Rafael Gallegos
A
los emboscados y gloriosos diputados democráticos
Llamamos
vieja PDVSA, a la empresa que manejó el negocio petrolero venezolano desde 1976
hasta finales del año 2002, cuando la
lobotomía empresarial provocada - a confesión de parte relevo de pruebas - por el mismísimo “yoprovoquéleparo”.
Se
trata del proceso empresarial más exitoso de que se tenga noticia en Venezuela.
Y sin embargo, esta “revolución”, como al resto del país, se encargó de acabar a PDVSA.
Ninguna
confusión, no caigamos en la trampa de plantear que a la “revolución”, todo le
ha salido mal. Al contrario, si algo le
ha funcionado, ha sido su estrategia de destrucción de Venezuela. Destrucción
estratégica para comerte mejor. Siguiendo el modelo que los jefes cubanos han
aplicado en la isla durante más de cincuenta años. ¿O es que usted cree que
esta “revolución” existiría más allá del recuerdo, si produjéramos cinco o seis
millones de barriles diarios?
Claro
que la vieja PDVSA no era perfecta; pero funcionaba. Y sus logros no caben en
este artículo. Es innegable observar como nosotros - me
incluyo porque laboré allí 23 años hasta que fui botado, a mucha honra, en el
conflicto del 2003- transformamos una empresa "mete tubos y saca
tubos”, en un emporio energético.
Las
estrategias y logros fueron múltiples:
El Cambio de Patrón de Refinación, que
permitió elevar la producción de gasolina en más de 200.000 barriles. En la
época de las transnacionales, por cada cien barriles refinados se extraían 16
de gasolina. Venezuela era considerada productora de residuales. Luego del
cambio de patrón, a cada cien barriles de petróleo, se le sacaron 42 de
gasolina.
La Internacionalización. Se
compraron refinerías en Europa y Estados Unidos. Se adaptaron a nuestros crudos,
que iban directamente desde nuestros pozos, a los tanques de gasolina de
los clientes del mundo desarrollado. Se duplicó la capacidad de refinación de la industria
venezolana y nos hicimos los dueños de nuestro mercado petrolero.
Descubrimos
y desarrollamos campos petroleros en Apure y
Monagas. Exploramos y arrancamos la producción en la Faja Petrolífera. Desarrollamos el condominio Jose, donde entre otras cosas, se transformaba el crudo
extra pesado en mediano o liviano. Ya íbamos a construir otro condominio en
Guiria. Pero, llegó el comandante y
mandó a parar…
Fundamos
el CIED, premiada como
la mejor universidad corporativa del mundo. Fundamos INTEVEP, inventora de la Orimulsión.
Rescatamos la petroquímica.
Hicimos los trenes de gas. Desarrollamos
la política de Inversión Social más
avanzada de Venezuela, en su momento. Y
como dice la canción... y muchas cosas más.
LA GLORIOSA APERTURA PETROLERA
Que
quede claro, la Apertura no fue, como dicen los trasnochados, para entregar el negocio al imperio, sino para
apuntalar la nacionalización. Resucitamos
los campos maduros, logramos grandes
capitales para desarrollar la faja y sin gastar- COBRANDO 2000 MM $- nos exploraron medio país. Y desarrollamos la Faja con socios que si saben de petróleo. Allí, a partir de cero, llegamos a
500.000 barriles.
Ah!, y todos estos logros fueron realizados
por… técnicos criollitos. Qué
orgullo.
Luego
vino el conflicto. Nos unimos a la huelga general del 2002. Lo hicimos porque no podíamos justificar el daño que -
fatal coctel de estrategia de destrucción e incapacidad- planeaba el
chavismo. Lamentablemente, fuimos como Casandra. Sólo nos dieron la razón
cuando el mal se había consumado en la PDVSA rojita de hoy. Por mi parte, cada vez
que observo como tratan de obligar a los técnicos a vestirse de rojo para
comer, le doy gracias a Dios por estar del lado de la Gente del Petróleo.
PDVSA ROJITA
Luego
de la lobotomía empresarial. 23.000 técnicos petroleros expulsados de PDVSA.
Comenzó lo que llaman la nueva PDVSA. Una petrolera en barrena. De 45.000
empleados, pasaron a más de 100.000. DE 3,3 millones de barriles, que hoy
deberían ser casi 6, bajaron a 2,3 decrecientes. Nada más por esto, dejan de entrar a Venezuela más de cien mil
millones de dólares al año. Eso sin contar la gigantesca deuda de decenas
de millones de dólares. Ni el continuo drenaje por la deuda china, los regalos
a Cuba, etc.
Por
si fuera poco, las refinerías han sufrido grandes daños. La máxima expresión es
la explosión de Amuay. Como consecuencia de tamaño cero en gerencia, hoy importamos gasolina. Qué vergüenza.
Con
una desfachatez fascista les dicen a los trabajadores que si no son chavistas,
los botan. Debe ser un caso único en el mundo petrolero. Dictadura empresarial.
¿Qué
hacer cuando esto cambie? Porque júrelo, esto va a cambiar. Capriles será Presidente más temprano que
tarde. No se pierda el próximo artículo: “Al rescate de la Industria
petrolera”.
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