Rafael
Gallegos
La campaña
de Capriles ha “expropiado” al chavismo en toda Venezuela. Los pueblos de todo
el país y los sectores populares de Caracas, caminan y corren tras él cual roquero
de moda. Es un ave, es un avión, se tratan de consolar los oficialistas. Pero
ni es un ave ni es un avión, es Capriles, levantando vuelo hacia Miraflores.
Un
fenómeno electoral. Ídolo de los jóvenes, de las mujeres, de las grandes
ciudades, de las multitudes. Una avalancha.
Ahora
el escuálido… es el gobierno. Y ellos lo saben. Por ello son puro nervio. Su candidato derrite la majestad
presidencial a punta de insultos y de groserías. Qué mal ejemplo para nuestra
juventud.
Las
multitudes, las encuestas y hasta los santos, se voltearon. Contrario a
procesos presidenciales anteriores, el oficialismo huele a derrota.
Usted
abusó, le canta el pueblo al candidato-comandante. Cansado de
no tener luz, ni agua, ni hospitales, ni calles. Agobiado por la inseguridad. Y
burlado cuando le dicen que no importa que durante 14 años no hayan tenido luz,
que ahora sí va a haberla. Que fue un error no construir viviendas, que ahora
sí. Que si votan por el gobierno no se seguirán cayendo los puentes, ni
explotando las refinerías, ni quebrando las empresas básicas, ni fracasando la agricultura,
ni… que los venezolanos fuéramos bobos.
VEINTE
AÑOS: UNA BARBARIDAD
Y
ahora el candidato-comandante quiere decir como Gardel, que veinte años no es nada. Pero el pueblo
sabe que allí está el origen la tiranía, como decía el Libertador.
El pueblo sabe sumar. En el supuesto negado
que gane el gobierno, terminaría mandando por un larguísimo período de veinte años, tan desfachatados y calamitosos,
que obligarían al mismísimo Gardel a
cambiar la letra de su tango.
Por
otra parte, el gobierno dice que los veinte años que Chávez le lleva a Capriles…
tampoco es nada. Bueno, nada menos que… una generación. Aspecto que significa
mucho en un país donde el único venezolano vivo, menor de ochenta años que ha
sido presidente de la república, es Hugo Chávez. Disparatado honor que
compartimos en América con el totalitarismo cubano.
Es inevitable comparar al joven estadista que
antes de los cuarenta años fue Presidente de la Cámara de Diputados, buen alcalde,
buen gobernador, con un político desgastado, cuyo logro máximo es haber roto a
Venezuela en pedacitos, para “comerte mejor”.
El
gobierno dice que el candidato oficial tiene catorce años de experiencia de
gobierno. Pero resulta que lo que muestra es un año de fracaso… repetido
catorce veces.
RELEVO
GENERACIONAL
Cuando
gane Capriles, una nueva generación llegará al poder.
Como
la generación de los jóvenes patriotas mantuanos de 1810, que acabaron con la
hegemonía española en América. Como la del joven de 37 años, Rómulo Betancourt,
el 18 de octubre de 1945, que implantó el voto universal (mujeres y
analfabetas), directo y secreto. Así como la reforma agraria.
Como
los períodos de Felipe González de 40 años,
y John Kennedy de 43, que abrieron los caminos para el futuro de sus
países.
Nuevas
eras, para nuevas realidades. Y curiosamente, todos estos líderes emergieron
ante regímenes que ya no tenían justificación histórica, como el decadente
socialismo que vivimos.
Cuando
Capriles gane, se desatarán, como diría el gran Aquiles Nazoa, los poderes creadores
del pueblo. El primer acto creador será unir el corazón partío de los
venezolanos. Volveremos a ser uno. El espíritu de unidad y esperanza del 23 de
enero, soplará de vida al alma nacional.
Habrá renacido la esperanza.
El
Presidente Capriles liberará a los presos políticos, permitirá el regreso de
todos los venezolanos, los empleados públicos no tendrán que vestirse de ningún
color para seguir trabajando, enterrará las fascistas listas tascón y maisanta, dejará
entrar a Miraflores a los alcaldes y gobernadores de todas las tendencias, respetará
la propiedad privada, comenzará el rescate de las empresas de petróleo, de luz, de agua, de los hospitales, de las
escuelas. Implantará esquemas gerenciales en la administración pública y en las
misiones. Sin duda, toda una evolución.
La
sinceridad y eficacia de estas medidas generarán confianza en Venezuela y
comenzarán a llegar capitales internacionales para invertir en petróleo,
industrias, agricultura y servicios.
Comenzará
la recuperación de Venezuela.
Claro
que habrá crisis, como dijo el Presidente. Lo que olvidó decir es que él la provocó. Renaceremos como el Ave Fénix, de las
cenizas que nos dejan estos fatídicos catorce años.
Es
una ley histórica. Los pueblos no se suicidan. Cuando los sistemas se agotan,
los jóvenes toman las riendas y abren los caminos del futuro.
Reelegir
a Chávez, sería buscar a los incendiarios como bomberos. Coctel de inocencia
con masoquismo.
Capriles
Presidente. Una necesidad nacional.
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