miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ningún extremo sirve

NO MAS PRESOS POLITICOS NI PERSEGUIDOS

Juan Fernandez

Con la misma característica de siempre de un tono amenazador pero a la vez mostrando una gran debilidad , Chávez arremete de nuevo contra los venezolanos, probablemente por saber de manera anticipada que sus políticas, la supuesta revolución, el socialismo del siglo XXI, y el mar de la felicidad, son un fracaso total. Sin embargo, como el poder es la obsesión de su mandato que mejor que aplicar con voz gritona, ese mensaje de ir hacia una profundización de la revolución, girando hacia la extrema izquierda, es decir tomar la vía del comunismo para ser implantada a la fuerza en nuestro país. Ahora bien tal y como si se tratase de Cantinflas diciendo; ” Aquello que dije no fue lo que dije, sino mas bien , siga y cuando pueda me lo explica”, cuando señala que hablar de extrema izquierda no es ir al atraso del comunismo, seguramente sus asesores cubanos, y todos los comunistas trasnochados que deambulan por Miraflores, viendo la realidad de Cuba con 50 años viviendo en la mentira de promesas que jamás llegan, le aconsejaron aclarase y con su cara tan campante matiza su palabrerías.
El sistema comunista como todo el mundo sabe y conoce no funciona, no sirve, es un fracaso, el fin de la Unión Soviética es el ejemplo claro de lo absurdo de ese sistema de vida. Por cierto en Rusia el gobierno de Dimitri Medvedev y su primer Ministro Putin van hacia un proceso de privatización de cientos de empresas y activos, que se estiman por un valor de 50.000 millones de dólares, entre ellas la empresa petrolera Rosfnet. Pues la crisis económica no permite seguir absorbiendo el déficit que generan en el gasto publico y por lo tanto el estado para ser más eficiente transfiere al sector privado esas actividades que van desde el transporte, petróleo, finanzas, etc. Tendrá Chávez mejor ejemplo que el de su pana Putin su suministrador de armas preferido, para darse cuenta del fracaso o prefiere seguir a Fidel.
Diversos estudiosos de la economía siempre han mantenido que el sistema comunista es inviable, el control del estado de toda actividad, la sujeción a una economía centralizada, la eliminación de la propiedad, de la actividad emprendedora, no se puede mantener indefinidamente. La limitaciones impuestas por un sistema de vida que hace de las personas subordinados de un poder político, terminan destruyendo todo, pensemos por un momento en Chernóbil en Bielorrusia, uno de los últimos amores de Chávez, ¿Será ese el ejemplo deseado por los venezolanos?
Todos los extremos son malos y bajo ese concepto la propuesta de Chávez, solo conseguiremos ir desvalorizando al país y no la creación de riqueza para sus ciudadanos. La mayoría de los venezolanos entendemos la necesidad de políticas económicas y sociales que nos llevan a una sociedad con menores desigualdades. De nuevo la solución a las desigualdades pasa por generar riqueza, por aumentar la educación, por fomentar el espíritu emprendedor, por el trabajo, y sobre por una visión compartida, en el mundo globalizado del siglo XXI las recetas de los extremos no funcionan, es con políticas de centro, las cuales suman por cierto a la mayoría de la gente.
Todo lo anterior, nos lleva a la conclusión como ocurrió a los países ubicados en los extremos sean de derecha o de izquierda, es decir dictaduras de derecha o de izquierda, están condenadas al fracaso y Chávez como todos aquellos no será la excepción.
La responsabilidad ciudadana, recae en no permitir el colapso a cenizas de nuestro país, en ello todo somos responsables de lograr el cambio urgente que necesitamos.
Por último la solidaridad con todos los que trabajan en Globovisión, la situación que viven de incertidumbre y amenaza constante, me recuerda la angustia de sus familias, muy similar a lo que los trabajadores petroleros viven desde su despido injustificado e ilegal, así como miles de trabajadores del sector público. Estar acompañado por la razón es un ejemplo a seguir dado por estos dignos trabajadores de un medio de comunicación para mantener la frágil luz de libertad.

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