Eddie Ramirez
Hoy la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) está cumpliendo 50 años. Nació por iniciativa del venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo y del jeque Al Tariki, de Arabia Saudita, a los dos países citados se unieron inicialmente Irán, Irak y Kuwait. Esta acción fue una reacción ante la política de las empresas multinacionales de imponer precios y niveles de producción sin consultar a los países en cuyo subsuelo se encontraba el petróleo, con el ventajismo de ser compradoras y vendedoras. Esto les permitía establecer descuento de comercialización y así evadir impuestos.
Los primeros años fueron difíciles, tanto por los diferentes intereses de los miembros del Cartel, como por las presiones de las multinacionales y de los países industrializados. Aspectos políticos tales como el embargo árabe a raíz de la guerra con Israel, la guerra Irán-Irak y la invasión de Irak a Kuwait sin duda complicaron el manejo y las estrategias de la Organización, la cual ha cometido errores pero también ha tenido grandes logros. Para quienes estén interesados en el tema una referencia es el libro de Luís Lugo La singular historia de la OPEP, editado por el Cepet en 1994.
La participación de Venezuela como miembro de la OPEP no ha estado exenta de polémica. Básicamente, algunos expertos no consideran conveniente que nos amarremos a cuotas de producción, tomando en cuenta que poseemos abundantes reservas que pueden durar más allá de la era del petróleo y que otros países no miembros de la OPEP tomarían nuestros mercados. Otro argumento aducido es que nuestros pozos producen en promedio menos de 200 barriles por día, por lo cual cuando el cartel decide disminuir la producción, Venezuela tiene que cerrar muchos pozos y ello afecta la economía de las regiones productoras, reduciendo el empleo local. Por el contrario, Arabia Saudita y los países del golfo tienen pozos con producciones de hasta 4.000 y más barriles por día, por lo cual solo ameritan cerrar unos pocos. Lógicamente, si los miembros de la OPEP rompen los acuerdos y elevan la oferta de petróleo, los precios disminuyen afectándose los ingresos al fisco. Esto último inclina a muchos estudiosos del tema a defender la permanencia en la OPEP.
Actualmente la demanda mundial de petróleo es de 84,9 millones de barriles por día, de los cuales los doce países de la OPEP suministraron en agosto 29,1 millones, correspondiendo a Venezuela solo 2,3 millones. Los países no OPEP produjeron 50,1 millones. Un punto importante es que los miembros de la OPEP disponen del 77% de las reservas de petróleo del mundo. Quien esto escribe no es experto en el tema, pero tengo la percepción de que las tres o cuatro primeras décadas de esa Organización fueron exitosas y justificaban la presencia de Venezuela. Quizá este cincuentenario sea oportuno para que quienes conocen de política petrolera analicen el futuro para orientar las decisiones del gobierno que sustituirá al actual régimen totalitario.
Como en botica: Lo del sabotaje eléctrico es otra patraña tan grande como la del sabotaje petrolero; el régimen sigue queriendo disfrazar su ineficiencia en el mantenimiento de plantas y equipos. Los frecuentes volcamientos de gandolas cargadas de combustible indican que ya no se practica una buena selección y entrenamiento de los choferes, ni se le da mantenimiento a las unidades. El régimen quiere ahogar económicamente a las ONG que velan por los derechos humanos y por la democracia. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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