lunes, 25 de julio de 2011

REBOTE DE VENEZUELA


Rafael Gallegos
La verdad es que  tanta desfachatez junta,  no es viable. El país se cae a pedazos. El que tenga ojos que vea. Y por donde vea… la crisis es redondita. El “sueño” del modelo cubano, pesadilla para la mayoría de los venezolanos, no es posible en el siglo XXI. Los deslenguados dicen que esta “revolución” hace agua y que  ya oyen los glub, glub, glub. Lo cierto es que los venezolanos debemos prepararnos para una nueva etapa. Algunos plantean que el daño es tan grande que tardaremos muchos años en recuperarnos. Que si la industria petrolera, que si la producción agrícola e industrial, que si las instituciones, que si el resentimiento, o la división del alma nacional. Muchos años, dicen. Sin embargo, revisemos la historia.
Europa quedó devastada en 1945. Muchos pensaron en el final de la cuna de la civilización occidental. Pero apenas diez años después, se había operado una sorprendente resurrección. La ayuda del Plan Marshall fue importante; pero más fue la capacidad de los europeos para asimilar las lecciones y apartar los resentimientos. Comenzaron con la Comunidad Económica del Carbón y Acero (CECA), donde Francia y Alemania Occidental sembraron, por encima de las rencillas de décadas,  la semilla de la Unidad, base de  la próspera Europa de hoy. ¿Qué hoy tienen  problemas algunos de sus miembros? Es cierto y tal vez la solución sea más unidad. ¿Qué tal los Estados Unidos de Europa? Hoy Europa es más democrática y próspera que nunca. Trabajaron en equipo, impusieron la democracia para todos y lograron maravillosos incrementos de productividad. Hay quienes dicen que sin la guerra, Europa no hubiera salido de ser un continente vetusto y flemático. ¿Destrucción creativa? Lo cierto es que Europa, luego de la guerra… rebotó.
El rebote de Japón, es más impresionante. Luego de dos bombas atómicas y un emperador humillado, se transformaron radicalmente, a punta de creatividad, equipos sociales y gerencia. Mudaron  la capital del comercio mundial desde el Atlántico, al Pacífico Norte. Y con sus vecinos de la guerra, transitaron la ruta más exitosa de la historia,  la ruta de los MADE IN. Made in… Japón, Taiwan, Corea, Indonesia, China, hasta Viet Nam. O sea, los poderosos Tigres Asiáticos, principales causantes de los crónicos déficits de los Estados Unidos.
¿MADE IN VENEZUELA?
En Venezuela, hemos transitado trece años de destrucción (estratégica). PDVSA, agro, industria, instituciones, el alma nacional. Las cifras hablan muy claro. Cual rey Midas al revés, hemos transformado un millón de millones de DÓLARES, en DOLORES para millones de venezolanos. Decadencia de la producción petrolera a la mitad de lo que teníamos y la tercera parte de lo que deberíamos producir, baja drástica de la producción de bienes y servicios, creciente déficit de viviendas, deterioro del  proceso democrático. No sigo… porque me niego a echarles cuentos a ustedes, que  saben tantas historias. 
Venezuela está obligada a rebotar una vez finalice esta “revolución”. La férrea unidad es hoy el pivote de la esperanza. Líderes tenemos: Ledezma, Capriles, Fernández, María Corina y paremos de contar…todos tienen credenciales y ejecutoria. Y todos se alinearán tras el candidato unitario que emerja de las primarias. Además, hay un gran consenso programático. El aperitivo: rescatar las instituciones, descentralizar el país, garantizar la libertad de expresión, liberar los presos políticos, restituir sus derechos a los confiscados  de sus bienes y de sus trabajos, respetar la empresa privada, dar garantías legales a los inversionistas, modernizar las cárceles, rescatar - uno por uno - los hospitales, centros de salud y las escuelas. Estas medidas despertarán en el país certeza en el futuro, solidaridad, espíritu de trabajo en equipo, elevación de la moral, innovación, gerencia. Permitirán la  aplicación de programas (ya en diseño) de rescate de la industria petrolera, de la producción agrícola e industrial, programas de infraestructura y efectivas políticas sociales.  Atraerán inversionistas nacionales e internacionales. El petróleo como pivote es muy poderoso. Somos el único país del mundo en condiciones de utilizarlo. Se crearía un espíritu superior al del 23 de enero de 1958, ya que se complementaría con un fuerte componente estratégico en lo económico y social.
Eso sí, tenemos que hacer un buen inventario de lecciones aprendidas… para no repetirlas. La oportunidad de convertir lo sucedido en una “destrucción creativa” que nos permita hacer cambios de raíz, que antes de este “socialismo” no hubiéramos podido efectuar. Parafraseando a Aquiles Nazoa, debemos convocar a los poderes creadores del pueblo… para lograr un rebote de país.
Si solicita líder y se solicita pueblo. Hay que soñar y luchar para que los sueños dejen de ser sueños. El cielo debe ser el límite. Total… somos vino tinto.

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