Por: Elias Toro
En el 2009, Shai Agassi, ciudadano norteamericano nacido en Israel (1968), fue seleccionado por la revista Time de New York entre las 100 personas más in fluyentes de ese año en los Estados Unidos.
Fundador en el 2008 de la empresa Better Place, se ha dedicado a promover el transporte ecológico basado en el automóvil eléctrico como alternativa al motor de combustión de hidrocarburos.
Como el problema mayor que encuentra la generalización del uso del automóvil eléctrico es la autonomía, ya que no hay aún baterías practicables que almacenen energía suficiente para recorridos superiores a los 160 km., y el tiempo de recarga no iguala el de una reposición de gasolina de uno convencional, Agassi, en asociación con Renault y Nissan, ha propuesto una solución en vías de ser adoptada en Israel según la cual la batería al igual que la gasolina, no forma parte del vehículo. Según este novedoso enfoque, usted compra el automóvil por un lado y por el otro paga un servicio mediante el cual los fabricantes le reponen la energía, con batería y todo, en menos de 5 minutos cada vez que se le acaba, en un punto cualquiera de la red de estaciones de recambio asociada a las carreteras del país.
Nelson Hernández, distinguido ingeniero eléctrico que creo forma parte de la MUD, ha escrito un importante artículo para su blog en el que con el título “UN SALTO CUANTICO EN LA TECNOLOGIA DEL AUTOMOVIL ELECTRICO”, cuya lectura recomiendo ampliamente, en http://gerenciayenergia.blogspot.com/, nos informa con detalles sobre la importancia de los convenios conseguidos por Better Place, la empresa de Agassi y su familia, con el gobierno de Israel, gracias a los buenos oficios interpuestos de Shimón Pérez.
Debe destacarse que Better Place está en vías de lograr también un acuerdo con la empresa DONG de Dinamarca, país que produce hoy el 50% de la electricidad que consume con generadores eólicos.
Como explica Daniel Roth, comentarista del Wired Magazine, “Para Dong, la mayor empresa eléctrica de Dinamarca, Better Place ofrece una oportunidad para resolver uno de sus mayores problemas: la economía de la energía eólica. DONG tiene en efecto una altísima proporción de la energía que produce obtenida del viento. Más que cualquier otra compañía de energía en el mundo. Los políticos daneses quisieran ver ese porcentaje duplicado,
lo cual es bueno y ecológico, pero no del todo práctico en las actuales circunstancias. Algunos días el viento sopla, y algunos días no lo hace. Almacenar la energía eléctrica de los momentos pico es caro e ineficiente, requeriría comprar vastos campos de baterías, de modo que en lugar de perder los excesos, la compañía prefiere regalarla a Alemania y Suecia.
Así que cuando el director general de DONG, Anders Eldrup , se reunió con Agassi, de inmediato vio que Better Place no sólo sería atractivo para sus compatriotas medioambientalistas, sino que los automóviles podrían ser una forma barata y bien distribuida para almacenar exceso de energía eléctrica obtenida del viento.”
El caso es que en Israel, porque los recorridos máximos para ir de un frontera a ala otra del país no exceden los 300 km., Better Place está en vías de desarrollar una de las más prometedoras experiencias en materia de transporte basado en energía eléctrica, de manera de reducir sustancialmente la parte correspondiente de la factura que paga el país por importación de petróleo.
¿Revela el artículo de Nelson Hernández un ligero cambio en la percepción que los técnicos de la MUD ha mostrado respecto de las energías alternas?
Llamo la atención sobre esto porque hasta ahora no había visto en los documentos de la mesa técnica de la MUD nada que me revelase la existencia de un verdadero interés por el problema que me parece ser fundamental para Venezuela: la castradora dependencia del petróleo.
No soy, desde luego, un especialista en materia de energía. Creo sin embargo disponer de un criterio y una visión general de la situación de mi país que me permite afirmar que esta calamidad bíblica caído sobre Venezuela, llámese chavismo o como se quiera, resulta de la bochornosa cantidad de dinero que el petróleo ha concentrado en manos del Estado, y que ha reventado todos los resortes morales sobre los cuales descansó la vida de la precaria República nacida en la primera mitad del siglo pasado con el exordio de la clase media.
Elías Toro
@toroelias
No hay comentarios:
Publicar un comentario