La poca confianza en las autoridades afectan el desarrollo del negocio
La reversión de la Apertura Petrolera ha desembocado en juicios de arbitraje por expropiaciones
ERNESTO J. TOVAR
EL UNIVERSAL (05-08-12)
Basado en esa concepción, desde el año 2002 el Gobierno entendió que debía manejar de forma absoluta a Pdvsa, empresa que provee 96% de las divisas que obtiene Venezuela. Y tras el conflicto de los años 2002-2003, a partir de 2005 el entonces ministerio de Energía y Petróleo ordenó la ejecución de las disposiciones previstas en la actual Ley Orgánica de Hidrocarburos, vigente desde 2001.
En ese año 2005 el Gobierno dio el primer zarpazo para iniciar la reducción de los espacios ocupados por los privados en la industria petrolera. Al ordenarse a Pdvsa que "se pusiera fin" a los convenios operativos (iniciados en la década de los 90 del siglo pasado durante la Apertura Petrolera), arrancó otro período de no pocos forcejeos entre Pdvsa, la República y las transnacionales petroleras, que han demandado a Venezuela ante diversos tribunales de arbitraje alegando rupturas unilaterales de contratos y expropiaciones lesivas de derechos y activos.
En el año 2007 ya los convenios operativos y las asociaciones estratégicas habían quedado en el pasado. 32 convenios operativos pasaron a 21 empresas mixtas, con al menos 60% de las acciones, y el poder de decisión en manos de Pdvsa; y a ello hay que sumar la migración de las asociaciones estratégicas, que tras las traumáticas expropiaciones dejó conflictos aún por resolverse con Conoco Phillips y ExxonMobil.
Pdvsa Socialista
La política se ha impuesto sobre lo técnico en los criterios de gestión de Pdvsa, incluso en la formulación del fundamental Plan Siembra Petrolera. La asignación de bloques de la Faja del Orinoco, inicialmente hechos bajo licitación, ha venido entregándose discrecionalmente, en un entorno de alta presencia de empresas petroleras de países que también son aliados políticos, que se incorporan en minoría a las zonas de explotación.
Pero la mayoría accionaria también implica para Pdvsa el compromiso de colocar el grueso de las inversiones. Nelson Hernández, consultor en materia energética, y que laboró durante casi 30 años en el ministerio de Petróleo y Pdvsa en el área planificación, explica que "con las figuras anteriores Pdvsa no ponía dinero, y si lo hacía era muy poco. Hoy con el concepto de mixto tiene que poner 60% de la sociedad y las empresas privadas el 40%. Y ese 40% le permite a las empresas tener dentro de sus activos las reservas de crudo que representa el negocio, lo cual las fortalece ante los financistas. Bajo este concepto, Pdvsa no tiene (hoy) el suficiente dinero para financiar lo que le corresponde, calculado por el Gobierno en 200 millardos de dólares".
Pero el modelo de "control absoluto" de las operaciones petroleras ha causado problemas por la ineficiencia y el burocratismo dentro de Pdvsa, donde las decisiones se prolongan durante mucho tiempo. Aunado a ello, la estatal ha reducido su producción y sus ingresos en efectivo por exportaciones, ante esquemas como el financiamiento a Petrocaribe o el Fondo Chino (que representa más de 500 mil barriles diarios de las exportaciones), deteriorando su flujo de caja.
Hernández comenta que "a Pdvsa le corresponde invertir unos 120 millardos de dólares en la Faja, ¿y de dónde saldrá ese dinero? Más aún, la propia Pdvsa ha pedido a sus socios que inviertan por ella y que les pagará con petróleo; pero hay recelo de parte de los socios privados a que después de hechas las inversiones, no se les reconozcan. Por ello el avance de los proyectos es mínimo".
Tras siete años de reversión de la Apertura Petrolera, Petróleos de Venezuela ha visto como la producción petrolera de la Nación disminuyó de 3,25 millones de barriles al día en 2006 a 2,99 millones de barriles diarios al cierre de 2011, una baja de 8%. Al mismo tiempo, las exportaciones descendieron de 2,61 millones de barriles al día en 2006 a 2,46 millones de barriles diarios en 2011, una merma de 5,7%.
Para Nelson Hernández, "la industria petrolera no se ha fortalecido, sino que ha perdido terreno y potencial". Sobre el plan Siembra Petrolera, previsto inicialmente para 2005-2012, señala que "su postergación hizo que las metas se dificultaran por haber perdido niveles de producción de petróleo, gas o en petroquímica. En definitiva, para realizar el plan hay que permitir la participación privada".
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