viernes, 15 de marzo de 2013

CAPRILES… EL ORIGINAL

Rafael Gallegos
                           
Se solicita Presidente de la República…. favor abstenerse fotocopias.

Así habrá que plantear nuestras exigencias ante el marxismo hereditario que nos ofrecen. En Corea del Norte, el nieto. En Cuba, el hermano. En Venezuela… según ellos, el hijo. El mismísimo viejo Marx se hubiera horrorizado ante tanto fotocopismo leninismo.

El nieto de la dinastía Kim de Corea, heredó el puesto de su padre, y éste del suyo, o sea, es una fotocopia de una fotocopia. Por eso es tan borroso. Mientras su pueblo pasa cíclicamente hambrunas que solventa la capitalista Corea del Sur, el líder fotocopia de fotocopia, sueña con ganar la madre de todas las batallas y amenaza al mundo con una guerra nuclear.

Y el comandante Raúl Castro, en el  comunismo monárquico de Cuba, modelo, guía y ahora jefe de esta “revolución”, es también una fotocopia de su hermano. Al igual que éste, con el mayor desparpajo realiza  elecciones libérrimas, donde usted se puede lanzar siempre que lo haga por el partido y usted puede votar por quien quiera, siempre que sea por el candidato del partido. Y usted puede decir lo que quiera por la prensa, siempre que se lo publique Gramma. Fotocopia de su hermano. Pero por lo menos Raúl no se la pasa nombrando a Fidel en todo momento.

Contrario a nuestro Presidente- encargado obra, gracia e interpretación del TSJ- Nicolás Maduro Moros, quien además de ser una borrosa fotocopia de su líder, se jacta de ello a cada paso. 

¿Dónde están sus ideas originales, su programa de gobierno original, sus aportes para mejorar esta popular “revolución”  que ha desvalijado a Venezuela? 

Sólo copia de su líder las amenazas, los insultos, las peroratas históricas… hasta los cantos. A este paso, obtendrá sus mismos resultados; pero peores: más división del alma nacional, más devaluación, más inflación, más escasez, más ranchos, más violencia, más pobreza… menos producción, menos oportunidades para los jóvenes, menos empleos buenos,  menos calidad de vida. 

Candidato Maduro, ¿alguna idea original para revertir tanta desfachatez?  

POLÍTICOS ORIGINALES Y POLÍTICOS COPIA
Todos los grandes estadistas han sido auténticos, originales. Bolívar dibujó la Independencia. Churchill ganó la Guerra, contra toda esperanza. Betancourt, el padre de la democracia venezolana, derrotó la sublevación de izquierda comandada por Fidel Castro.  Figueres logró el progreso y la estabilidad en Costa Rica y acabó con los “héroes” militares y golpes de estado, luego de eliminar las fuerzas armadas. Lázaro Cárdenas, materializó los logros de la Revolución Mexicana, al ejecutar la Nacionalización del Petróleo y la Reforma Agraria.   De Gaulle, a punta de ideas, logró para Francia el triunfo en la en la Guerra y la prosperidad en la paz.  Ninguno era fotocopia de nadie, todos eran obstinadamente originales.

Por otra parte, las fotocopias refuerzan lo que se dijo a propósito del Quijote de Avellaneda: nunca segundas partes fueron buenas.

 Agustín Avellaneda fue un fraile agustino que, dado el éxito del Quijote, se empeñó en copiarse y sacó una y que segunda parte… muy mala. Y no darle vergüenza. Pasó a la historia como un gran copión. Jamás como un gran escritor. Cuando Cervantes, publicó la verdadera segunda parte, fue un éxito. Es que Cervantes… fue obstinadamente original.

Fotocopias en política sobran. Por ejemplo, Tachito Somoza, Baby Doc, María Estela Perón, todos terminaron con las tablas en la cabeza. En Venezuela, la fatídica dinastía Monagas, padres, hermanos, hijos, sobrinos. Tanta fotocopia trajo como consecuencia… la  Guerra Federal. Puro fracaso.

En política, nunca las fotocopias fueron buenas. Ninguno pasa a la historia como un gran político, ni recogen el menor agradecimiento de sus pueblos. 

Por ello es importante destacar la originalidad de Henrique Capriles. No copia a nadie. No es el muchacho de mandados de ningún líder. Es abogado. Es bilingüe. Todos sus cargos políticos han sido por elección popular. Tiene algo que ofrecer. No es una sombra de  ningún pasado. Un candidato original.

Recordemos que una obra de arte original, vale infinitamente más que sus copias. Monas lisas sobran en las casas de muchos de mis lectores, o guernicas, o últimas cenas, o tamatetes. Y a nadie se le ocurre que alguna de esas copias valga ni la sombra de lo que vale su original.

Después de quince años, la “revolución” merece un candidato que la renueve. Que diga yo haré y no que hubiera hecho Chávez. Que plantee que pienso yo, y no que pensaba Chávez. Un candidato yo, yo, yo y no Chávez, Chávez, Chávez. Con todos sus defectos, no se puede negar que el Presidente Chávez… fue original.

La Galería de presidentes de Venezuela está a punto de colgar otro cuadro. ¿Original o copia? Usted decide lo que merece nuestro futuro.

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