lunes, 8 de junio de 2009

Hoy Globovision, ¿Mañana quien?

Editorial de Analitica.com

Lunes, 8 de junio de 2009

Pastor Luterano Martin Niemöller
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"

No se trata de estar de acuerdo o no con el contenido de la programación de Globovisión. Ni se trata de apoyar o no a los accionistas de la televisora. Eso es harina de otro costal y, por demás, un debate interesante y necesario.

Se trata de respaldar la libertad de comunicaciones en nuestro país. Nadie y mucho menos el gobierno puede considerarse como dueño de las diversas formas de expresión que podamos tener los ciudadanos. Venezuela es y ha sido un país libre y repele todo intento de que se le ponga la bota encima. Globovisión es una manera de ver la realidad diferente a la óptica que de la misma tiene el régimen y como tal debe ser admitida si no queremos que se imponga una nueva cortina de hierro en la que la verdad sea sólo la que le conviene mostrar a los gobernantes de turno.

El gobierno, poco a poco, ha venido silenciando a los principales medios de comunicación ya sea retirándoles las pautas publicitarias o peor aún incoando toda clase de procesos seudo judiciales para callarlos, y cuando ello no es suficiente procede a la agresión directa de periodistas y dueños de medios.

La memoria está fresca con lo que ocurrió con RCTV, ahora le toca a Globovisión y mañana a las emisoras por suscripción, luego será la hora de La Verdad en Maracaibo, de El Nacional en Caracas y sin duda de los periódicos regionales que carezcan de medios suficientes para sobrevivir sin el apoyo de los gobiernos regionales.

En esta etapa desmesurada en la que vivimos es hora de dar la cara y defender los espacios libres de expresión en los que se hacen palpable los males que aquejan a la sociedad venezolana en el desgobierno actual. La inseguridad se está convirtiendo en una verdadera pandemia, la corrupción se dilata y lo más grave es la impunidad que beneficia a los adláteres del gobierno. La ineficiencia va unida a una creciente intolerancia en la que se predica y se practica el odio como política social.

Frente a esa avasallante oscuridad en la que pretenden sumirnos hay que levantar la voz y decir basta. Apoyar en estas circunstancias a Globovisión es un imperativo ya que si permitimos que la aplasten es cerrarnos, a cada uno de nosotros, sin importar el color político, uno de los pocos espacios que nos quedan para protestar, para disentir, y para ver y escuchar una visión diferente de país de la que nos quiere imponer un militarismo intolerante que se esconde detrás de un presunto lenguaje de izquierda.

Uno de los logros más importantes de la evolución política en el tiempo ha sido la tolerancia y el respeto a la diversidad. Mucha sangre se ha derramado para conquistar ese aspecto fundamental de las libertades humanas y no es ahora que vamos a permitir que algunos iluminados pretendan cercenarnos la libertad con la excusa de imponer una nueva utopía.

Todos los que quieren tener el derecho a pensar de manera diferente, a expresarse sin que un censor les imponga la forma correcta y en general todos los que consideran que la libertad es un bien irrenunciable deben luchar y defender los espacios que aún son libres en nuestro país. Los que así piensan deben ir más allá de las palabras y contribuir, en la medida de sus posibilidades, a defender a Globovisión del artero ataque que se le impone con la injusta multa política que pretende silenciar una voz de la disidencia.

Hoy son a ellos a los que mandan a callar. Mañana seremos todos los demás


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