Rafael Gallegos
Esta
es la revolución en reversa. Jamás Venezuela había retrocedido tanto. Parecen
haber inventado la máquina de viajar al pasado. Pura vorágine.
Cincuenta
años de retraso en producción de petróleo, de siderurgia, de agro, en producción
industrial.
Ochenta
años de retraso en institucionalidad, ya vamos llegando a la época de Gómez,
cuando todos los poderes públicos estaban licuados en el dictador.
Ciento
cincuenta años de retraso en formación del alma nacional, hoy rota como en la época de Guerra Federal, cuando el odio de
clases era tal, que degollaban a los blancos y a los que sabían leer y
escribir. Al final, el país quedó destrozado… tanto para los ricos como para
los pobres.
Doscientos
años de retraso en desarrollo de la democracia. A paso de cangrejo vencedor, vamos
llegando a la época de Boves, cuando se
confundía mayoría con turbas, igualdad con resentimiento y productividad con
saqueo.
Siglos
de retraso en Independencia. Aunque usted no lo crea, hoy arañamos la época de la colonia. Con la elemental diferencia que
antes de 1810, dependíamos de una potencia llamada España y ahora, del país más
totalitario y marasmático de América. De Cuba comunista, que de paso fue el último en
independizarse del imperio español. Por
cierto, primera vez en la historia que un país le paga a otro para que lo
domine.
Por
lo menos nuestros indígenas resistieron. Nuestros líderes, cual Malinche, se
unen con los neo colonizadores para entregar, en bandeja de plata, a la patria.
Es absurdo siquiera pensar que el Libertador are en el mar de la felicidad.
Si
seguimos retrocediendo, pronto estaremos en la era de Trucutrú. Por supuesto,
luego de pasar por la época de los faraones–momias, que gobernaban a Egipto.
Y
no darles pena.
Este
23 de enero, debemos celebrarlo invocando como siempre, a la Democracia. Y
ahora… a la Independencia. Por ello, es imperativo…
… REDIMENSIONAR EL 23 DE ENERO
Fecha
gloriosa que se celebraba con gran pompa en los albores de la Democracia. Y
luego cada vez con menos ímpetu. Parecía que no nos importaba, o que la
democracia era algo natural en el proceso político venezolano. Que no había que
cuidarla.
Venezuela
se durmió en los laureles y mentes brillantes se dedicaron a actividades
diferentes a la política. Muchos se hicieron militantes de la anti política.
Por
allí se coló la marginalidad, el desencanto, la sensación de fracaso. Aspectos
que dieron paso al llamado chavismo. Que no es quinta república, sino el
doloroso ratón de la borrachera de la cuarta.
Las
amenazas totalitarias del chavismo – que las hay y se pueden palpar cada vez
más quemantes - han hecho imperativo rescatar el significado del 23 de enero.
Rescatar
el derecho a vivir en democracia: elecciones limpias, separación de poderes,
inclusión social y política, libertad de expresión. Aspectos cada vez más
negados al pueblo venezolano.
La entrega al régimen cubano, con la
complicidad de algunos países democráticos del continente, obliga a
redimensionar al 23 de enero.
Ya
no se trata de hacerlo sólo el día de la
Democracia. Hay que agregarle, el día de la Soberanía.
El
Libertador jamás hubiera aceptado tamaña sumisión. Siempre se negó a negociar
con Inglaterra nuestra soberanía. De paso, José Martí, jamás comunista, tampoco
hubiera aceptado esta forma de coloniaje.
Sesenta
mil funcionarios cubanos gobernando en la milicia, los registros de propiedad,
la electricidad, los puertos y paremos de contar. Como dice Diego Arria, en plena
colonia, las tropas españolas jamas pasaron de veinte mil.
Un
gran abrazo a la bloguera cubana Joani Sánchez, expresión del mayoritario y
maravilloso pueblo cubano, quien de seguro tampoco confunde dominio de
regímenes totalitarios, con integración latinoamericana.
El
peor pecado que puede cometer un patriota es querer a otro país más que al
suyo. ¿Qué dirán en el futuro los líderes de la “revolución”, que tan presurosos acuden hoy a La Habana, a recibir
instrucciones?
Hay
que recordar al demócrata Rómulo Betancourt, quien le dijo a Castro que no
tenía dinero cuando éste le propuso
utilizar el petróleo para “echarle una broma a los gringos” y luego lo combatió
hasta derrotarlo en la guerrilla, en el
carupanazo, el porteñazo, el barcelonazo y tantas acciones, donde el comunismo cubano trató de apoderarse
de Venezuela. Gloria a esos demócratas
que defendieron a la patria: Betancourt, Leoni, Villalba, Caldera, Larrazábal, Pérez,
Juan Bimba y tanto militar y civil demócrata y patriota.
El
23 de Enero tiene dos significados: la
Libertad y la Soberanía. Y son indisolubles, como debe ser Venezuela. A marchar el 23 de enero. Y para los
líderes de la oposición: unidad, pilas y guáramo.
Tenemos
el impostergable deber de reactivar una patria democrática e independiente.
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