sábado, 1 de septiembre de 2012

EE. UU: independencia energética en 2020

Wilfredo Franco

En la campaña electoral por la presidencia de Estados Unidos acaba de surgir la propuesta republicana de llevar a ese país a la independencia energética, es decir, a la autosuficiencia en energía en el 2020









   Foto: Google
Ello podría traducirse en dos consecuencias nada favorables para la economía venezolana a corto plazo: la no compra de petróleo a un país castrocomunista (de seguir gobernando Chávez) y la reducción del precio del petróleo, por cese de la demanda externa del principal importador actual. Esta propuesta del candidato Mitt Romney debe ser analizada con toda seriedad por todos los venezolanos que dependemos hoy, directa o indirectamente, de los ingresos por exportaciones petroleras. Y esos somos, gracias al proyecto político que Castro y Chávez están implementando en nuestro país, prácticamente el 100% de todos los venezolanos. Hoy más que nunca dependemos para todo del petróleo, hasta las empresas básicas y la mayoría de las estatizadas, que en vez de generar beneficios ¡son sostenidas por los petrodólares!

Ahora bien, ¿en qué se sustenta el plan republicano de independencia energética? El señor Romney se propone impulsar la explotación petroleraoffshore (costa afuera) reduciendo los controles ambientales, en una plataforma continental con cuantiosas reservas probadas, y, del mismo modo, aumentar la ya alta extracción de los inmensos yacimientos de gas existentes en Texas. Un cambio de gran significación que propone es darle mayor control a los gobiernos estadales sobre la explotación de gas y petróleo en tierras federales, reduciendo la competencia de la Casa Blanca en el desarrollo de la industria. Ello podría hacer más accesible política y económicamente a muchos yacimientos, incluso a las arenas petrolíferas canadienses. Y a diferencia de los demócratas, para los republicanos las alternativas disponibles de energías alternas (eólica y solar), aunque no desechables, se consideran comparativamente muy costosas e ineficientes. Por otra parte, la ley que obliga a incorporar 10% de etanol a la mezcla de gasolina está siendo cuestionada debido al impacto de la sequía en la producción de maíz, lo que ha incrementado el precio en 50% este año, afectando tanto al sector alimentos como al de energía (¡por cierto, ello afecta nuestra arepa diaria con maíz importado!).

Obama, ya en su anterior campaña presidencial, ofreció impulsar el avance hacia la independencia del petróleo importado, pero a través del desarrollo de las energías alternas. Sin embargo, el inmenso costo de la guerra de Irak y del rescate del sistema financiero, impidieron la inversión que pudo haberse realizado para el desarrollo tecnológico en los campos alternos de producción de energía, por lo que el rezago ha afectado la apuesta inicial de Obama. El grave incidente en la planta nuclear de Japón provocado por el maremoto y la sombra de Chernóbil han apagado el entusiasmo por las plantas nucleares, al punto que incluso en Alemania fueron descartadas como alternativa energética.
Ante este cuadro, es evidente que la apuesta energética norteamericana seguirá siendo por los combustibles fósiles, apelando al gas como sustituto del carbón en las plantas termoeléctricas para calmar al sector ambientalista nacional e internacional; cuyo reclamo por políticas energéticas que incluyan el cambio climático global como factor en la ecuación energética, se acrecienta con cada catástrofe ambiental. El desarrollo tecnológico de turbinas de avión, propulsadas por gas, para generar electricidad en forma limpia y eficiente, promete ser una alternativa con enorme potencial para países con altas reservas de gas, como Estados Unidos y Venezuela.

A mediano plazo, el petróleo venezolano debe llevarse a su máxima industrialización en casa (¿Por qué no se avanzó en ello en estos 14 años habiendo tenido los recursos?), en lugar de seguirlo exportando preponderantemente crudo. El mercado asiático (China y la India) impone un hándicap de mucho peso por transporte. La pregunta obligada con connotación electoral es: ¿qué vamos a hacer los venezolanos con una de las mayores reservas de petróleo pesado y gas del mundo, si nos aislamos de la necesaria inversión en capital y tecnología internacional por políticas obsoletas y francamente ignorantes de la realidad mundial, y, además, con una Pdvsa evidentemente minusválida desde que se volvió rojo rojita? Solo en 2012, la nueva inversión de capital en petróleo y gas en el mundo alcanzará a un billón de dólares, de los cuales 250.000 millones se invierten solo en Estados Unidos.

Señor Chávez, de esa inmensa inversión mundial: ¿cuánto ha sido el monto invertido en Venezuela en 2012? Los venezolanos vivimos del negocio energético, ha sido un crimen de lesa patria haber degradado tan peligrosamente a nuestra industria petrolera, en recursos humanos y tecnológicos y en capacidad financiera. Por ese inmenso error pagaremos nosotros y nuestros hijos y nietos, incluso aun cuando usted ya no esté para rendir cuentas.

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