Pocas personas en Venezuela tienen una idea de la magnitud de la crisis que atraviesan hoy los asentamientos urbanos de Cabimas, Ciudad Ojeda, Bachaquero y Mene Grande, ubicados en
Aparte del inmenso capital invertido descrito en forma muy sucinta y no cuantificado, la inversión de mayor valor estratégico está constituido por la experiencia adquirida del personal durante muchos años y el conocimiento logrado de las tecnologías operativas y de mantenimiento; las cuales tienen su precio, pero no podrán ser confiscadas.
Desde un punto de vista organizativo las 76 empresas nacionalizadas se han desarrollados simultáneamente con la industria petrolera durante los últimos 60 años. De pequeñas empresas de ¨entrepaneurs¨ que fueron evolucionando con el trabajo y el ahorro, han alcanzado hoy la dimensión de grandes empresas de ingeniería, de servicios y de operaciones, apoyadas por una enorme inversión de capital en sus infraestructuras. Su dirección y manejo está en manos de una nueva generación de empresarios, hijos de los viejos fundadores, los cuales con una mejor preparación académica y herederos de la disciplina del trabajo y de iniciativas, manejan esas empresas con un alto grado de eficiencia. La confiscación convierte un servicio de apoyo logístico descentralizado de las 76 empresas para las instalaciones del lago bajo el ojo siempre vigilante de los dueños, en una sola empresa de apoyo logístico centralizado, bajo el control de la gerencia militar de PDVSA. El manejo de una sola de estas empresas confiscadas, es una operación compleja que exige disciplina, conocimientos técnicos, experiencia y capacidad de organización. Imaginemos el manejo centralizado de estas empresas y sus resultados en el futuro por una gerencia militar incapaz, como lo han ya demostrado con otras empresas del Estado. El tiempo será testigo de esta debacle a la cual se augura la pérdida substancial de la producción del Lago, costos mayores de los servicios de logística y la cajita feliz para sus beneficiarios, de las enormes oportunidades de corrupción que se prevén.
El gobierno creyendo atenuar el impacto de la confiscación; la cual obedece más a razones políticas que económicas, ha decidido absorber en la nómina de PDVSA unos 8000 empleados de las empresas confiscadas. Proceso ya iniciado pasando por el cedazo de la famosa lista de Tascón y otorgándole prioridad a las camisas rojas en las posiciones operativas donde mas de 100 lanchas por falta de experticia han quedado ya inutilizadas. Un aumento de 8000 personas en la nomina de PDVSA requerirá entre 800 y 500 empleados adicionales para cubrir el apoyo administrativo a un costo adicional estimado de unos 250,000 Bs. F. anuales.
Las 76 empresas de
Estas pequeñas empresas de apoyo a las 76, constituidas por artesanos o técnicos especializados obtienen sus necesidades de los numerosos negocios del comercio local, y así, en esa cadena de afectados están los bancos, ensartados hoy con numerosas deudas de los contratistas, paralizados los restaurantes, hoteles, clínicas, ferreterías y virtualmente toda la actividad comercial de
Como puede observarse,
¡Paz a sus futuros restos!
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