domingo, 5 de julio de 2009

EL PEON DE CHAVEZ

Como es sabido, en ajedrez el peón bien jugado, le abre el camino a las piezas de mayor agresividad que, por lo general, deciden el juego. El símil es útil para examinar el caso de Honduras, de su presidente Zelaya y, muy especialmente, del comandante Hugo Chávez. No hay duda alguna que las acciones de Zelaya fueron aconsejadas por nuestro presidente quien lo asesoró sobre las mejores estrategias para solicitar un Referendo y convocar a una Constituyente que modificara la Constitución y estableciera la reelección continua del presidente de la república. Por supuesto, que en la sala situacional de Chávez se examinaron los pros y los contras que para su imagen y su liderazgo en el hemisferio pudieran tener esas acciones. Veamos los escenarios que hubieran podido ser:

1. Zelaya ganaba el referendo, convocaba a una Constituyente y enrumbaba a Honduras hacia el socialismo. Bueno para Chávez. Otro aliado de largo plazo en el hemisferio. 2. Zelaya perdía el referendo. Seguía siendo bueno para Chávez, por lo menos hasta enero 2010 lo cual le daba la oportunidad de continuar minando la resistencia hondureña al socialismo. 3. Golpe de Estado, como ocurrió, y Zelaya no regresa. Bueno para Chávez porque rescata algo de su liderazgo debilitado en el hemisferio al salir en defensa de la democracia, movilizar a las instituciones regionales (OEA) y mundiales (ONU) y convertirse, de nuevo, en la vedette de la ocasión. 4. Golpe de Estado y Zelaya regresa a la presidencia. Optimo para Chávez. Todo lo positivo del escenario tres y bastante más. 5. Zelaya era destituido constitucionalmente por el Congreso y la Corte Suprema de Honduras. De regular a malo para Chávez. Depende de cuanto ruido aprovechable hubiera podido hacer.

Es fundamental destacar que el primero en violar la Constitución fue Zelaya. Recordar esto debe ser el inicio de toda discusión sobre el caso. Lo cual no quiere decir que no se condene al Golpe, no solo por atentar contra la Constitución sino porque fue una torpeza imperdonable. Zelaya estaba solo y bastaba una acción por parte de las instituciones competentes para separarlo del cargo ahora o derrotarlo electoralmente en diciembre 2009. Secuestrarlo a medianoche y trasladarlo a Costa Rica dio lugar al escándalo internacional que se ha formado.

Los venezolanos tenemos que condenar el Golpe de Estado en Honduras. Porque somos demócratas. Porque ha fortalecido a Chávez internacionalmente. Porque ha aumentado su control sobre las Fuerzas Armadas de Venezuela, que ven, en vivo y en directo, como se fustiga a las de otro país vecino por rebelarse ante la autoridad de su Presidente. Para que la aplicación de las condenas de la Carta Democrática no sean impuestas con selectividad (a unos si y a otros no) y para que sus cláusulas sobre los derechos humanos, originalmente redactadas con la intención de proteger a los pueblos, no sean utilizadas, como hasta ahora, sólo para defender a los gobiernos (Marco Tulio Bruni Celli, dixit).

Por último, me sumo a todos aquellos que condenan el Golpe de Estado. Pero me opongo al regreso de Zelaya porque no tiene apoyo ni institucional ni popular y su presidencia produciría un clima de ingobernabilidad. Por otra parte si, ante su presencia, los incumbentes de los poderes públicos renunciaran a sus cargos y fueran sustituidos por aliados de Zelaya, el país se enrumbaría hacia una dictadura más en el hemisferio. En uno y otro caso el retorno sería desastroso para Honduras.

En resumen: el Golpe de Estado fue malo pero el regreso sería peor.

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