Alberto Quiroz Corradi
El muy agudo periodista José Vicente Antoneti, en su programa noticiero de Globovisión (25/06/09) definió a Venezuela como un “país maquillado”. El comentario fue hecho en el contexto de una discusión sobre la desconfianza que se le tiene a las estadísticas nacionales.
Es interesante llegar al fondo de la explicación por esta poca confiabilidad. Todo empieza con los volúmenes de producción de petróleo reportados por el régimen. En el Informe de Gestión Anual, 2008, de PDVSA se establece la producción petrolera nacional en 3.260.000 barriles diarios (b/d). Esta cifra ha sido cuestionada indirectamente por la OPEP, la Agencia Internacional de Energía y el Departamento de Energía de EEUU, que establecen la producción petrolera de Venezuela entre 2.200.000 b/d y 2.300.000 b/d. Además, expertos petroleros como Diego González, Horacio Medina y Gustavo Coronel, entre otros, han explicado en detalle las razones por las cuales no es posible que Venezuela produzca a los niveles reportados. Entre ellas: 1. No se han efectuado las inversiones imprescindibles para reponer la declinación de la producción petrolera.
2. No se han perforado los pozos necesarios para mantener un nivel de producción como el reportado. (No hay taladros de perforación suficientes).
3. Se importa gas de Colombia. (Al disminuir la producción de petróleo se reduce la producción propia de gas que viene asociada al petróleo).
4. Año tras año se incrementan las compras de crudos y productos a terceros. (Para reemplazar los volúmenes propios no producidos).
Esta diferencia entre la producción petrolera registrada por PDVSA y la más creíble, sobre la que informan agencias especializadas, es preocupante. De no ser cierta la cifra oficial, los resultados financieros de la empresa estarían en duda. No podría confiarse en los ingresos por exportaciones ni en las cuentas por cobrar ni en los pasivos ni en los montos de inversión ni en el flujo de caja ni en la ganancia neta ni en el aporte del petróleo al Presupuesto Nacional. Esta no es una aseveración hecha con ligereza. Instituciones de prestigio como el CIECA (Centro de Investigaciones Económicas) han revisado algunas cifras del Informe de PDVSA ya citado y llegan a la conclusión de que PDVSA tuvo una perdida en el año 2008 de $4.266 millones en lugar de una ganancia de $9.356 millones como se afirma. Estas son diferencias considerables que hay que estudiar con sumo cuidado. Debo aclarar que CIECA, para efectos de cálculo, acepta como cierta la cifra de producción de PDVSA. Si el ejercicio se hubiese hecho con su producción real las inconsistencias serían aun mayores. Esto no debe sorprender a nadie. Hace algunos años el Banco Central reportó que las cifras oficiales de PDVSA no “cuadraban” con lo ingresos recibidos por esta institución.
La pregunta es: ¿por qué PDVSA se empeña en reportar un volumen de producción en el cual ya nadie cree? Para responder hay que remontarse al año 2003 cuando se despidió a más de 22.000 trabajadores. En ese momento el régimen se precipitó y trato de convencerse y convencer a los venezolanos que los despedidos no hacían falta y que podían ser sustituidos por unos improvisados. Convirtió a la “meritocracia” en una mala palabra. Habló de sabotaje a las plantas por parte de los despedidos y se entrampó en una argumentación de la cual solo podía salir “bien” si los resultados futuros pudieran compararse favorablemente con los exhibidos en los años anteriores.
Como eso no ha sucedido, el régimen continúa inventando éxitos que no ha obtenido.
¡Puro maquillaje!
El muy agudo periodista José Vicente Antoneti, en su programa noticiero de Globovisión (25/06/09) definió a Venezuela como un “país maquillado”. El comentario fue hecho en el contexto de una discusión sobre la desconfianza que se le tiene a las estadísticas nacionales.
Es interesante llegar al fondo de la explicación por esta poca confiabilidad. Todo empieza con los volúmenes de producción de petróleo reportados por el régimen. En el Informe de Gestión Anual, 2008, de PDVSA se establece la producción petrolera nacional en 3.260.000 barriles diarios (b/d). Esta cifra ha sido cuestionada indirectamente por la OPEP, la Agencia Internacional de Energía y el Departamento de Energía de EEUU, que establecen la producción petrolera de Venezuela entre 2.200.000 b/d y 2.300.000 b/d. Además, expertos petroleros como Diego González, Horacio Medina y Gustavo Coronel, entre otros, han explicado en detalle las razones por las cuales no es posible que Venezuela produzca a los niveles reportados. Entre ellas: 1. No se han efectuado las inversiones imprescindibles para reponer la declinación de la producción petrolera.
2. No se han perforado los pozos necesarios para mantener un nivel de producción como el reportado. (No hay taladros de perforación suficientes).
3. Se importa gas de Colombia. (Al disminuir la producción de petróleo se reduce la producción propia de gas que viene asociada al petróleo).
4. Año tras año se incrementan las compras de crudos y productos a terceros. (Para reemplazar los volúmenes propios no producidos).
Esta diferencia entre la producción petrolera registrada por PDVSA y la más creíble, sobre la que informan agencias especializadas, es preocupante. De no ser cierta la cifra oficial, los resultados financieros de la empresa estarían en duda. No podría confiarse en los ingresos por exportaciones ni en las cuentas por cobrar ni en los pasivos ni en los montos de inversión ni en el flujo de caja ni en la ganancia neta ni en el aporte del petróleo al Presupuesto Nacional. Esta no es una aseveración hecha con ligereza. Instituciones de prestigio como el CIECA (Centro de Investigaciones Económicas) han revisado algunas cifras del Informe de PDVSA ya citado y llegan a la conclusión de que PDVSA tuvo una perdida en el año 2008 de $4.266 millones en lugar de una ganancia de $9.356 millones como se afirma. Estas son diferencias considerables que hay que estudiar con sumo cuidado. Debo aclarar que CIECA, para efectos de cálculo, acepta como cierta la cifra de producción de PDVSA. Si el ejercicio se hubiese hecho con su producción real las inconsistencias serían aun mayores. Esto no debe sorprender a nadie. Hace algunos años el Banco Central reportó que las cifras oficiales de PDVSA no “cuadraban” con lo ingresos recibidos por esta institución.
La pregunta es: ¿por qué PDVSA se empeña en reportar un volumen de producción en el cual ya nadie cree? Para responder hay que remontarse al año 2003 cuando se despidió a más de 22.000 trabajadores. En ese momento el régimen se precipitó y trato de convencerse y convencer a los venezolanos que los despedidos no hacían falta y que podían ser sustituidos por unos improvisados. Convirtió a la “meritocracia” en una mala palabra. Habló de sabotaje a las plantas por parte de los despedidos y se entrampó en una argumentación de la cual solo podía salir “bien” si los resultados futuros pudieran compararse favorablemente con los exhibidos en los años anteriores.
Como eso no ha sucedido, el régimen continúa inventando éxitos que no ha obtenido.
¡Puro maquillaje!
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