Rafael Gallegos
A riesgo de parecer un tanto cursi, pensamos que Venezuela tiene una barrigota, Que es cuestión de pocos meses el parto de una nueva era. El que tenga ojos que vea. Pronto romperá fuentes. Es que las sociedades, como los seres vivos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Hoy, nos toca reproducirnos. Y no es la primera vez que la patria alumbra. Tiene los mismos síntomas que en 1810 o 1958. Fechas de enfrentamientos triunfantes contra las autocracias.
¿Y cuáles son los síntomas? Nada nuevo, lo mismo de siempre. Autocracias fracasadas cuyo logro más grande es verse el ombligo. Cansancio de la gente común, o sea usted y yo, ante tanto abuso gubernamental. Fracaso continuado del gobierno. Y sobre todo GOBIERNOS COMIÉNDOSE LA FLECHA DE LA HISTORIA.
Veamos; en 1810 los pobladores de la Capitanía General de Venezuela vivían mayormente del contrabando. Era la respuesta a la atrasada España por su monopolio comercial. Y Venezuela era una de las provincias más pobres. La población diezmada por la mala alimentación y enfermedades endémicas como el paludismo. Los vientos de las modernas concepciones de la Revolución Francesa ya refrescaban los rostros de los más avanzados. Democracia, igualdad, libre comercio. EL ABSOLUTISMO ESPAÑOL SE COMÍA LA FLECHA DE LA HISTORIA. Venezuela quedó embarazada por tanto anacronismo y disfuncionalidad. Y alumbró una nueva era: la Independencia.
En 1958, los síntomas fueron parecidos. La dictadura constructora y represiva de Pérez Jiménez se agotaba. Los crecientes endeudamiento e iliquidez, atentaban contra su sostenibilidad. La situación económica vislumbraba el acabose del pleno empleo de los años cincuenta. La represión aterraba al pueblo. Por cualquier cosa se podía aterrizar en los tenebrosos sótanos de la Seguridad Nacional. Pero miedo se fue transformando en cólera… la cercanía del glorioso 23 de enero fue haciendo realidad el poema: “y mi cólera arde y el miedo se me quema en la cólera”. El fraude continuado del las elecciones de 1952 y el plebiscito de 1957, ya no rendía dividendos. Odría, Perón, Rojas Pinilla, los militarotes latinoamericanos, se tambaleaban hasta el derrumbe. Caían como barajitas en América Latina. Pérez Jiménez fue la antesala de Chapita y de Batista. Ya las dictaduras SE COMÍAN LA FLECHA DE LA HISTORIA. Venezuela alumbró otra nueva era: la Democracia.
SÍNTOMAS DEL PARTO 2012
Hoy, luego de trece años de decadencia (hará falta algún Mariano Picón Salas que escriba “Memorias de otro venezolano de la decadencia”) los síntomas de parto son más que evidentes. La agricultura, la industria, el petróleo, parecen haber sido cortadas por un rasero hasta la mitad. O sea… improductividad, desempleo, marasmo y hambre. Si hacemos las proyecciones para el 2020, reflejaremos un erial. De la dependencia de las instituciones, ni hablar. De la pobreza disminuida... sí como no, ahora resulta que los venezolanos somos los ricos más suigeneris del mundo: sin casa, sin empleo, sin seguridad, sin hospitales. La envidia de un sueco. ¿Saben por dónde ven los suecos la pobreza? Por el cable. ¿Y nosotros?... levante la vista al majestuoso Guaraira Repano. Mientras el mundo avanza hacia el capitalismo con políticas sociales, Venezuela lo hace hacia el fracasado modelo cubano. Mientras el civilismo avanza en los países exitosos, nos quieren vender el cuento cívico-militar. ESTE GOBIERNO, más que los españoles de la Colonia o que el Pérez Jiménez de la internacional de los sables… SE COME LA FLECHA DE LA HISTORIA.
Más síntomas: ¿quién puede negar la generación de venezolanos honestos y preparados, listos para tomar las riendas de la patria? Cualquiera de los precandidatos opositores tiene un curriculum (estudios y experiencia) infinitamente superior al del presidente en 1.998. La UNIDAD es otro síntoma, rafleja la toma de conciencia de la imperiosa necesidad de los venezolanos para trabajar unidos. Y la decisión irreversible de este pueblo, que ya quemó el miedo en la cólera, acelera el parto.
Venezuela está nuevamente embarazada. Ayudemos a parir la nueva era: LA DEL DESARROLLO EN DEMOCRACIA. Libertad, estrategia de desarrollo, pobreza cero, separación de poderes, elecciones limpias, propiedad privada, respeto al adversario… he ahí en pocas palabras, todo un programa de gobierno para entrar por fin, al siglo XXI. Siempre vamos atrasados; Picón Salas dijo que el siglo XX venezolano comenzó en 1936, a la muerte de Gómez. Pero como en la ranchera: no hay que llegar primero, hay que saber llegar.
María Corina, Arria, Pérez, Capriles, Medina. Quien gane estará bañado de multitudes y llevará la bandera hacia un siglo XXI marcado por la calidad de vida.
A votar TODOS el 12 de febrero. Ayudar a nacer al niño, es un deber patriótico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario