La “revolución” se rasga las vestiduras en defensa de la democracia hondureña, mientras paradójicamente se empeña en meternos en honduras. Para muestra, sobran botones. Nos meten en honduras cuando sus desacertadas políticas provocan la quiebra, marasmo y desinversión de buena parte del parque industrial, o la disminución del número de vacas y de la producción agrícola. O cuando las empresas de
Meten en honduras a nuestra democracia, cuando los poderes públicos no contradicen, ni en juego, a su comandante. Recuerdan a Gómez cuando sus congresistas a dedo lo aplaudían como focas ante su observación: ustedes necesitan escoger para la sustituirme, a uno que piense igualito que yo. Uh! Ah!, Gómez no se va, gritaban hasta el delirio, los aguerridos diputados. Igual caemos en honduras, cuando se realizan elecciones con un grosero ventajismo oficial que no aceptarían Chile, Colombia, la propia Honduras y ni siquiera ellos si estuvieran en la oposición. Al golpista, al golpista, gritan como tratando inútilmente de tapar su pecado original de los cruentos
Y
LAS CUATRO LEYES DEL APOCALIPSIS
La revelación más clara de lo que la “revolución” quiere que suceda en el país, se obtiene analizar el efecto buscado con las leyes de propiedad social, educación, medios y electoral. Veamos. El Presidente podría expropiar todos los medios de producción a discreción y de paso, convertir lo privado en medio de producción, los venezolanos seríamos como el puma: dueños de nada; nuestros niños recibirían educación marxista, o sea picó, repro y liguero en pleno siglo XXI; ante las interesantísimas cadenas, en lugar de poner el cable, no quedaría otra que apagar el aparato; y además, las elecciones serían tan rojitas, que las realizadas hasta ahora serían dechados de virtuosismo. Cuatro fatales jinetes del Apocalipsis, los cascos al cabalgar, meterían en hondas honduras, a Venezuela. Puro hueco. No quieren comprender que lo sucedido en Honduras fue a todas luces para evitar que ese país se convirtiera en otra Venezuela. O sea, otra Cuba… por cuotas. Señores, ¿a cuenta de qué hunden a la patria?
AHORA… ¿ FIDEL ES OTRO SIMÒN BOLÍVAR?
Esta “revolución” ha devaluado la figura histórica del Libertador más que al Bolívar Fuerte. ¿Cómo se les ocurre comparar al padre de la libertad americana con Fidel Castro, el padre del totalitarismo? ¿Al hombre que luchó por una Latinoamérica de países soberanos, con el que entregó su país a
Cuando el autócrata Guzmán Blanco, en París, se le acercó a Víctor Hugo y le extendió la mano para saludarlo, éste, despectivamente, le dijo: “yo no saludo a tiranos”. Era la respuesta de la inteligencia a los tormenteros de los pueblos. ¿Se estará repitiendo la historia? Observen, porque cada vez son menos los que le dicen “mucho gusto”, a tanto desaguisado de esta “revolución”.
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