viernes, 14 de octubre de 2011

La lógica de la sobrevivencia política

Orlando Ochoa
 
¿Por qué gobiernos que causan daño a sus sociedades sobreviven más tiempo en el poder comparado con gobiernos típicamente menos corruptos, más progresistas y menos conflictivos?  
 
Al presidente Chávez se le puede criticar casi todo, menos su capacidad para sobrevivir políticamente. A ese instinto natural se agrega, como hemos dicho otras veces, el persistente uso de su aprendizaje de la Academia Militar para hacer de la política la continuación del conflicto que inició en 1992. ¿Por qué líderes que han llevado prosperidad a sus países tienen menos éxito en permanecer en el poder que aquellos con menos créditos?
 
Gobiernos democráticos ofrecen a sus conciudadanos mayor paz y prosperidad que los  gobiernos autocráticos, no obstante los líderes autocráticos, proporcionalmente, permanecen en el poder el doble del tiempo que los líderes democráticos. ¿Por qué gobiernos que causan tanto daño a sus sociedades sobreviven más tiempo en el poder comparado con gobiernos típicamente menos corruptos, más progresistas y menos conflictivos?
 
El tema es abordado por cuatro investigadores americanos: Bruce Bueno de Mesquita, profesor de Políticas de la Universidad de New York (NYU); Alaster Smith, profesor asociado del Departamento de Políticas de la misma universidad; Randolph Siverson, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de California y James Morrow, investigador principal y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Michigan.
 
Los autores fundamentan sus argumentos en teorías del Public Choice y principios de Economía Política. Las conclusiones a que llegan pudieran resultar desconcertantes, sin embargo, la opinión del profesor de Ciencias Políticas de Yale, Bruce Russett, quien  elogia la combinación de una lógica formal rigurosa, un análisis empírico sistemático y un amplio rango de ejemplos históricos, es compartido casi universalmente. Del título de la obra (The Logic of Political Survival, Cambridge Mass.: MIT Press), tomamos el de esta crónica.
 
Selectorado”
La sobrevivencia política de un gobierno depende de una triunfadora coalición que la respalde. Los miembros de esta coalición de gobierno forman un grupo que los autores llaman “selectorado”, formados por individuos de esa coalición ganadora. En una democracia, esa coalición ganadora es relativamente mayor que el tamaño del “selectorado” creando de esta manera lazos débiles entre sus miembros. En las autocracias el número de miembros de esas coaliciones ganadoras es mucho menor y con menos probabilidad de un desafío interno al tiempo que genera mayor lealtad entre sus miembros porque reciben mayores beneficios. En las más amplias coaliciones democráticas esos beneficios se diluyen entre un mayor número de miembros.
 
Mientras más reducida la coalición mayores los beneficios privados para los líderes pero  mayor la tendencia a la corrupción y a la ineficiencia. Mientras más amplia la coalición mayor el número de beneficiados y menor el beneficio de sus líderes, en consecuencia las más amplias coaliciones democráticas fomentan más crecimiento económico para las mayorías generando lealtades más débiles entre sus líderes en opuesta dirección a la sobrevivencia política. Las políticas económicas erradas no son necesariamente irracionales –sostienen los autores- desde el punto de vista de los líderes que las implementan. Cumplen su objetivo en el propósito político de sobrevivir.
 
Malo es bueno
Cuando los líderes de una reducida coalición imponen una política diferente a la que aconseja el bienestar de los ciudadanos, como casi siempre ocurre, lo más probable es que beneficie a sus líderes y no a las mayorías.
 
Los líderes democráticos –enfatizan los autores- no necesariamente están inclinados a producir mejores políticas públicas, a menos que las instituciones democráticas les provean incentivos que los induzcan a buscar el interés público. El mensaje es claro apunta Randall Holcombe, profesor de la Universidad de Florida, los gobiernos que se apoyan en una reducida y autocrática “coalición ganadora” tienen que conservar el estatus de sus líderes de modo que “buenas políticas es mala política” y “malas políticas” es “buena política”.
 
Otra perturbadora conclusión, como refiere el profesor Holcombe, es que las buenas políticas no son aconsejables para la sobrevivencia política, mientras que las malas  políticas son con frecuencia la mejor manera de permanecer en el poder.
 
Las conclusiones de esta investigación pudiera ser la respuesta a aquellos escépticos que se han tomado el trabajo de examinar la evolución de los indicadores económicos de la última década y los han contrastado con las encuestas de la Venezuela bolivariana sin encontrarle lógica… la lógica de la sobrevivencia política.

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