Esta es la “revolución” de los cuentos al revés. Y no darles pena. ¿Y por qué tienes esa bocota tan grande? - cuenta la historia “revolucionaria” que le preguntó el lobo rojo rojito a la feroz caperucita, que de paso acababa de cometer el sacrilegio de almorzarse a su abuelita. Para comerte mejor – y que le respondió caperucita feroz al asustado lobo rojo. Puro cuento al revés, como la historia oficial de las manifestaciones, donde la violencia es provocada por los fieros marchantes (muchos de la tercera edad) armados de consignas y dignidad, ante inocentes uniformados, apertrechados con perdigones, gas del bueno y ahora, novedad de novedades, música de Alí Primera y destempladas arengas. Así, pasan a engrosar la ya larga lista de presos políticos de la “revolución”, el joven estudiante Julio César Rivas, los once peligrosísimos empleados de
Que suerte tiene el régimen, sus enemigos políticos son unos malandros que obligan al gobierno a encerrarlos con los presos comunes en las peligrosísimas cárceles venezolanas, que después de once años de “revolución” están peor que nunca. Cero impunidad - gritan los lobitos rojos ante la ferocidad de tanta caperucita - mientras están libres los que atentan con bombas y armas contra la propiedad, contra las instituciones y agreden a periodistas y medios en el nombre de la “revolución”. Ya nos colocamos de segundos, tras Cuba, en la deshonrosa lista de presos políticos latinoamericanos. Siempre copiándonos del peor alumno del salón. Puro cuento al revés y mal interpretado. Creen que revolución es potenciar el resentimiento de Doña Bárbara y no el rescatar civilismo de Santos Luzardo, y en lugar de educar al Presentación Campos de “Las Lanzas Coloradas”, crean más cizaña para que éste se vengue de los oligarcas y de los blancos. Por cierto, ¿alguien se acordará de Uslar Pietri? Con los valores al revés, solo vamos a profundizar este atolladero social en que se encuentra Venezuela.
EL IDIOMA Y BOLÍVAR… TAMBIÉN AL REVÉS
Pobre Andrés Bello. Cómo esta “revolución” le ha volteado su idioma. Hablan de inclusión mientras excluyen con la lista tascón. De diálogo y no reciben a la oposición ni en Miraflores, ni en las oficinas del gobierno. De Ley de Educación “liberadora” y lo único que liberan es el poder del Ministro de Educación para cerrar escuelas y medios y suspender a discreción a cualquier profesor por diez años (artículo 50). Hablan de elecciones libres y permiten, todo legal legalito, una ley electoral tan abusiva que si estuvieran en la oposición, no la aceptarían. En el diccionario de la “revolución”, democratizar los medios significa quitárselos a los que no comulgan con ellos y entregárselos a sus partidarios. Ah! y no cerraron RCTV, sino que se les venció la concesión. Para ellos Cuba es una democracia, ¿entonces con que palabra describe el idioma español a Chile, Brasil o Costra Rica?, y Mugabe es un líder de su pueblo ¿entonces, cómo se dice tirano en español? Libertad sindical es para ellos, ¿que diría Don Andrés Bello?, no discutir los contratos colectivos.
Hablan de empleo mientras promueven el desempleo más grande de que se tenga noticia: 23.000 botados de PDVSA, 100.000 habitantes sin sustento en la costa oriental del lago, miles de trabajadores de las 34 radios “democratizadas”, los de las alcaldías, los bancos nacionalizados, los puertos y paremos de contar. Además, sus políticas son las responsables de las 4.000 industrias cerradas en los últimos diez años. Sume y siga. Unos cuatro millones de desempleados. Pobre idioma. Hablan de empleo y son los grandes desempleadores de la comarca.
Hablan de justicia laboral y no le pagan a los botados por razones políticas. Por ejemplo los gloriosos luchadores de
Y la peor afrenta idiomática es llamar bolivarianismo a todo lo contrario de lo que significa el Libertador. Bolívar propuso
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