lunes, 8 de julio de 2013

La dañina ausencia del debate petrolero

Juan Fernández

Los venezolanos sufren hoy las consecuencias de una política económica equivocada, anclada en un modelo obsoleto y probado de fracasado como lo es el Comunismo practicado por los Castro o sus derivaciones, aplicado en Venezuela desde 1999.

El daño es tal que los economistas aseguran nos encontramos casi al borde de un colapso. Además,  la completa dependencia de la economía del ingreso petrolero hace muy complejo la implementación de cualquier conjunto de medidas para reactivar la economía del país y tener fuentes alternas para la generación de divisas, pues PDVSA se encuentra en una situación de fragilidad nunca vista.

La fragilidad de PDVSA es real, inclusive si los precios del petróleo reputaran, su producción se estanca y no crece, mientras el consumo interno crece con una mala operación del sistema de refinación, la obliga a importar para cumplir con sus obligaciones internas y clientes. El nivel de endeudamiento que en este primer semestre aumenta en 9.000 millones de dólares bajo el mecanismo de préstamo de socios, lo cual refleja lo casi imposible de ir PDVSA al mercado de deuda en condiciones competitivas. No conocemos cuales son las condiciones, garantías y colaterales que da PDVSA a cambio de esos recursos, cuyo uso se asume a diferencia de los prestamos anteriores será con el único propósito de ejecutar proyectos.

Pero sin duda con estos esquemas de prestamos, PDVSA esta entregando garantías  sobre las reservas de petróleo a los socios, cuyo efecto inmediato es la capitalización en el mercado bursátil agregando valor al precio de sus acciones de los socios. Los prestamos requieren las garantías para su repago, implican la entrega de la comercialización por parte de PDVSA a los socios, lo cual es muy dañino para una petrolera. Además por el régimen de control de cambios que existe en el país, estos prestamos están estructurados de manera y forma que garanticen la repatriación de capitales y dividendos, es decir no es un favor, es un negocio en donde además de pagar los intereses entregamos parte del negocio.

El Ministro-Presidente de PDVSA, Ramírez se dedica hacernos creer a los venezolanos las bondades de los nuevos endeudamientos, y a dar declaraciones publicas para desestimar el cambio estructural del mercado petrolero por el aumento de la producción de los EEUU, la construcción de gasoductos desde Canadá hasta la Costa del Golfo, la apertura de México a la inversión extranjera, la inversión acelerada en Brasil. Insiste además Ramírez en la perfecta alineación de Maduro con la Chávez para el manejo del petróleo por razones políticas como PETROCARIBE, en donde se recibe comida a cambio de petróleo, aun cuando todos conocemos que los países de la zona en su mayoría son importadores netos de alimentos. Para los venezolanos no hay bondades de la regaladera de petróleo.

Sin embargo, la ausencia de una discusión y el debate publico por parte de la oposición democrática si hace falta, es urgente y necesario, pues hacer sentir como si nada pasa en la industria es un error y hasta se puede llegar a entender como de aceptación o resignación al desastre con el cual se maneja el vehículo disponible para poder salir de la crisis implementando una política hacia el petróleo y dejar de usar el petróleo para hacer política.

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