Odoardo León-Ponte
Este
término siempre ha sido utilizado para identificar a las personas que
opinan sobre la materia petrolera, irrespectivamente de si sus
conocimientos provienen de su participación en las actividades de la
operación petrolera misma. Así, hemos vivido etapa tras etapa en las
cuales hemos oído y atendido a lo que han dicho quienes se hayan
autodesignado o hayan sido designados como técnicos petroleros, sin
distinguir en cuanto a la especialidad de la actividad petrolera de que
se trate. Hemos oído opiniones de todo tipo provenientes de todo tipo de
expertos petroleros, sobre todo tipo de actividades sin que, en la
mayoría de los casos, hayan sido tratados los temas por personas con
formación profesional y experiencia práctica en materia petrolera.
Durante la
etapa anterior a la estatización de las actividades petroleras, al
personal de las empresas petroleras no se le pedía opinión bajo la
premisa de que trabajaban para empresas de capital extranjero. En
consecuencia surgían los técnicos petroleros de los partidos políticos o
de las organizaciones que se estimaba tenían como norte el mejor
interés del país. Era común oír las opiniones relacionadas con la
actividad petrolera de personas quienes, en nombre propio o
en representación de instituciones distintas a las empresas operadoras,
tenían qué decir sobre el petróleo. Se actuaba y opinaba más en función
política que en función de la realidad técnica y en muchos casos el
objetivo era lograr una figuración personal. Aparecían los voceros,
entre los cuales algunos merecían respeto, pero la vocería se manejaba
principalmente en función de enfoques políticos y hasta politiqueros.
Pero
también se dirimían las diferencias sobre enfoques en la gama de eventos
que se desarrollaban organizados bajo los auspicios de las asociaciones
profesionales, en los cuales participaban tanto los expertos petroleros
como los que trabajaban en la industria, además de los políticos. En
ellos se debatía la materia y se identificaban las posiciones y las
opiniones de los participantes, sin que hubiera limitaciones al derecho o
a la participación misma. Actividad positiva.
Como
resultado de la decisión de estatizar la actividad petrolera, los
profesionales y técnicos que conformábamos los cuadros de la industria
petrolera privada, los verdaderos técnicos petroleros, generalmente de
bajo perfil , decidimos incorporarnos como parte en el proceso, para los
cual tres gerentes de nivel medio de la Shell fundamos la
Agrupación de Orientación Petrolera, Agropet. Esta agrupación, logró
con sus razonamientos y su participación, respaldada por 2.500
profesionales y un grupo importante de los altos jerarcas de las
empresas y del ejecutivo, que se tomara en cuenta su criterio en el
debate y con su participación se logró una estatización “sensata, no
traumática y civilizada”. Agropet le presentó sus observaciones y
recomendaciones al gabinete ejecutivo y a la Comisión Nacional de
Reversión, en
Miraflores. Se estatizo la actividad.
Quedaban
siempre las dudas sobre el rumbo que seguiría la industria petrolera en
manos del estado y bajo la influencia de los políticos. Se trataba de
la difícil tarea de mantener una isla de excelencia en un
país donde se había desproporcionado el poder económico y político a
favor del estado. A pesar de los esfuerzos positivos, el tiempo daría la
razón a las dudas.
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