, recursos que no le
pertenecen, pués son propiedad de la nación. El problema es que la
nación está inerme ante el inmisericorde saqueo al cual está sometida.
Esto se está llevando a cabo debido a la insaciable rapacidad de un
régimen que ha dilapidado nuestro patrimonio y ante la complaciente
actitud de empresas que le dan dinero: la empresa China CNPC,
ChevronTexaco, ENI, Repsol, Gazprom,
Perenco, Schlumberger, Halliburton, Weatherford. Estas empress han
decidido arriesgar algún dinero de sus ganncias en otros países para
permanecer en Venezuela y lograr quedar como co-propietarios de las
reservas de petróleo y gas venezolanas cuando el régimen colapse. Desde
un punto de vista de estricta estrategia comercial, desprovisto de
basamento ético, estas empresas están agarrando los mangos bajitos,
afianzándose en Venezuela por virtud de sus aportes financieros a un
régimen degradado. Recuerda un poco la historia del Mr. Danger de “Doña
Bárbara”, dándole licor a un degenerado Lorenzo Barquero para tratar de
acostarse con su hija Marisela.
Barquero
tuvo un postrero momento de dignidad que lo redimió, al menos
parcialmente. La PDVSA de Ramírez y Maduro no lo tendrá porque es una
empresa orientada a engordar hampones a costa de la ruina nacional. Ya
hemos visto que el presupuesto de PDVSA para 2014 es tragicamente
deficitario.
¿
Con que
taparán el hueco? Pués montándose en la bicicleta y pedaleando
furiosamente. Lo que han montado es un gigantesco esquema Ponzi.
Este
régimen no debe continuar en el poder ni un día más. Permitirlo es
terminar de arruinar a Venezuela. Quienes tienen el poder de parar esta
hemorragia y no lo hacen son cómplices de la ruina venezolana.
¿
Quedará por allí alguien que tenga un postrero momento de dignidad?
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