viernes, 8 de junio de 2012

CELEBRANDO EL PORTEÑAZO


                                                                                                  Rafael Gallegos
La historia la escriben los ganadores. ¿Quién lo duda? Si Hitler hubiera ganado la guerra, seguramente hubiera conmemorado cada año la heroica participación de la Fuerza Aérea alemana en la masacre de Guernica. Hubiera brindado en cada efemérides, con el caudillo por la gracia de Dios, Francisco Franco. Y hasta hubieran ampliado el festejo a cuatro, con el Duce Benito Mussolini y el Emperador  Hirohito. ¿Alguien descartaría una partida de Dominó entre esos cuatro líderes de la democracia? Y tal vez hubieran destruido públicamente el cuadro Guernica, del para ellos reaccionario y brocha gorda Picasso.
En Venezuela, los ganadores actuales– por ahora y hasta el 7 de octubre – ya celebran “sus” acontecimientos heroicos. Tal como el 4F, de ninguna manera un golpe militar, sino una rebelión de ángeles. O el  27 N, ídem. Y ahora, los gracias a Dios fracasados golpes contra la naciente democracia de los años sesenta: el carupanazo, el barcelonazo y el porteñazo, del cual se cumplieron recientemente 50 años.
Tal vez pronto celebren como fiestas patrias “batallas” guerrilleras, el asalto  al tren de El Encanto y hasta la gloriosa acción de “matar un policía todos los días”. Historiadores ganadores habemus… claro, por ahora y sólo por ahora, agregamos nosotros.
“CONCIUDADANOS”, DECÍA EL VIEJO RÓMULO
 En la Venezuela de los años sesenta – y esto hay que repetirlo para que no lo olviden ni las nuevas, ni las viejas generaciones – hubo una dura lucha por defender la democracia, encabezada  por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni,  Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Jóvito Villaba  y militares constitucionalistas, entre otros luchadores gremiales, sindicales, partidistas, y en general … ciudadanos demócratas.  
La pelea contra el gobierno de Betancourt fue dura. Los militares, de extrema derecha y de extrema izquierda, querían derrocarlo. El dictador Rafael Leonidas Trujillo, alias Chapita, desde República Dominicana, intentó asesinarlo el 24 de junio de 1960. Por su parte, los comunistas también querían acabar con la naciente democracia e implantar la fotocopia de la totalitaria Cuba, en Venezuela.
Los comunistas le planteaban al pueblo que Betancourt era un defensor de la oligarquía, ¿le suena?...  un agente del  imperialismo yanqui, ¿le suena?... un traidor a la patria ¿le suena? Puros discos rayados. 
Planteaban que el capitalismo era atraso y significaba hambre para los pueblos, ¿le sigue sonando? Y hablaban de la “democracia burguesa” como contraparte a la “democracia popular” que en sus países encabezaban los democratísimos y perpetuos  Krucheff, Mao, Ceussescu, Tito y otros líderes que ganaban todas sus farsas electorales con 99 % de los votos. Ah! y no se movía una hoja sin sus anuencias y además, TODOS ERAN POBRES, A EXCEPCIÓN DE LAS NOMENKLATURAS. ¿Es eso lo que usted quiere para Venezuela?
Los comunistas hablaban de los logros de la gloriosa revolución de la Unión Soviética, por supuesto obviando las purgas de Siberia del no menos glorioso camarada Stalin, así como  el imperialismo comunista en los países esclavizados tras la cortina de hierro.
Lo increíble es que hoy, en pleno siglo XXI, los comunistas pretendan seguir con la misma música, ahora con arreglos de son cubano, luego de la estrepitosa caída del muro de Berlín, del suicidio del comunismo soviético y del fracaso cubano. Algo así como pretender que nuestra juventud vuelva al televisor blanco y negro, al picó, a los cassettes… Dios mío, puro Trucutrú.
Por su parte, la siempre gloriosa revolución cubana tropicalizó el símbolo comunista de la hoz y el martillo. Eliminó la hoz y le aplica a Venezuela todos los días el “martillo”: cien mil barriles de petróleo.
Los alzados buscaban instaurar en Venezuela un régimen comunista como el de la isla. Los demócratas encabezados por Betancourt, se defendieron a capa y espada. Al final, derrotaron a Castro, que hasta fue expulsado de la OEA. La misma OEA que hoy algunos intentan colocarle en bandeja de plata.
Ahora el gobierno celebra el porteñazo. ¿Qué pensarán los hijos y nietos de los militares muertos defendiendo la democracia? ¿Qué hubiera sido de Venezuela de haberse implantado en esos días un régimen como el cubano con un solo partido, un solo periódico, una sola radio, un solo jefe?
Gloria a los demócratas que triunfaron en los sesenta. Derrotaron a Fidel Castro y por ende  a los soviéticos. Y  también a los dictadores tipo Pinochet, o Videla, o Velazco Alvarado.
Impusieron un régimen democrático de grandes logros, que se agotó en los ochenta y no supimos sustituir con más democracia, por lo que hoy pagamos las consecuencias.
Que celebren  sus golpes de estado… por ahora.  Ya llega la hora de celebrar la democracia. Si la quiere, luche. Capriles Presidente. Pilas y guáramo son nuestras primeras necesidades.

No hay comentarios:

Entradas mas leidas

Navegacion