Rafael
Gallegos
Al
no poder demostrar que son buenos, se empeñan en decir que Capriles es malo. Por
ello, atacan ferozmente al candidato de la unidad democrática, en lugar de
mostrar su programa de gobierno.
Porque
aunque usted no lo crea, en lo único que ha sido exitosa esta “revolución”, es
en el riguroso cumplimiento de su máximo objetivo: destrucción nacional para comerte mejor. Cualquier parecido con el
lobo feroz de la caperucita roja rojita…
Lo
que pasa es que “eso”, no lo pueden vender como paquete.
¿Un
programa para destruir?, preguntará algún desprevenido lector. Pues
efectivamente, al igual que el padre y modelo de la revolución cubana. Los
totalitarismos requieren de pueblos en estado de marasmo para sostenerse
eternamente.
Las
revoluciones de corte marxista parecen copiarse de las bacterias aeróbicas, que
se alimentan de oxígeno, y son pobróbicas,
se alimentan de pobres. Mientras más pobres, más “revolución”. Si en Cuba
hubiera industrias y elecciones y gente con dinero y clase media… hace décadas
que los Castro fueran historia. Los comunistas saben que el progreso de los
pueblos, es la negación de sus regímenes.
Y
en Venezuela, si produjéramos seis millones de barriles diarios, y estuvieran
activas y exitosas las empresas de Guayana y hubiera crecido el parque
industrial y la agricultura y la construcción de viviendas y la infraestructura
y hubiera separación real de poderes y el CNE fuera realmente imparcial… otra sería
la historia.
Como
en todas las democracias progresistas,
habría alternabilidad. En lugar de acercarnos peligrosamente al trucutrulento
modelo cubano, seríamos un país del siglo XXI. Y ese es precisamente lo que
busca el paquete de Capriles.
Claro,
en primer lugar, una concepción seria de Venezuela. Sin esos chistes malos de insultar a los
“ricachones” para que voten por mí. Un novedoso esquema de mercadeo: te
insulto para que me compres. Ven a mí para que no haya guerra civil y puedas
seguir yendo a Miami y bebiendo güisqui diez y ocho. Y como los “ricachones”
son bobos, olvidan que les quitaron el negocio en Catia, en las haciendas y en
múltiples empresas, que los botaron de PDVSA, que les hicieron quebrar su
fuente de trabajo, que les aplicaron la lista tascón. La propia patria boba…
cree el gobierno que son los “ricachones”. O sea, la clase media y baja que la
“revolución” ha defenestrado. Casi todo el país.
Pura
ironía. Les pide a los burgueses que no voten por el candidato de la burguesía.
Que boten por el para comérselos mejor. ¿Alguien entiende? Nos vemos el siete.
PAQUETAZO HABEMUS
Claro
que Capriles tiene un paquete. En lugar
de neoliberal hay que calificarlo de neodemocrático. Un paquete que debe
desmontar tanta desfachatez “revolucionaria”. Comenzar por restituir el respeto
para todos los ciudadanos, sean del color que sean. Fortalecer la libertad de
prensa devolviendo RCTV y tanta emisora radial “democratizada”. Promoviendo la
separación de poderes. Imparcializando al CNE. Acabando con tanto insulto en
las emisoras del gobierno.
Claro
que tiene un paquete. Restituirá la confianza en la economía. Respetará la
propiedad. Estudiará caso por caso tanta expropiación hambreadora. Atraerá
inversiones que desarrollen empresas que generen trabajo bueno, dinamicen la
economía y bajen los alarmantes niveles de pobreza.
Estimulará
la producción nacional. Reverdecerán los parques industriales
de Carabobo, Lara, Aragua, Zulia, Bolívar… de toda Venezuela. Rescatará la
minimizada ganadería y agricultura, a la pre quebrada PDVSA, a las flácidas
industrias básicas. No le tendrá miedo
al progreso económico de las individualidades, porque no pretenderá eternizarse
en el poder.
Pagará
los pasivos laborales en efectivo.
Estimulara a los sindicatos y las discusiones de los contratos colectivos.
Enterrará las listas fascistas. Aplicará efectivas políticas sociales bajo el
paragua de Marginalidad Cero. Rescatará la educación y la salud popular.
Reforzará y reorientará gerencialmente
Mercal y todas las Misiones que agreguen valor. Sin egoísmos políticos. Lo
importante es la gente.
Rediseñará
la infraestructura de Venezuela. Escuelas, hospitales, luz, agua, vialidad,
trenes, metros… todo lo que esta
revolución ha sumido en la inopia.
Claro
que hay un paquete. Lo primero que contempla es desmontar tanta desfachatez. Revertir el plan de destrucción nacional.
Ese
paquete, salvará a Venezuela.
Por
ello, el 7 de octubre, hay que votar por Capriles. Sin demagogia, es el único
camino. De usted depende, vote, lleve a votar y defienda su voto. Capriles
Presidente. Una necesidad nacional.
Adelante,
por arriba del comunismo, adelante.
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