Rafael Gallegos
Para
dejar de ser unos limosneros sentados en un barril, debemos cambiar nuestra
percepción del petróleo. El petróleo no
es riqueza, es simplemente dólares, que mal utilizados como hasta ahora, se
transforman en dolores: desigualdad, desempleo, hambre, frustración y mesías.
Hay
que aterrizar la figura de sembrar el petróleo, sustituirla por otra más
concreta: gerenciar el petróleo. Gerencia, gerencia y más gerencia, para
transformar el petróleo en desarrollo sustentable. Dadme una gerencia y moveré
a la industria petrolera… hubiera dicho Arquímedes.
El
futuro de nuestra industria petrolera radica en la Faja. Por ello es imperativo
gerenciar la Faja Petrolífera del Orinoco.
Transformar el crudo de los reservorios en
desarrollo de Venezuela, pasa por gerenciar integradamente la
explotación, la refinación, el transporte, la tecnología, el mantenimiento, los
socios, las inversiones, el impacto en las zonas aledañas, la economía conexa, la renta generada, la capacidad del
Estado local, regional y nacional para transformar esa renta en riqueza.
Se
trata de una gerencia que incluya aguas
arriba, aguas abajo y además... la vega del río. Porque con pobreza y sin
bosques, se acaba el agua dulce. Con hambre en los pueblos, ni se sostiene, y
mucho menos se justifica, ninguna industria petrolera.
TE VOY A CONTAR UN CUENTO
La culta
“gerencia” del gobierno ha parafraseado a Rubén Darío, en la Faja y en todo el
país: Venezuela, te voy a contar un cuento.
En
la Faja, que la gloriosa PDVSA anterior
logró llevar a más de medio millón de barriles, la “revolución” muestra como
logros los mejoradores dañados, la baja de producción, el coque que siembra el
petróleo en los pulmones de los anzoateguienses y el frenazo de un comandante
que mandó a parar. Es decir, mantenimiento
cero.
Luego
de la lobotomía petrolera, sustituyeron como socios, a transnacionales
conocedoras del negocio, por países
panas como Cuba, Nicaragua, Viet Nam, Bielorrusia y etcétera, etcétera.
Algo así como aliarse con unos médicos para “operar” una refinería, o con
carniceros en un restaurant vegetariano. Aparte de “limpios”, desconocedores.
Sin comentarios.
Basta de cuentos. Hay que gerenciar la Faja.
Comenzando
por romper el mito de que basta con una industria eficiente para transformar el
petróleo en prosperidad (mito de la gerencia
tubo), o el mito de los extranjeros malucos, o el que habla de la Faja como
crudo pesado, en la Faja el petróleo
pesado es pasado. La tecnología
actual permite llevar crudos de 8 grados API hasta de 25 o 30
grados.
Lo
que sigue siendo pesado, es la inoperante gerencia “revolucionaria”.
GERENCIA INTEGRADA
Cuando
cambie el gobierno, lo primero que habrá que adelantar es una auditoría técnico-financiera.
Paralelamente vendrá el Plan Maestro
Integrado que incluya el desarrollo
del negocio en la Faja, el de las zonas aledañas, de la economía conexa,
del uso de la renta, de la participación del gobierno y de las comunidades.
Misión:
Transformar el crudo de la Faja en calidad de vida.
Este
plan debe enfatizar en la búsqueda de socios
capitalistas con dinero y con tecnología. En la incorporación de recurso humano cónsono con las
competencias requeridas.
No
es suficiente un óptimo manejo operacional para transformar el petróleo en
calidad de vida. El Plan Maestro Integrado debe incorporar el concepto de Responsabilidad
Social (RS) para lograr drásticas mejoras sociales de las zonas
aledañas. Es decir carreteras, escuelas, hospitales, agro, industrias,
empleos… dinámica socioeconómica.
Y
ojo, no se trata de que las petroleras sigan siendo apéndices de los ministerios, como sucede hoy.
Zapatero a su zapato. Las petroleras a
producir petróleo y el gobierno a gobernar.
Y mucho
menos de ese potpurrí de empresas
“revolucionarias” y politizadas que ahora propone el gobierno entre la CVG y la
Faja. En lugar de competir por
producir lo harían por demostrarle al jefe quien tiene la camisa más rojita. Más quiebra
y más hambre. Sería tan absurdo e
inoperante como aliar a todo el país en una sola empresa. Concepto que seguramente
ronda en la esclarecida mente del líder
de esta desfachatada “revolución”.
La RS
implica equipos sociales entre empresas,
comunidades y gobiernos, para sustituir el marasmo de nuestros pueblos por
dinámica socioeconómica. Alianzas,
pero cada quien en lo suyo.
Un nuevo
paradigma. No basta una petrolera que opere bien para transformar el
petróleo en calidad de vida. De Perogrullo, la tarea es: desarrollar industria petrolera
eficiente + organizar las comunidades + hacer reingeniería en el Estado
venezolano.
Visión
integral para resolver problemas integrales. De lo contrario, seguiremos de
fracaso en fracaso, esperando las langostas luego de los estornudos de los
jeques árabes.
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