Gustavo Coronel
Mucha firmadera, papeles y blá blá blá pero no se le ve el queso a la totada
Entre los grandes crímenes que ha cometido Hugo Chávez contra Venezuela pocos tan trágicos como el relacionado con el desarrollo de los recursos petroleros de la Faja del Orinoco. Antes de llegar Chávez al poder se habían establecido cuatro contratos con empresas multinacionales para llevar a cabo ese desarrollo de crudo mejorado. Se habían hecho grandes inversiones en plantas de conversión profunda de crudos y se estaba produciendo de manera regular y progresiva. A medida que los precios del petróleo mejoraban a Chávez se le abrían las agallas y su codicia lo llevó a cambiar todo el esquema de contratación. Paradojicamente, lo que hizo con su intento de estatificar la actividad fue desnacionalizar la actividad, al obligar a las empresas extranjeras a convertirse, de contratistas de PDVSA, en propietarios de un 40 por ciento de la producción. Dos empresas grandes: ExxonMobil y ConocoPhillips no aceptaron esos términos impuestos y se retiraron del país, planteando un conflicto legal que está aún por resolverse y que puede costarle al país unos 6-8000 millones de dólares que no tiene. De seguidas Chávez comenzó un proceso muy extraño que podríamos definir como el desarrollo político de la faja, no el desarrollo petrolero como tal. Consistió en invitar a la Faja, de manera arbitraria, sin lictaciones en muchos casos, a empresas estatales de países ideologicamente “amigos”. Ahora están allí aproximadamente (difícil saber el número exacto) unas 35 empresas, co-existiendo de manera caótica en una región que no tiene la infraestructura de servicios que se requiere. Muchas de esas empresas petroleras, como la cubana, la vietnamita, las chinas, las rusas, la iraní, la bielorrusa o la ecuatoriana, carecen de la tecnología, de la gerencia, de la voluntad y hasta del capital necesarios para acometer un desarrollo sistemático de los recursos petroleros de la región. PDVSA tampoco tiene el dinero pero insiste en manejar la operación sin aportar el capital. Como era de esperarse la operación se ha convertido en una Torre de Babel, en la cual los planes se suceden los unos a los otros y cada quien habla por su lado, en un idioma diferente. Empresas latinoamericanas serias como Petrobrás y Ecopetrol se han negado a sumarse a ese arroz con mango.
La situación de desórden que existe en la region puede y debe ser constatada por los grupos de expertos petroleros nacionales, quienes se mantienen soprendentemente pasivos ante el desastre. No hay crítica institucional sobre el caos del Orinoco y ello permite al desastre avanzar sin oposición.
Hoy en día la producción en la Faja del Orinoco ha declinado con respecto a la que existía cuatro años atrás, pero las declaraciones de PDVSA harían pensar que todo marcha bien. Lo cierto es que las inversiones no se están haciendo por una razón muy sencilla: las empresas petroleras no desean inverir en las condiciones arbitrarias impuestas por PDVSA, sometidas a impuestos altos y forzadas a operar en un ambiente político y económico lleno de incertidumbres, ahora empeorado por el cáncer del autócrata, una aflicción terminal según el Dr. Navarrete, hoy exiliado. El estancamiento de las actividades ha llevado a una situación sin precedentes y ridícula: la declaración de una “emergencia” en la Faja, a fin de acelerar la generación de producción. Algo sin precedentes en nuestra historia petrolera.
Uno desearía obtener información clara y precisa sobre la verdadera situación en la Faja pero lo que se obtiene es información contradictoria o imprecisa. En ocasiones el mismo funcionario (Ramírez) unos días dice una cosa y otro dia dice otra.
Por ejemplo, PDVSA ha mantenido que para 2015 estará produciendo 2.500.000 barriles diarios de la Faja. Como hoy produce unos 450.000 barriles diarios, ello significaría generar unos dos millones de nuevos barriles por día. Sin embargo, la declinación de la producción es tal que, cada año, deberá generarse un 20 por ciento adicional, a fin de mantener el mismo nivel de producción. El esfuerzo de perforación necesario será varias veces mayor al actual. Y ello no incluye la necesidad de mejorar esos crudos producidos, lo cual deberá hacerse en plantas que no se están construyendo. Y ello tampoco incluye resolver los requerimientos de logística que son necesarios para apoyar esta inmensa operación: agua potable, carreteras, cañería de perforación, oleoductos, disposición de sólidos, equipos de perforación y su personal. El impacto ambiental de esta operación ya es muy negativo. Iamginmos cuando la poducción de coque alcanze las 50.000 toneladas diarias.
Los planes que elabora PDVSA son ciencia-ficción. Por ejemplo, Petro-Carabobo, una empresa donde están Repsol, Petronas y unas empresas de la India, dice que producirá unos 400.000 barriles diarios para 2016. Sin embargo, el plan “acelerado” de producción que he visto para PetroCarabobo muestra una generación de solo 160.000 barriles diarios para fines de 2014. Aún este plan es ficticio porque habla de incrementar producción en 50.000 barriles diarios por año, lo cual los llevaría a unos 250.000 barriles diarios en 2016, my por debajo de lo que dicen que van a producir. Es también ficticio porque no hay suficientes taladros para cumplirlo.
Pero aun cuando tuvieran los taladros, el plan “acelerado” sigue siendo falso, ya que no contempla la declinación de la producción. Se asume en el plan que un nuevo pozo que genera 900 barriles diarios de producción el primer día va a estar produciendo al mismo nivel cinco años después. Y eso, por supuesto, es mentira. Ese pozo estaría produciendo (y va que chuta) unos 500 barriles diarios, por lo cual se requiere de un esfuerzo adicional de mantenimiento de la producción a través de nuevos pozos o de recuperación secundaria que no se contempla en el “plan”.
Por supuesto, hay muchas interrogantes que la gente de PDVSA ni siquiera se molesta en responder, para las cuales sospecho que ellos no tienen respuesta. De donde vendrá el diluyente para la mezcla? Para producir una mezcla mejorada de 160.000 barriles diarios de PetroCarabobo se requieren unos cien mil barriles diarios de diluyente (producto liviano). Con ello se producirían unos 261000 barriles diarios de Merey (de unos 16 grados API). Producir dos millones de crudo mejorado de la Faja, como los que anuncia irresponsablemente PDVSA, requeriría cerca de un millón de bariles diarios de mezcla. O no? De donde saldrán esos barriles?
Mientras tanto las plantas de conversión profunda para ese petróleo no se ven por ningun lado. No hay ni una promera piedra. De donde vendrá la tecnología para esas plantas? De los iraníes, cubanos, hindúes o vietnamitas? Los rusos no la tienen, ni los chinos tampoco. Ya han asegurado esa tecnología? Quien puede respondernos estas preguntas?
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