Rafael Gallegos
Antonio
Leocadio Guzmán era muy brollero. Desde el periódico “El Venezolano” y desde su
partido Liberal creó, a punta de ideas y denuncias, un ambiente muy polémico. Por
ello su archirrival Juan Vicente González, tan peleón e inteligente como él;
pero ubicado en el bando conservador, le endilgó el mote de “padre de la
mentira”.
Cuando
José Antonio Páez conoció al hijo de Antonio Leocadio, el futuro presidente
Antonio Guzmán Blanco, le dijo: ah!, tú eres el hijo del “padre de la mentira”,
o sea… tú eres, “la mentira”.
Años
después, en 1877, cuando “la mentira” era
el hombre fuerte de Venezuela y cumplió siete años como Presidente de la República, decidió irse a
París y dejar el coroto por un tiempo. Dejó como encargado a su fiel lugarteniente
Francisco Linares Alcántara. O sea, éste
quedó como el “heredero de la mentira”.
Le
tocaba gobernar, como hoy pretende hacer Nicolás, en el nombre de otro. En este
caso, hay que aclarar, Guzmán Blanco estaba vivo.
Linares
Alcántara confundió su rol. Creyó que estar cerca del poder, era estar en el
poder. Y comenzó a encabezar la reacción contra Guzmán Blanco. Tumbaron las dos estatuas que
se había auto erigido el autócrata, bautizadas por la sorna del pueblo
como “el manganzón” y “el saludante”.
Linares
Alcántara se creyó poderoso. En una de esas bajó a La Guaira, se comió un dulce
de lechoza… y se murió. Todavía los historiadores no han determinado si el
“heredero de la mentira” falleció envenenado por sus enemigos políticos… o
indigestado.
Al
morir el Presidente “heredero de la mentira”, se procedió a enterrarlo de acuerdo
a su investidura. El mismísimo Dr. Kannoche del famoso castillo de tumbas en el
Ávila, lo embalsamó. Cuando el féretro del “heredero de la mentira” iba a en
camino a su última morada, pasando a la altura de El Calvario, sonó un tiroteo.
Sus valientes áulicos se asustaron, soltaron la urna y salieron corriendo. Linares quedó sólo. Como
parafraseando a Bécquer: “que tristes, que solos se quedan los muertos”.
PINOCHISMO EN EL SIGLO XXI…
Más
de cien años después, otro político se coinvierte en el “heredero de la
mentira”. Se trata del candidato Nicolás Maduro. Es el heredero, de la mentira
más grande que nos han dicho a los venezolanos. Más bien de un saco de
mentiras.
Es
el pinochismo en acción. Los seguidores de Pinocho. Aunque claro, Pinocho es un
niño de pecho ante esta gigantesca mentira institucional que poadecemos. Si a
nuestros pinochos del siglo XXI les creciera la nariz, superarían a Julio Verne dándole la vuelta al mundo… en
una nariz.
Todo
un saco de mentiras. Veamos:
La
mentira de decir que somos soberanos…
cuando le han entregado el país a Cuba.
La
mentira de decir que somos demócratas… cuando hacen elecciones llenas de
ventajismo, con un árbitro jugando para el gobierno. Cuando crearon unos
poderes públicos raspados en autonomía. Cuando excluyen a los opositores de la
directiva de la Asamblea Nacional. Cuando encarcelan a venezolanos dignos, por
órdenes presidenciales. El que tenga cerebro, que piense. Esto no es
democracia.
La
mentira de decir que practican la libertad de expresión… cuando cerraron RCTV y
decenas de emisoras. Cuando amenazan y multan permanentemente a Globovisión.
Cuando utilizan las televisoras y radios del Estado como televisoras y radios
del PSUV. Con sus reales y con mis reales…
La
mentira de decir que han rescatado a PDVSA… cuando la endeudaron, la
politizaron, la minimizaron. La pasaron de ser una de las grandes petroleras a
ser el hazmerreír del mundo y el hazmellorar de los venezolanos.
La
mentira de decir que han rescatado a Venezuela, cuando han aplicado el proyecto
de destrucción estratégica, con el objeto de permanecer por siempre en el
poder. Han minimizado la industria y el agro, invadido haciendas, expropiado
empresas, apresado empresarios. Ahora somos un país marasmo. Como Cuba, maestro
y modelo de esta destrucción.
La
peor mentira, engañar a los pobres, haciéndoles creer que están mejor que
nunca. Obvian los crecientes ranchos, la violencia record, la inflación record,
la escasez, el desempleo, la salud enferma. Pura falsificación de la historia,
que los espera en la bajadita cuando las aguas lleguen a su nivel.
Maduro,
se ha convertido en el “heredero de la mentira”. Votar por él, sería escoger
una Venezuela más totalitaria, más dependiente de Cuba, más militarizada, más
dividida. Pocas veces un candidato presagia tanta oscuridad. Como contrapartida
está Capriles. Es la verdad de la hora: democracia, respeto, libertad,
inversiones, política marginalidad cero.
Nada
nuevo bajo el sol…lo mismo que hacen todas las democracias eficientes del
mundo.
Usted
escoge. Cómplice de la mentira… o gestor
de la verdad.
Aunque
suene religioso: Sólo la verdad nos hará libres.
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