Rafael Gallegos
Si la renta es un ingreso, ¿cómo va a ser un problema?, podría preguntar alguien. Pero, precisamente, tener ingresos no es suficiente para lograr prosperidad. Es imperativo GERENCIAR LOS INGRESOS. He ahí el drama de los venezolanos. Hemos dispuesto de miles de millones de dólares a lo largo del último siglo y hoy tenemos la inflación más alta y el crecimiento más bajo de América Latina. Entonces, para qué sirven los ingresos, ¿para empobrecernos? Según los resultados, pareciera que así fuera. La reciente historia del mundo muestra que los países que han mejorado su calidad de vida en las últimas décadas NO POSEEN SIGNIFICATIVOS RECURSOS NATURALES. Por ejemplo Japón, que sólo dispone de terremotos, maremotos, volcanes, mínimos espacios, superpoblación, etc. Igual sucede con los llamados tigres asiáticos (Taiwán, Corea, Indonesia, Malasia… hasta el mismo Viet Nam). Como contrapartida, los “ricos” países petroleros no terminan de despegar. ¿Qué pasa?, muy simple, los dólares son insuficientes para lograr la calidad de vida. Hay que GERENCIAR.
En Venezuela, los ingresos petroleros sirvieron, en las primeras décadas, para la prosperidad del país. Tuvimos, desde mediados de los años treinta hasta los setenta, UN GRAN CRECIMIENTO SOSTENIDO. Se reflejó en consumo de calorías, escuelas, universidades, infraestructura, logros en salud como la desaparición de enfermedades endémicas y sistemas hospitalarios, crecimiento de ciudades y hasta en la democracia, que por su rareza, llegó casi a ser un cisne negro en la zona, para los años sesenta y setenta. Lo lamentable de este exitoso modelo es que, así como crecía la economía… crecía la improductividad. Paradojas de una economía petrolera. Aunque suene duro, el petróleo arropó una sociedad improductiva. Vivíamos como suecos y producíamos como bolivianos. El famoso 4,30 era el reflejo de una economía super protegida e incapaz de competir. Y de paso, el exceso de divisas producido durante el primer gobierno de CAP, indigestó al país (Efecto Venezuela, de Pérez Alfonzo) y le aflojó los resortes morales. Salimos maltrechos de ese boom petrolero, a pesar de logros como la nacionalización del petróleo (bien hecha), o el Programa de Becas Mariscal de Ayacucho. Directo hacia el paquete del FMI.
Luego el segundo gran boom, los años de esta “revolución”, han repetido la historia; pero de manera mucho más trágica. Sin obras y con el alma dividida. Estamos a la salida de un boom cuyas divisas sólo han servido para afirmar la autocracia.
Es decir, LA RENTA PER SE NO ES SUFICIENTE. Y en las últimas décadas, sólo ha servido para montar un gigantesco y flácido Petroestado generador de Mesías. ¿Qué hacer?
Hay que acercar la Renta Petrolera al ciudadano. DESCENTRALIZAR LA RENTA. Pero no para que el ciudadano la dilapide, sino para transformar los dólares del petróleo en calidad de vida. ¿Cómo se descentraliza? Hay mucho experto trabajando en ello y por lo tanto diversas teorías. Pero todas coinciden en que hay que desmontar el Petroestado. Algunos proponen llevar TODA LA RENTA A UN POTE y de allí decidir qué hacer con ella, utilizándola sólo para inversión y QUE LOS GASTOS DEL ESTADO PROVENGAN DEL IMPUESTO Y DEL IVA. Esto permitiría hacer reproductivo el ingreso petrolero.
Otros proponemos el mismo QUÉ; PERO CON VARIANTES EN EL CÓMO. Usar el ISLR del petróleo sólo para inversión. Dejar la Regalía en los Estados y Municipios, sólo para inversión. Crear un FONDO PETROLERO y abrir la Bolsa de Valores para proyectos petroleros. Ah! y que la decisión de DÓNDE INVERTIR sea tomada por organismos creados para tal fin, integrados por representantes del Estado y de la ciudadanía.
Pero como se corre el riesgo de que los gobiernos NO SEPAN UTILIZAR LOS RECURSOS, es imperativo que se proponga una REINGENIERÍA PARA EL ESTADO VENEZOLANO, a todos los niveles. Cambios radicales para lograr objetivos ambiciosos. Lograr un Estado capaz de reinstitucionalizar al país, despegar la industrialización y el agro, descentralizar, crear una sociedad productiva. Y todo eso usando a la industria petrolera como un pivote para el futuro. Ya va siendo hora de cosechar el petróleo. Hacer que cuando llegue la era post gasolina, estemos en capacidad de ser un país próspero y no un ex país nuevopobrísimo y a merced de los poderosos.
¿Qué es difícil? Puede ser; pero es la tarea que nos toca. Lo contrario es pasar a la historia como la generación de los más altos recursos y los peores resultados. Capacidad tenemos, usémosla. La Renta Petrolera es un problema… con solución. Hay que prepararse para el post 7 de octubre. Lo contrario sería repetir historias.
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