La historia la escriben los
ganadores. ¿Quién lo duda? Si Hitler hubiera ganado la guerra, seguramente
hubiera conmemorado cada año la heroica participación de la Fuerza Aérea
alemana en la masacre de Guernica. Hubiera brindado en cada efemérides, con el
caudillo por la gracia de Dios, Francisco Franco. Y hasta hubieran ampliado el
festejo a cuatro, con el Duce Benito Mussolini y el Emperador Hirohito. ¿Alguien descartaría una partida de
Dominó entre esos cuatro líderes de la democracia? Y tal vez hubieran destruido
públicamente el cuadro Guernica, del para ellos reaccionario y brocha gorda
Picasso.
En Venezuela, los ganadores
actuales– por ahora y hasta el 7 de octubre – ya celebran “sus” acontecimientos
heroicos. Tal como el 4F, de ninguna manera un golpe militar, sino una rebelión
de ángeles. O el 27 N, ídem. Y ahora, los
gracias a Dios fracasados golpes contra la naciente democracia de los años
sesenta: el carupanazo, el barcelonazo y el porteñazo, del cual se cumplieron
recientemente 50 años.
Tal vez pronto celebren
como fiestas patrias “batallas” guerrilleras, el asalto al tren de El Encanto y hasta la gloriosa
acción de “matar un policía todos los días”. Historiadores ganadores habemus… claro,
por ahora y sólo por ahora, agregamos nosotros.
“CONCIUDADANOS”,
DECÍA EL VIEJO RÓMULO
En la Venezuela de los años sesenta – y esto
hay que repetirlo para que no lo olviden ni las nuevas, ni las viejas
generaciones – hubo una dura lucha por defender la democracia, encabezada por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Jóvito
Villaba y militares constitucionalistas,
entre otros luchadores gremiales, sindicales, partidistas, y en general … ciudadanos
demócratas.
La pelea contra el gobierno
de Betancourt fue dura. Los militares, de extrema derecha y de extrema
izquierda, querían derrocarlo. El dictador Rafael Leonidas Trujillo, alias
Chapita, desde República Dominicana, intentó asesinarlo el 24 de junio de 1960.
Por su parte, los comunistas también querían acabar con la naciente democracia e
implantar la fotocopia de la totalitaria Cuba, en Venezuela.
Los comunistas le
planteaban al pueblo que Betancourt era un defensor de la oligarquía, ¿le
suena?... un agente del imperialismo yanqui, ¿le suena?... un traidor
a la patria ¿le suena? Puros discos rayados.
Planteaban que el
capitalismo era atraso y significaba hambre para los pueblos, ¿le sigue
sonando? Y hablaban de la “democracia burguesa” como contraparte a la
“democracia popular” que en sus países encabezaban los democratísimos y
perpetuos Krucheff, Mao, Ceussescu, Tito
y otros líderes que ganaban todas sus farsas electorales con 99 % de los votos.
Ah! y no se movía una hoja sin sus anuencias y además, TODOS ERAN POBRES, A
EXCEPCIÓN DE LAS NOMENKLATURAS. ¿Es eso lo que usted quiere para Venezuela?
Los comunistas hablaban de
los logros de la gloriosa revolución de la Unión Soviética, por supuesto
obviando las purgas de Siberia del no menos glorioso camarada Stalin, así como el imperialismo comunista en los países
esclavizados tras la cortina de hierro.
Lo increíble es que hoy, en
pleno siglo XXI, los comunistas pretendan seguir con la misma música, ahora con
arreglos de son cubano, luego de la estrepitosa caída del muro de Berlín, del
suicidio del comunismo soviético y del fracaso cubano. Algo así como pretender
que nuestra juventud vuelva al televisor blanco y negro, al picó, a los
cassettes… Dios mío, puro Trucutrú.
Por su parte, la siempre gloriosa
revolución cubana tropicalizó el símbolo comunista de la hoz y el martillo.
Eliminó la hoz y le aplica a Venezuela todos los días el “martillo”: cien mil
barriles de petróleo.
Los alzados buscaban
instaurar en Venezuela un régimen comunista como el de la isla. Los demócratas
encabezados por Betancourt, se defendieron a capa y espada. Al final,
derrotaron a Castro, que hasta fue expulsado de la OEA. La misma OEA que hoy
algunos intentan colocarle en bandeja de plata.
Ahora el gobierno celebra
el porteñazo. ¿Qué pensarán los hijos y nietos de los militares muertos
defendiendo la democracia? ¿Qué hubiera sido de Venezuela de haberse implantado
en esos días un régimen como el cubano con un solo partido, un solo periódico,
una sola radio, un solo jefe?
Gloria a los demócratas que
triunfaron en los sesenta. Derrotaron a Fidel Castro y por ende a los soviéticos. Y también a los dictadores tipo Pinochet, o
Videla, o Velazco Alvarado.
Impusieron un régimen
democrático de grandes logros, que se agotó en los ochenta y no supimos
sustituir con más democracia, por lo que hoy pagamos las consecuencias.
Que celebren sus golpes de estado… por ahora. Ya llega la hora de celebrar la democracia.
Si la quiere, luche. Capriles Presidente. Pilas y guáramo son nuestras primeras
necesidades.
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