Guillermo A. Zurga
Según una inmensa mayoría de reconocidos escritores, analistas políticos, sociólogos, historiadores y pensadores políticos en general, el venezolano Rómulo Betancourt, fue uno de los políticos más grandes de Latinoamérica, quién es reconocido en Venezuela y el mundo como el padre de la democracia venezolana, con gran influencia en la preservación de la democracia latinoamericana.
Cada vez que analizo y/o leo algún material escrito sobre Rómulo Betancourt, siento mayor admiración y respeto hacia ese gran líder de las mayorías demócratas del continente americano, quién demostró con hechos y sacrificios ser un formidable luchador a favor de la democracia universal, la cual estaba siendo imposibilitada por dictadores de su época.
Como lo dice la historia, fue uno de los jóvenes que se opusieron abiertamente a una las dictaduras más sanguinarias habidas en Venezuela, como lo fue la dictadura de Juan Vicente Gómez, quién por casi treinta años, actuó prácticamente como dueño y señor de Venezuela, tal como ocurre en la actualidad con el gobierno cívico militar encabezado por Hugo Chávez. Rómulo Betancourt, también se opuso tenazmente a la dictadura posterior del también militar Marcos Pérez Jiménez, a quién contribuyó a derrocar en 1958.
Con un inicio político como comunista, razón por la que fue perseguido y exiliado varias veces por la dictadura de Juan Vicente Gómez, Rómulo Betancourt, cambió de ideología y su pensamiento le convenció de las bondades de la democracia, razón por las que abandonó las filas del comunismo, fundó al Partido Democrático Nacional (PND), y posteriormente fundó a Acción Democrática (AD), el partido político más democrático, grande y glorioso que ha tenido Venezuela hasta la actualidad.
Una vez que llegó a la presidencia de la república de Venezuela, su primer propósito fue el de estabilizar la recién conquistada democracia, la cual siguió siendo asediada por conspiradores militaristas y comunistas durante los primero años de su gobierno. Para proteger la democracia y fortalecerla tal como lo hizo, se alió con los partidos políticos de Copey y URD, conformando el conocido pacto de Punto Fijo, alianza esta que duró hasta la pérdida del gobierno a favor del chavismo.
Todos conocemos los intentos fallidos del actual gobierno chavista de satanizar a Rómulo Betancourt y desconocer su obra pro democrática, al punto de ofrecer freír en aceite, las cabezas de todos los adecos, asunto que casi logran de no haber sido por la fortaleza de la democracia venezolana, siendo Rómulo Betancourt, en unión a otros demócratas insignes, tales como Jóvito Villalba y Rafael Caldera, reconocidos como sus legítimos creadores.
Estas reflexiones sobre los peligros que atraviesa la democracia venezolana a manos de un grupo de fanáticos e inescrupulosos civiles y militares que se han confesado marxistas leninistas, obligan a darle las gracias a ese inigualable líder y luchador político que se llamó Rómulo Betancourt. ¡Muchísimas gracias Rómulo!, por la fortaleza que diste a nuestra democracia, que gracias a ella, ha resistido todas estas insólitas agresiones, con intenciones de abolirla. Gracias por convertirnos en defensores de la democracia y darnos fe en ella.
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