jueves, 5 de julio de 2012

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA LATINOAMERICANA


                                                                                                 Rafael Gallegos
Déjame sacar a Paraguay un momentico para que ingrese Venezuela- parecieron haber dicho los líderes de los países de MERCOSUR. Le dieron vacaciones al miembro Paraguay y aprovecharon para incorporar a Venezuela como miembro de la organización. Pura triquiñuela. Paraguay, un país pequeño y pobre; pero muy digno, se había constituido en un obstáculo para el ingreso de Venezuela. Su razón era que nuestra democracia no tiene suficiente transparencia. O lo que es lo mismo, que Venezuela no es suficientemente democrática.
Ya los presidentes de esos países, entre otros, aplaudieron la presencia de Cuba en una reunión internacional. Algo así como pitar al oprimido pueblo cubano representado en la bloguera, en las damas de blanco, en los balseros, los exiliados, los perseguidos. Puro aplaudir las imparciales elecciones de un solo partido, un solo líder y un 99 % de votos a favor del gobierno. Que vivan los tiburones come balseros. ¿Habrá alguna diferencia entre  las democracias de Chapita, Castro y Pinochet?
Que falta hace un Rómulo Betancourt que enfrente las dictaduras con guáramo. La llamada Doctrina Betancourt pedía romper relaciones diplomáticas con los regímenes totalitarios. Y el mismo Rómulo derrotó a Castro en los sesenta, en su pretensión de invadir a Venezuela. Pero Fidel pidió la revancha y… logró el título al amparo de la  revolución bolivariana. Hoy estamos invadidos por el castrismo. ¿Quién manda a quién?
Cómo olvidan la solidaridad de Venezuela en los setenta, ante los ciudadanos aventados a Venezuela por las dictaduras del cono sur.
Tal vez los honorables miembros de MERCOSUR crean que con el ingreso de Venezuela desaparecen automáticamente de la democracia venezolana: el sectarismo que excluye  de los trabajos, de los medios oficiales y hasta del saludo, a los que no piensan igual que el régimen; las expropiaciones tipo confiscación; las prisiones y exilios por orden ejecutiva; la licuefacción de poderes jugo, zumo, hugo; el ventajismo electoral con un árbitro oficialista; el estrangulamiento de las universidades autónomas; la división del alma nacional y sobre todo LA DESTRUCCIÓN ESTRATÉGICA DEL PAÍS PARA MANTENERSE FOREVER EN EL PODER. ¿Esto es democracia? Por favor…
No seamos inocentes, esos países, en aras de dólares, dólares y dólares han borroneado con petróleo su carta democrática. Pero como dice una cuña: mañana te puede tocar a ti.
Como el  ENSAYO SOBRE LA CEGUERA de Saramago, en Latinoamérica se va extendiendo la ceguera como una epidemia. Primero un país queda ciego, luego otro y otro y otro… hasta que todos menos uno que otro quedan invidentes.
Menos mal que como en la novela, pasa la epidemia y todos recuperan sus facultades visuales. Cuando escribimos este artículo, Uruguay está denunciando esta jugada. Burda, pero tan burda, que  seguramente saldrá el tiro por la culata.
Hay que redefinir las maneras de medir la democracia. Adelante, por arriba del leguleyismo, adelante. Sin respeto a la disidencia, no hay democracia. Sin alternabilidad, no hay democracia. Sin respeto a la propiedad privada, no hay democracia, ¿o es que hay algún comunismo democrático? Sin elecciones transparentes no hay democracia. Sin separación de poderes, no hay democracia. SE SOLICITA BAREMO PARA MEDIR DEMOCRACIAS.
El Presidente dice que la incorporación de Venezuela a MERCOSUR es un triunfo contra las oligarquías. Las oligarquías brasileras, argentinas, uruguayas y  paraguayas, se mueren de la risa. Porque los quesos, las carnes, las casas, los alimentos y todo lo que importemos por el monumental déficit de nuestra economía destruída, SERÁ PRODUCIDO POR LAS OLIGARQUÍAS DE ESOS PAÍSES.
Entonces, las oligarquías de MERCOSUR son buenas y las venezolanas… malas. Se solicita patriota con moto.
CUANDO CAPRILES GANE…
O sea, el 7 de octubre… comenzará por unir a los venezolanos, a aplicar la ley, a descentralizar el país, a independizar los poderes, a fomentar respetar la libertad de prensa… a estimular la producción generando confianza, respetando la propiedad privada, atrayendo  inversiones, construyendo INFRAESTRUCTURAS que incrementen la productividad y la competitividad.
Y entonces, el país será como las democracias de MERCOSUR, o de la CAN. Y nuestros cancilleres no estimularán a militares a desconocer a los civiles.
Menos mal que quedan tres meses para rescatar la democracia. En Venezuela, como en el final del libro de Saramago, la ceguera  del leguleyismo o falsa democracia, será superada y sustituida por la luz. Capriles, encarna hoy el antídoto contra la ceguera. Tenemos derecho a entrar a Mercosur, o a donde nos plazca, pero sin triquiñuelas, a punta de democracia de verdad y de estrategia.  Y con Venezuela primero.

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