martes, 16 de marzo de 2010

El comportamiento político

No más presos políticos, ni exiliados.

Juan Fernandez

Escuchar al Presidente Chávez descalificar a otros sobre violaciones de Derechos Humanos que ocurren en nuestro país, es parte ya de su repertorio y típico comportamiento al verse acosado por la realidad. Referirse a lo que él denomina imperio, quizás en parte por un complejo de inferioridad, hace evidente que se le olvido su obligación derivada de la constitución para garantizarlos a cada ciudadano sin excepción. Se le olvido al Presidente Chávez, que la seguridad de los ciudadanos es su responsabilidad y es Venezuela uno de los países más inseguros de la América Latina, prácticamente cada ciudadano ha sido objeto de un robo, en otros caso aun peor la muerte de un familiar. Se le olvido al Presidente el número creciente de presos y perseguidos políticos, solamente privados de una legítima defensa por caprichos desde la cúpula del poder. Ese comportamiento político es que uno espera de un gobierno totalitario, militarista, cuyo objetivo es permanecer en el poder, cuan dañinos son sus olvidos para los venezolanos.

Entiendo el comportamiento político como una forma equilibrada, honesta, de los partidos para con la sociedad, haciendo valer aquello; “el interés general está por encima del particular”. Pero el comportamiento político de la oposición de partidos, de organizaciones de la sociedad civil en las actuales circunstancias que atraviesa nuestro país, deja mucho que desear, siempre con sus excepciones. Lo anterior, en virtud de cómo se lleva la discusión pública para la selección de candidatos, el tema en general ha sido nombres y apellidos, sin una discusión sobre una propuesta a los ciudadanos que obligue a esos candidatos ante los venezolanos su compromiso para ejercer el poder legislativo.

Cuando el Presidente Chávez, intenta meterle miedo a la población diciendo; vienen por mí, vienen a cambiar las leyes, y con ello viene a sacarme del poder. Pienso efectivamente así es, pues se trata de tener leyes que atiendan a los ciudadanos, que estén alienadas con la constitución vigente y es objetivo en un país democrático, optar por el poder y sacar a quien este mandando.
Evidentemente es insólito que una sociedad tenga que recurrir a un proceso de elección popular para liberar hoy presos políticos, ese es parte del compromiso político con la sociedad. Pero para asombro de muchos de nosotros que estamos presos desde afuera resulta aun mas insólito, la mezquindad de algunos para limitar la participación de estos ciudadanos dignos de representarnos, pues a diferencia de algunos que aspiran hasta propuestas públicas en sus áreas de especialidad han hecho para mejorar al país a la par que logran su libertad, este es otro comportamiento políticos muy difícil de entender.

A quienes nos toca vivir el exilio ciudadano, nos asombra como el comportamiento pareciera o pretende ignorar esta nuestra realidad, cuando no se escucha una mención clara para generar instrumentos para el cese de esta forma de persecución.

Resulta una gran incógnita como reaccionaran los ciudadanos, por el comportamiento político de quienes no aceptan el liderazgo natural en los estados, ejemplo como el de Enrique Mendoza son una muestra. Cuando todos saben que en el estado Miranda su figura, su capacidad de organización permitió la salida de Diosdado Cabello en Miranda y así imagino habrán mas ejemplo que por razones del distancia desconozco.

Si nos diéramos cuenta de cómo esta supuesta revolución bolivariana, viene acabando con nuestros principios y valores, con el gentilicio venezolano, y como pretende cada día sancocharnos, sería de esperarse que el comportamiento político cambiase y se diese cuenta que ahora él país está por encima de cualquier interés particular.

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