Rafael Gallegos
Sembrar el petróleo
Al morir Gómez, afloraron ideas que por la
represión y el miedo provocados por el nefasto régimen, habían yacido- a lo Becquer-
acurrucadas, desnudas y temblorosas en los cerebros de los venezolanos. Nuestros pensadores corrieron tras una piedra
filosofal que transmutara al petróleo en calidad de vida. La frase que mejor acuñó esta búsqueda fue “Sembrar el Petróleo”, de Arturo Uslar
Pietri, publicada como título de un
artículo en el diario Ahora, en 1936.
“Sembrar el Petróleo” encerraba la idea de utilizar
los recursos provenientes de los hidrocarburos para generar una dinámica económica que nos hiciera un país
próspero. Y era para ya, porque todos los enfoques daban como un hecho que el
petróleo acabaría en pocas décadas.
1936, fue un año de despertar político. Venezuela
se alargaba los pantalones. El 14 de febrero, 30.000 caraqueños tomaron el
centro de Caracas. Pedían más democracia. Jóvito Villalba y el Rector Rízquez,
encabezaron la jornada. El gobierno respondió con tiros y sembró de cadáveres la
Plaza Bolívar. Dicen que López Contreras se dio por derrocado.
Al final, lanzó el tranquilizador Plan de
Febrero. Pero la crisis continuaba. En junio, hubo una huelga general que duró
24 horas. Y en diciembre se inició la huelga petrolera, en medio de gran
solidaridad de los venezolanos.
Sorprendieron las pésimas condiciones en que
vivían esos obreros. En miserables ranchos. A los 43 días, el gobierno decretó Reanudación
de Faena. Pidieron salario mínimo de 10 Bs. y les dieron 8. Pidieron 25 %
adicional para los que tuvieran que pagar vivienda y les dieron 12%. Pidieron igualdad
de condiciones con los trabajadores extranjeros y… como nié.
Sembrar el Petróleo, pasaba por incrementar la
participación de los venezolanos en el negocio. El ministro de Fomento, Néstor
Luís Pérez, lideró aumentos en la participación en la Ley de Boyas y Faros, y
en la Regalía e Impuesto de Explotación de las leyes petroleras de 1936 y 1938.
En 1943 se
promulgó la Ley de Hidrocarburos. Moderna y audaz. Unificó las relaciones
entre los concesionarios y el Estado, obligó a las empresas a llevar su
contabilidad en Venezuela, incrementó e hizo orgánicos el ISRL y la Regalía. Unificó
en 40 años el vencimiento de las concesiones. Fue determinante en el incremento
de la participación venezolana en el negocio.
El
18 de octubre, el Presidente Medina cae por un golpe liderado
por jóvenes políticos adecos y jóvenes militares, que pedían elecciones
universales, directas y secretas; y jubilación de los oficiales sin estudios moteados
como “chopo e piedra”.
El nuevo gobierno, presidido por Betancourt y con Pérez Alfonzo de ministro de
Fomento, implantó las tesis de AD, que apuntaban a nacionalizar la industria petrolera
en el mediano plazo y a maximizar la participación. Hicieron una bandera de la
Política de “No más Concesiones”, que se vencerían en 40 años a partir de la
Ley de 1943. También contemplaban la industrialización, la venta de regalías,
la conservación del recurso, la reinversión parcial en Venezuela, la
incorporación del capital nacional.
La política de “No Más Concesiones”, recibió
críticas. Del PCV porque, según ellos, incrementaba el carácter monopólico de la industria petrolera y de URD, porque además,
impedía al capital venezolano participar en el negocio.
En 1948, Rómulo
Gallegos fue derrocado, 13 días después de que el Congreso promulgara el 50-50,
que consistía en hacer que las petroleras compensaran en cada ejercicio los
impuestos pagados, hasta igualarlos con sus ganancias. Dicen que Gallegos
comentó que su caída había tenido participación de la embajada norteamericana.
Los obreros petroleros, reaccionaron contra la
dictadura. En enero de 1949 pararon por dos días las operaciones en Zulia y
Falcón. La cruel represión los hizo regresar. En mayo de 1950, Fedepetrol
organizó otra huelga, reflejada en los estados Zulia, Anzoátegui y Monagas.
Plomo y muertos. El pueblo se solidarizó. Al final se impuso la represiva dupla
gobierno-compañías. Y los trabajadores volvieron, para seguir transitando
el oscuro túnel la dictadura.
Pérez Jiménez mantuvo excelentes relaciones con
las transnacionales. Suavizó el 50-50 y dijo “sí más concesiones”. El dictador
fue condecorado por Eisenhower. Era la época de la Guerra Fría, de militarotes
en América Latina, sostenidos los Estados Unidos para según ellos, evitar el
comunismo.
Gracias al petróleo, el país crecía sostenidamente
desde los años 40 a una de las mayores tasas del mundo. Hubo gran desarrollo de
la infraestructura. Pero la pobreza, cual yacimiento petrolero, seguía en el
subsuelo, bajo la enceguecedora capa de prosperidad.
Sembrar el Petróleo era un “qué”. Ahora la
discusión era “cómo” sembrar. Pero esa es otra historia…
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