Gustavo Coronel
Las posibles sanciones de USA contra el régimen político de Hugo Chávez son vistas con temor hasta por muchos opositores al régimen. En Florida un grupo de compatriotas se ha manifestado en contra de esta posibilidad, argumentando que le haría más daño a los ciudadanos que al déspota. Las sanciones, apuntan, harían aparecer a Hugo Chávez como un mártir, una víctima del imperialismo y lo ayudarían a atornillarse en el poder. Muchos ciudadanos venezolanos perderían la capacidad de viajar libremente a USA, país donde tienen propiedades, familiares y el cual ha sido por mucho tiempo una especie de meca cultural, donde el venezolano agobiado por el socialismo del siglo XXI va a darse un baño temporal de civilización y prosperidad.
En verdad, una sanción de USA contra Chávez sería como un tratamiento de quimioterapia para el paciente con cáncer. Esta la forma más eficiente que se conoce para extirpar las células malignas. Se sabe, sin embargo, que es como un elefante dando vueltas en una cristalería, ya que tiende a debilitar la resistencia natural del cuerpo, haciendo proclive al paciente a la muerte por infecciones que no serían fatales de ordinario. Es por eso que muchos pacientes rehusan este tratamiento, con la esperanza de que el organismo pueda vencer la enfermedad sin recurrir a esta espada de doble filo. Por supuesto, nadie objeta la cirugía, la excisión del tumor, aunque esto sería el equivalente médico de un golpe de estado en lo político y eso no está bien visto. En esto no funciona tan bien la comparación.
En fin, para los venezolanos no es tan fácil pesar los pros y los contras de la medida. Hay quienes piensan en que, bien aplicada, produciría el resultado deseado en poco tiempo, es decir, la caída del déspota por el propio peso de su incompetencia para manejar la falta de dinero y el probable incremento de la rebelión en su contra, de la misma manera que las células sanas encuentran apoyo en la quimioterapia bien aplicada para invadir los espacios previamente malignos. Hay otros quienes piensan que, si ya que el cuerpo ha esperado doce años, es preferible esperar otros meses más para salir del tumor sin necesidad de medidas extremas. Aún quienes así piensan conservan la duda de que el tumor desaparecerá espontaneamente y se preguntan: que cuerpo nos quedará dentro de meses, si ya estamos dando lástima, más parecidos a un fakir que a un atleta?
Todas estas consideraciones andan revoloteando en nuestra mente pero, por supuesto, la decisión de si se le aplica la quimioterapia o no al paciente no es del paciente sino del “médico”. Es los Estados Unidos la que debe decidir este tratamiento porque alega que el cáncer venezolano les está afectando a ellos. El cáncer venezolano no se ha contentado con destruír su propio organismo sino que pretende destruír otros organismos vecinos. En este caso, la conchupancia de Hugo Chávez con Irán afecta a los Estados Unidos. Y debemos ser sinceros: esta es una conchupancia declarada, advertible con facilidad por quienes tienen ojos para ver y oídos para escuchar. El cáncer parlante que es Hugo Chávez no se molesta en disimular. Al contrario, le encanta hasta pavonearse de la relación, poque sabe que eso irrita al vecino.
En los Estados Unidos hay una creciente presión para que el gobierno de Obama tome esta medida contra el cáncer venezolano. La aparición de unos documentos que revelan el envío de un cargamento de componentes para gasolina en Noviembre de 2010 desde Curazao a Irán tiene a la opinión pública de ese país en ascuas. En un artículo hoy (7-3-2011) en el Wall Street Journal, Mary O’Grady se pregunta hasta cuando va el gobierno de Obama a permanecer pasivo frente a la violación que hace Chávez de la prohibición de enviar gasolina a Ahmadinejad. En el Congreso estadounidense hay mucha actividad en este sentido por parte de los congresantes del partido republicano, quienes tienen el control de la Cámara de Representantes y piensan que Chávez se permite manosearles el fundillo.
No sabemos que sucederá poque el gobierno de Obama es muy cauteloso y por qué la situación en Libia ahora tiene mayor prioridad que Venezuela pero, si los Estados Unidos decide ser coherente entre lo que dice y lo que hace, Chávez pudiera recibir pronto una buena dosis de quimioterapia. Y entonces veremos si el cambur verde mancha.
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