Rafael Gallegos
La Historia militarista que hemos padecido, pretende indicarnos que la “valentía” está del lado de los guerrilleros, de los golpistas o simplemente, de los quema carros. Esa misma historia predica que los patriotas de la gesta independentista y años subsiguientes fueron los militares y se olvida del rol fundamental que jugaron Juan Germán Roscio, Cristóbal Mendoza, Fermín Toro, Santos Michelena, José María Vargas y toneladas de civilistas valiosos. Y adrede, se empeña en recordarnos más al Bolívar militar, que al político fundador de países.
Y así, hemos sido una nación gobernada por militares durante 129 de los 182 años transcurridos desde la separación de Colombia. Venezuela fue gobernada los primeros 45 años del siglo XX por militares, hasta el advenimiento de Rómulo Betancourt. Al final de ese siglo los militares totalizaron 58 años gobernando. Triste y subdesarrollado record; pero aunque usted no lo crea, mejor que en siglo XIX a partir de 1.830, cuando con la excepción de Vargas, Rojas Paúl y Andueza, nos presidieron puros generales. Como al personaje de Rómulo Gallegos, le ponían al hijo varón un machete debajo del brazo para que llegara a Presidente de la República. Y del siglo XXI… ni hablar. ¿Algún país desarrollado se acercará a este triste record? Ni lo dude…NO. Este record sólo se compara con los países más atrasados del planeta.
Sin embargo, la historia nos demuestra que hay que tener más guáramo para implantar y sostener la democracia. Que es más valiente el torturado que el torturador. Como la lección de valentía dieron los imberbes seminaristas y universitarios que el 12 DE FEBRERO de 1812 enfrentaron al terrible Boves en La Victoria. O la lección de guáramo que dieron los jóvenes de la gloriosa generación del 28, que ofrendaron su vida por la democracia, ante el retrógrado dictador Gómez. Les cambiaron la comodidad de sus hogares por La Rotunda, Palenque, Puerto Cabello y tanto sitio de horror. O por hambrientos exilios. Por cierto, nuevamente recomiendo la lectura de “Memorias de un Venezolano de la decadencia” del gran José Rafael Pocaterra, a quien por un lapsus, no le otorgué la autoría del libro en la columna anterior. Allí se verá el guáramo de los que defendieron la democracia contra Castro y Gómez. También dieron lección de valentía los patriotas que enfrentaron la dictadura militar de Pérez Jiménez. Guasina, Sacupana, SN. Torturados, muertos, exiliados… por defender la democracia.
Luego Betancourt, Carlos Andrés Pérez, Villaba, Caldera, Prieto, Leoni y otros demócratas, demostraron su guáramo al derrotar la subversión comunista y totalitaria encabezada por Fidel Castro. EL COMUNISMO NO PASARÁ, dijo el valiente pueblo venezolano. Y se implantó la democracia. A punta de guáramo sacaron a Castro y sus acólitos de Venezuela.
Porque para defender la democracia, se requiere valentía. En las autocracias para ir a votar, hay que vencer el miedo. Y estar convencidos, como cuando la candidatura del prócer civil Jóvito Villalba: “votos sí, balas no”.
Y la Gente del Petróleo (a mucha honra) ha dado lecciones de valentía, sobre todos esas mujeres de guáramo infinito expulsadas a planazos de sus casas en Los Semerucos y otros campos petroleros. Más valientes que los militares que las reprimieron. Valientes también, los jóvenes que a raíz del cierre de RCTV colmaron la calle para no abandonarla y que el 12F pronostico, saldrán a votar masivamente para defender la democracia.
Ojo, también hay militares civilistas como Larrazábal, o los legendarios Mario Vargas, Droz Blanco, los militares que lucharon contra Pérez Jiménez, quien seguramente se llenaba la bocota ante sus íntimos y adulantes jactándose en el mejor estilo “revolucionario”: la fuerza armada es perejimenizta. Militares civilistas como los que defendieron la democracia contra la funesta guerrilla de los sesenta. O los que defendieron la democracia contra las intentonas de 1992.
¿QUIÉN DIJO MIEDO?
La cólera arde y el miedo… se quema en la cólera. El pueblo emerge indignado contra tanta desfachatez. PDVSA prequebrada, las empresas básicas de Guayana casi desaparecidas, la agricultura por la mitad, las industrias ídem, las instituciones mediatizadas, el alma nacional dividida, la propiedad privada diezmada, la inflación más alta de América, la violencia multiplicada n veces… ¿ ese es el programa de gobierno de la “revolución”? Y así, ¿pretenden ganar las elecciones? Como decía mi padre, en lugar de votos deberían pedir perdón. Y ahora… pretenden inyectar miedo.
El 12F aflorará un pueblo con guáramo, ávido de justicia, de libertad, cansado de tanto atentado contra el futuro. El preámbulo de la valiente rebelión civil del 7 de octubre. Y es que ante este nefasto cuadro, los venezolanos tendríamos que ser masoquistas para no votar por el candidato unitario que, bañado de masas, emergerá el 12F.
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