jueves, 11 de marzo de 2010

Colapso eléctrico nacional



Rocio San Miguel

En Venezuela desde hace tiempo se especula sobre la posibilidad de un terremoto, sin embrago otra circunstancia de repercusiones similares por sus consecuencias, el escenario del colapso eléctrico nacional parece altamente probable. Y más que cálculos políticos y económicos en torno a sus consecuencias, los cuales abundan a esta fecha, es necesario realizar un análisis pormenorizado del rol que la Fuerza Armada Nacional y los cuerpos de Seguridad ciudadana tendrán en una contingencia de tal magnitud.

Venezuela según han referido voces autorizadas, puede quedar si luz –en extendidas y muy pobladas ciudades de la geografía nacional- por periodos de 24 a 72 horas continuas ante un colapso eléctrico nacional. La sola posibilidad de que esto ocurra en los próximos meses es de tal gravedad que debe generar una reunión inmediata del Consejo de Defensa de la Nación (CODENA), el máximo órgano de consulta para la planificación y asesoramiento del Poder Público en los asuntos relacionados con la defensa integral del Estado; con el consecuente anuncio al país de los planes, programas, órganos responsables de su ejecución y recursos materiales que harán frente a la eventualidad de manejar dicha contingencia.

A esta hora, el país no conoce cuales son las ciudades y pueblos que pueden llegar a ser más afectados por la dependencia del suministro eléctrico de Guri. No conocen los gobernadores y alcaldes la envergadura de los recursos humanos y materiales que la emergencia puede obligarles a desplegar y tampoco conocemos los ciudadanos las normas mínimas de prevención, frente a una catástrofe de esta envergadura que puede colocar en riesgo la vida de miles de personas.

La posibilidad de desordenes públicos, saqueos y asesinatos masivos en un escenario de esta naturaleza, son reales. Sin la existencia de un colapso eléctrico nacional mueren diariamente más de 45 personas en Venezuela, imaginemos el hampa actuando en la sombra prolongada de un apagón nacional. En Venezuela existen 16 millones de armas de fuego en manos de la población civil. Un colapso eléctrico nacional activaría buena parte de ellas. Añada a eso, el caos que un apagón de esta envergadura generaría en las instalaciones que contienen fuerzas peligrosas y en la infraestructura de venta y distribución de alimentos o de servicios sanitarios por mencionar solo algunas.

El Presidente de la República utiliza siempre la estrategia del suspenso y lo impredecible a fin de mantener desconcertada a la población. Es un adicto a las crisis, por causa del modelo ineficaz de su gestión. Sin embargo en esta ocasión la desinformación deliberada sobre el tema, y la ausencia de planes estatales comienza a ser criminal.

Ya estamos a esta fecha frente a lo inevitable. Vendrá un colapso eléctrico nacional. Prepare Presidente y miembros del Gobierno Nacional a la población nacional con urgencia. Y no nos venga con la solución inefable –en la hora cero- de pretender sacar a la calle a 117.000 hombres y mujeres de la Fuerza Armada Nacional para controlar la crisis. Frente a una contingencia de esta naturaleza que usted sabe puede ocurrir y sobre la cual no se está actuando responsablemente, no hay ejército que restablezca el orden sin violaciones graves y masivas a los derechos humanos.

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