José Rafael Pocaterra hubiera encontrado en
esta “revolución” un gran filón para hacer otro capítulo de su gran libro,
denunciador por excelencia del castro-gomecismo. Porque lo que hemos vivido los venezolanos en
los últimos años es pura decadencia. Con el agravante que nos estamos comiendo
la flecha de la historia. En lugar de ir transitar hacia el siglo XXI, vamos
directo hacia la cueva de Trucutrú.
Pura
decadencia. Las cifras hablan por sí solas. Comencemos por la tan cacareada
soberanía alimentaria: según cifras de el gobierno y Fedeagro aparecidas en El Universal,
en los últimos cinco años la producción agrícola ha decaído así: maíz 40%,
arroz 35%, caña de azúcar 34%, café 46%, papa 63%, tomate 31% y cebolla 24%.
Sólo ha subido el pimentón en 34%. Los deslenguados dicen que por los guisos.
Continuando
con la soberanía alimentaria, las mismas cifras dicen que la superficie
cultivada ha disminuido entre 5 y más de 40 % en el maíz, arroz, yuca, apio,
plátano, aguacate, uva, lechuga, ajo, cacao, soya, tabaco, etc.
Y
en cuanto a la carne y la leche. Han seguido el mismo camino. Desde trece
millones de vacas hasta once. Suma cum
laude de la decadencia.
Ese
es el resultado de insultar a los empresarios del campo, expropiar entes
productivos, aislar a gobernadores de oposición, descuidar la infraestructura
agrícola. Todo un manual para acabar con el agro. Con razón no van al campo a
pedir votos. Saben que lo único que pueden pedir, es perdón.
Y
la decadencia es de amplio espectro.
En petróleo, antes de la lobotomía empresarial
PDVSA producía 3,2 millones de
barriles y pasó a 2,3 millones, cuando debería haber crecido hasta 6 millones.
En lugar de mejorar las refinerías, ahora importan
gasolina del mismísimo imperio. Y no darles pena.
Ante
tanta desfachatez, las exportaciones
también han decaído. Según cifras aparecidas en El Nacional, 55% en
los últimos siete años. Por otra parte, Venezuela exportaba en 1998, antes que llegara el comandante y
mandara a parar… la producción, más de 5.200 millones de dólares. Hoy, en plena
“revolución”, apenas exporta 3.200 millones.
En
Guayana, la “revolución” convirtió al
Guri en apagones y a las empresas básicas en… nostalgia. Las exportaciones de
hierro y aluminio han disminuido en más
de 57 %. La verdad es que hay que ser masoquista para votar por la
“revolución”. O sea… entre la libertad y el masoquismo. Usted decide.
Y
el colmo de los colmos. Según Cavidea, la venta de alimentos cayó al nivel más
bajo en los últimos tres años. “Se redujo la comercialización de leche, atún,
salsa de tomate, margarina, azúcar y harina, arroz y mayonesa”, explica Katiuska
Hernández, de El Nacional.
O
sea, producimos menos, exportamos menos, comemos menos. Eso sí, la inflación
más alta de América. Que viva la
“revolución”… dicen los
agricultores de Mercosur.
Puro
Trucutrú. Cavernas y mujeres arrastradas por los cabellos. En política, las
cavernas de Trucutrú son las viviendas insalubres, léase ranchos donde campea la inseguridad y los
pésimos servicios. Creciente déficit que en revolución ha crecido desde 1,5
millones de viviendas hasta 2,5.
En
política, las mujeres de Trucutrú arrastradas por el cabello, reflejan los
pisoteados derechos de los pueblos. Derecho a disentir sin ser mandado a
apresar por televisión… a criticar al gobierno por los medios sin que no se les
renueve la concesión, o sin que caigan en las políticas de “democratización”
del espectro… derecho a producir mercancías sin que otro espectro, el fantasma
de exprópiese (confísquese en lenguaje revolucionario), acabe con años de
esfuerzo y enrute familias completas hacia el hambre.
Trucutrú
es el modelo político de los países panas como Cuba, de cuyo líder se dice que
estudió primaria con el mismísimo personaje y por eso pretende que los
reprimidos cubanos sean como Shakira, ciegos, sordos y mudos. Puro siglo XIX. ¿Eso
es lo que usted quiere para Venezuela?
PARA
COMERTE MEJOR
No
crea que esta decadencia es casual. Es toda una estrategia de las caperucitas rojas del continente… para comerte
mejor, como en Cuba. ¿O es que usted
cree que si en Cuba la gente produjera y se enriqueciera y se organizara y se
expresara como en cualquier país próspero, los hermanos Castro estarían en el
poder?
O
sea… toda esta decadencia es para permanecer cual mesías tropical, en el poder
para toda la vida. La ruta del totalitarismo.
Pero
hay un camino. El triunfo de Capriles
revertirá tanta decadencia. Los empresarios producirán, los trabajadores
trabajarán y progresarán, el gobierno palnificará y aplicará efectivas políticas sociales pobreza cero, el
pueblo eligirá.
Y
Venezuela progresará. En nuestras manos se recuperará la república. En las
suyas y en las mías. Es el único camino.
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