viernes, 12 de noviembre de 2010

ABRACADABRA

Rafael Gallegos

Según los deslenguados, el gobierno acaba de importar desde la mismísima Persia de las mil y una noches, de las alfombras mágicas y de la energía nuclear “y que” pacífica; a un genio con botella y todo. Al frotar la botella y pronunciar abracadabra, el genio se aparece con un atuendo rojo rojito desde las zapatillas y las medias, hasta el turbante y la varita. Mande mi amo - dice cual miembro de algún poder. Según los vendedores, el genio es especialista en desaparecer los problemas. Dicen que salió cachigratis… fue cambiado por una refinería como las que el gobierno ofrece y jamás construye. Su rol será solucionar al ritmo de abracadabra, la compleja problemática del país. Quedó abolida la ruta gerencial, donde el gobierno exhibe un redondísimo cero en gerencia; tal como en su momento se abolieron las rutas de la empanada, del cacao y del plátano sancochado. Se comenta que por allí que esta nueva “ruta abracadabra”, será la única autorizada para afrontar la problemática nacional.

Habría que felicitar al gobierno. Ante tanto fracaso en petróleo, agricultura, producción industrial, construcción de viviendas y paremos de contar, es imperativo buscar una manera distinta de hacer las cosas. Tal vez la varita mágica frene esta marabunta de destrucción nacional. Ante la inflación de dos dígitos ya instalada en Venezuela, el genio de la botella haría desaparecer un dígito. En lugar de 28 % de inflación, con la varita y abracadabra, eliminaría el 2 y quedaría… pura magia, un 8% o, descaro de descaros… eliminaría el 8 y quedaría… un 2% de inflación. Cachigratis. Para ayudar al genio, los magos del Banco Central calcularían el índice basados en los precios congelados del pollo y la leche Mercal, y para los demás productos, precios de Caldera I. Y aunque usted no lo crea, prometen hasta deflación.

Para revertir el decrecimiento del país, abracadabra, y lo negativo… se tornaría en positivo. O sea… hecho en socialismo. Previamente los “revolucionarios” rebautizarían al capitalista, oprobioso y sobre todo molesto Producto Interno Bruto (PIB), llamándolo Producto Interno Inteligente (PII), o mejor, Producto Interno Revolucionario (PIR). Para asegurar el “crecimiento” se promulgaría un decreto, declarando traidores a la patria a los medios privados cuyas cifras no cuadren con las del genio.

Igual, a punta de abracadabra, se “solucionarán” las cifras de violencia, de construcción de vivienda y de hambre. Para las del desempleo, sumarán como “empleado”, además del ya incluido “trabajador” de las Misiones, a los mata tigres con más de cinco años en el oficio, a los escuálidos botados que no hayan cobrado sus prestaciones y a los sin oficio que se entretengan por más de dos horas semanales viendo a los obreros de la construcción trabajar. Finalmente a los comisionistas, a los que además se les reconocerían para la jubilación, los años de “martillo”.

Ante tanta hermosa expectativa, al genio le prometieron condecorarlo con la “Orden del Constructor Socialista”. Para el acto, le exigieron escribir un discurso de orden exponiendo que por culpa del fracaso del mundo capitalista y del bloqueo ideológico que ha levantado la prensa escuálida internacional, existen en Venezuela problemas; pero que la “revolución” nos ha blindado. Por ejemplo: gracias al blindaje, la baja de producción agrícola, no se refleja en hambre; ni la baja del 40% del parque industrial en desempleo; ni la pésima atención de los hospitales, en mala salud de la población; ni la bajísima construcción de viviendas, en venezolanos a la intemperie; ni los altísimos índices de violencia, en inseguridad; ni el 15 % de baja de consumos en supermercados, en desnutrición; ni las empresas expropiadas al borde de la quiebra, en disminución de productividad; ni la derrota oficialistas del 26 S, en minoría en la Asamblea. Puro blindaje, del “revolucionario”. Como diría Cantinflas: llovemos; pero no nos mojamos.

Dicen que el genio se negó rotundamente a escribir tamaño disparate. Yo lo que soy es genio, no demagogo – habría dicho visiblemente molesto. Ni siquiera los genios podemos hacer círculos cuadrados. Ustedes lo que necesitan es un demagogo, y esos les sobran. Para qué me trajeron – reclamó indignado, al par que gritó abracadabra y desapareció para siempre.

Los funcionarios sorprendidos, metían su ojo en el ojo de la botella sin resultado alguno. Temblorosos, se preguntaban: ¿qué le diremos al jefe? Buscaron unos genios tapa amarilla de los países pana; pero tan chimbos, que cuando decían por ejemplo, hágase la luz, provocaban el efecto contrario y Venezuela se llenaba (más) de apagones. El apagón es mediático, se justificaban ante un pueblo que cada vez los aplaudía menos. Abracadabra… abracadabra, repetían, tratando inútilmente de revertir el barranco de las encuestas.

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