lunes, 24 de octubre de 2011

INDIGNADO, YO


Rafael Gallegos

El pajarito azul del tuiter ha resultado por decir lo menos, alborotador. Ha logrado que, por fin, el teléfono deje de ser el único medio de comunicación de masas. Primero Egipto, Mubarak jamás pensó que un inocente pajarito haciendo tuit tuit iba a acabar con las interminables décadas de su  poder. Tampoco los mandatarios de Túnez o de Yemen. Mucho menos el “libertador” Kadafi, dueño de vidas y de muertes en el mundo entero, con 42 años de implacable dictadura familiar. Sus panas, que dicen que cayó por la acción del malévolo “imperio”, hablan cegados por el resplandor  de tanta masa contestataria que no los deja observar la realidad. El pajarito azul va resultando más poderoso que la paloma de la paz. ¿Cómo lo hubiera pintado Picasso?

Y cómo vuela. Atravesó el Mediterráneo, le calentó las orejas a los jóvenes españoles  y se instaló la Plaza Cibeles de Madrid. Y de allí a Italia y a muchos países de Europa. Luego, cual 747, atravesó el Atlántico y se plantó nada menos que en los puentes de Brooklyn, para protestar contra la poderosa bolsa de valores de New York. Hoy nadie duda que los Indignados sean producto del tuiter. Miles de personas en 82 países protestaron al unísono el pasado 15 de octubre. Un mundo indignado que exije participar de los beneficios de la globalización, que pide a los gobernantes más oportunidades, o que se vayan. Proponen cambios que parecen inocentes… tal como el inicio de todos los grandes cambios que en el mundo han sido; pero encierran una peligrosa carga para los que detentan el poder. Lo que son las cosas, los poetas esperaban a lo  Becquer, que “volvieran las oscuras golondrinas en tu balcón los nidos a colgar” y lo que les llegó… fue el pajarito azul haciendo tuit tuit. Y no precisamente a colgar nidos en el balcón, sino barbas ardientes en las quijadas de los autócratas.

El tuiter también vino para Venezuela. Venía feliz a indignar a toda la gente. Pero nada. Su visita no le dio los frutos esperados. Los deslenguados dicen que salió más triste que Messi luego del triunfo de la Vinotinto. Que no pudo indignar a nadie. Al pajarito le advirtieron que había cometido el mismito error de aquel señor que llevó arena para la playa o chivos para Coro. QUE AQUÍ TODO EL MUNDO ESTÁ INDIGNADO. Casi que somos indignados profesionales. Y desde hace años, (no digo trece, porque es pavoso).

Indignados por observar cómo el gobierno en lugar de fomentar la producción invade y expropia haciendas y empresas provocando desempleo y hambre. O cómo prequiebra a PDVSA en el nombre de una incomprensible soberanía. O cómo excluye a todos los que no comparten sus ideas, en el nombre de la inclusión. O cómo se jacta de promocionar libertades mientras cierra RCTV y decenas de medios libres y multa a Globovisión. O cómo se jacta de hacer elecciones libres  con un árbitro tan rojito que cuatro de sus cinco rectores, amigos del oficialismo, sin diferenciarse de los  adlátares de la “revolución”, sólo visitan los medios oficiales, o miran para otro lado ante los abusos del gobierno en materia electoral. Por cierto, ¿los miembros del actual gobierno aceptarían elecciones, por ejemplo con un árbitro integrado por cuatro de los cinco rectores principales, miembros de la MUD?  

Por esto y por muchas cosas más… los presos políticos, los botados de PDVSA, la lista tascón, la quiebra de Guayana, la blandenguería con Guyana, la sargentería ante el gobierno cubano, los inhabilitados, los exiliados y los inciliados, la división del alma nacional y etc.etc.etc., LA MAYORÍA DE LOS VENEZOLANOS ESTAMOS INDIGNADOS, sin la ayuda  del pajarito azul.
Y que conste, que hemos sido los  Cristóbal Colón - primer de inhabilitado de esta “revolución”- de los indignados. En el 2002, “descubrimos” nuestra  indignación ante el mundo.  ¿O es que el inigualado millón largo de venezolanos, que hicimos el ágora más grande de la historia el 11 de abril en  las calles de Caracas, no éramos indignados?

Indignados habemus. Indignados y dignos, con una energía que canalizamos hacia el 7 de octubre. Hemos construido una férrea  unidad que hace temblar al gobierno. Los líderes afloran, jóvenes, no tan jóvenes; pero todos preparados, honestos y con ganas de atrapar al país en su caída. El precandidato que gane el 12 F, estará  bañado de masas y con la más alta probabilidad de convertirse en Presidente, o Presidenta, de Venezuela.

Es la misma indignación de la generación del 28 contra la autocracia gomecista. La misma del glorioso 23 de enero contra el militar Pérez Jiménez. Generaciones indignadas que provocan cambios históricos. Y surgen cuando se cansan de gobiernos que se atragantan de tanto comerse la flecha de la historia. Los mismos indignados que se mueven parafraseando al gran Betancourt: “Adelante, por arriba de las tumbas… adelante”.

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