Alberto Quiros Corradi
Ahora que se plantea en Venezuela la discusión sobre la educación superior, Andrés Oppenheimer publica: “Basta de Historias” (Debate, 2010) El autor visitó varios países con el fin de analizar sus sistemas educativos. Lo primero que salta a la vista es que la educación hay que visualizarla como una escalera cuyos peldaños son todos críticos. Desde el preescolar hasta los postgrados todos cumplen una misión importantísima y no habrá excelencia en los últimos escaños si no se prepara al alumno desde la infancia. Hay que educar para la innovación y la creatividad. Aquellos países, como el nuestro, donde la instrucción se da para “ponerse al día” quedarán rezagados ante las sociedades que estudian para crear un “nuevo día”. Hay indicadores como el número de patentes que los países registran en los mercados internacionales. Corea del Sur una pequeña nación registra 7.500 patentes al año. Venezuela registró 2 en el 2009. Otro factor crucial es el número de horas que se dedican a la enseñanza primaria. Los sistemas de evaluación de profesores y alumnos.
Las alternativas abiertas a todos los estudiantes desde carreras técnicas cortas hasta la universidad. Los países que más han progresado en las últimas décadas son los que han abierto su sistema de educación superior a la globalización. Han permitido la presencia de universidades extranjeras en su territorio y han estimulado los estudios de los nacionales en el exterior sin temor a la fuga de cerebros convencidos de que regresarán si el país tiene trabajo e investigación avanzada. Ya no hay discusión posible. La clave del éxito es una educación moderna desde la cuna hasta la universidad con alternativas productivas para los diferentes niveles de competencia de los estudiantes.
Al final de su libro Oppenheimer da 12 claves del éxito para los países de América Latina.
1. Mirar hacia adelante. La obsesión por el pasado de América Latina le resta tiempo para construir el futuro.
2. Los gobiernos están más interesados en obras públicas que se ven, que en educación. La sociedad, las instituciones, las ONG tienen que construir un gran frente nacional exigiendo calidad educativa, estableciendo metas y midiendo su cumplimiento.
3. Ya en el Banco Mundial ha prosperado la idea de medir un PIB educativo que compare el gasto anual en educación con los logros que exhibe el producto final.
4. Educación preescolar: mejorar la nutrición, los servicios de salud y los estímulos adecuados. Para financiar estos servicios se pueden reducir los subsidios a las universidades que deben generar recursos propios mediante patentes, asesorías y pagos selectivos de matrículas.
5. Formar a buenos maestros. Seleccionar a los mejores alumnos preuniversitarios y convertir a la carrera docente en la élite del conocimiento.
6. Darle mejor estatus a los maestros, así como
7. Ofrecer incentivos salariales ligados a los resultados de los alumnos medidos bajo estándares internacionales.
8. Crear pactos nacionales para estimular las reformas educativas (Ya comentado).
9. Cultura familiar. El apoyo familiar y su participación en la evaluación y la motivación del alumno son básicos.
10. Romper el aislamiento educativo. Tener cada cierto tiempo (5 años) una evaluación de los sistemas educativos hechos por expertos internacionales.
11. Atraer inversiones de alta tecnología.
12. Abajo la complacencia y arriba la paranoia. Hace falta una dosis de humildad para reconocer el rezago educativo de la mayoría de nuestros países …¡Pero, no la tenemos!
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