El Alboroto Nuclear

Anibal Martinez

¿Dónde está el uranio o el torio para la central nuclear?

Venezuela es un país independiente… Nada nos va a detener en el camino de avanzar hacia la construcción de nuestro primer reactor de energía nuclear, porque es un derecho del pueblo de Venezuela a la ciencia y al desarrollo … No se someterá a ninguna supervisión exterior.., afirmó en Trípoli el presidente venezolano, Hugo Chávez Y reafirmó que El acuerdo firmado el 15 de octubre en Moscú con la Federación de Rusia para la construcción de una central nuclear, es una decisión soberana. ( AFP ).

¿Nada detendrá los planes nucleares?

El acad Aníbal R Martínez comenta al respecto:

La sabia Academia de la Lengua Española define “alboroto” en una primera acepción como vocerío o estrépito, causado por una o varias personas ; también es válida la segunda acepción, como desorden, tumulto ; igualmente se aplicaría, digo yo, la cuarta acepción, que es sobresalto, inquietud, zozobra .

Estimo pertinente, útil y necesario discutir calmadamente todos los aspectos del asunto, hasta donde pueda uno desentrañar las verdades y los hechos, de la construcción en el país de un reactor nuclear para fines pacíficos – como corresponde a una nación partícipe del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Tarea difícil, pues podría tratarse, según al autorizado vocero gubernamental que se oiga, de un reactor de 500 MW, dos de 600 MW cada uno o “una incursión a los 4000 MW ¿¡!? ”.

La verdad es que contamos con un grupo muy reducido de expertos y profesionales conocedores a fondo de lo que involucraría lanzarnos al diseño, construcción y manejo de una instalación nuclear. Fuese de Brasil o Argentina, o de países hermanos o imperiales, por fuerza tendríamos que ponernos en tales buenas manos y voluntades rectas.

Este programa nuclear se ha escogido sin planteo y resolución acertada de las muy numerosas incógnitas que se enfrentan, dificultades técnicas y científicas de variada naturaleza, más cuestiones sociales y ambientales de trascendencia, que por su propia esencia tiene. La base podría ser confianzas en promesas varias.

El fundamento de todo, la base firme, ser ía más bien que conociéramos con absoluta certeza si aquí tenemos o no minerales uraníferos en cantidad y calidad suficiente. Pensar en la minería en algún otro sitio del planeta de las menas con suficiente concentración de óxidos de U es absurdo, un sin sentido. Movilizar legalmente el radioactivo enriquecido desde el mismo u otro lugar previamente convenido, nos expone a sanciones y embargos en el juego más o menos “caliente” de la geopolítica universal.

Impulsada por el Consejo Nacional para el Desarrollo de la Industria Nuclear y el Ministerio de Energía y Minas, la exploración se adelantó con empeño hace cuatro décadas, de zonas favorables, conforme a analogías de naturaleza geológica pura. Para la literatura quedó el trabajo pionero del geólogo Jean Pasquali, el de Margarita Alberdi y Gloria Contreras sobre la Formación (Informal) Urico del Grupo Roraima, y los de Pasquali (1977) y Pasquali y Ramón Sifontes (2007), entre otros.

Por fin se reconoció al campo Faja del Orinoco más bien como obstáculo a migraciones eventuales. Del depósito de Navay en Táchira quedan el área probada y la concentración 100/400 ppm, en los mejores bolsones del depósito. La laterita del cerro Impacto, con torio y tierras raras, esperará las determinaciones subsuperficiales, por calicatas.

Desde hace décadas, pues, las 80 000 t de buen mineral, en cuanto “recursos razonablemente seguros por encima de los precios de mercado actuales” o “recursos en el sitio razonablemente seguros”, se redujo a 80 t. Hoy, la insistente presencia se menciona en declaraciones especulativas, antes que en papeles bien elaborados presentados en congresos geológicos o escritos para revistas especializadas de postín.

La incertidumbre se traspasó a las reservas P90 o los recursos P30 encontrados en secreto y actualmente en fase de minería preliminar, más en secreto. Algunos piensan, que hasta en las razones de la expropiación de grandes hatos, en las regiones para la búsqueda del precioso U. O los muchos acuerdos convenidos, con fecha precisa: 9 de marzo del 2005, por ejemplo.