lunes, 30 de mayo de 2011

SANCIONES

Alberto Quiros Corradi
 
Las sanciones del Departamento de Estado a PDVSA, por las cuales la oposición no debe alegrarse ni el oficialismo rasgarse las vestiduras, han provocado una fuerte reacción del régimen y otra de la oposición que puede resumirse así: Condenamos la acción unilateral del gobierno de USA pero no apoyamos la política exterior de Chávez. Dado que los Estados Unidos así como la ONU y la Unión Europea han impuesto sanciones a Irán y a los países que violan las restricciones al comercio con ese país, cabe preguntarse si las impuestas a PDVSA se pueden considerar unilaterales o están dentro de un marco más universal. El Consejo de Seguridad de la ONU en julio 2010 en su resolución 1929 estableció sanciones por la política nuclear de Irán y le permitió a los estados miembros imponer sus propias sanciones. La Unión Europea lo hizo por el lavado de dinero y los Estados Unidos, el 05 de julio de 2010, anunció las suyas para aquellos países que vendieran o transportaran gasolina a Irán. Esta resolución se basó en una más amplia de 1996. 
 
De manera que aunque las sanciones son por disposición propia se insertan en una decisión amplia de la ONU. No parece, a primera vista, que haya unilateralidad si se solapan varios actores. En todo caso, unilaterales o no, las sanciones estaban anunciadas y si nuestro presidente apoya al enemigo de otro que corra con las consecuencias y que responda a la nación por su absurda política exterior. Dicho esto, las sanciones no afectan la operatividad de PDVSA. Ni en lo financiero ni en lo comercial. PDVSA no requiere dinero del Eximbank porque obtiene financiamiento de China y Japón. En lo comercial, PDVSA seguirá exportando crudos y productos a USA y Citgo los distribuirá sin dificultades. Queda pendiente establecer si la sanción tecnológica tiene algún efecto negativo. Esto requiere aclararse. La gran pregunta es, conociendo a Chávez y al régimen ¿Por qué USA decide sancionar “sin sancionar” a PDVSA sabiendo que la reacción iba a ser la que fue, corriendo el riesgo de fortalecer a Chávez y poner a la oposición en una situación difícil? Las sanciones internacionales por lo general refuerzan el sentido nacionalista de los pueblos y ponen sobre el tapete detonantes emocionales como la soberanía y la autodeterminación. ¿Por qué comete el Departamento de Estado ese error político? No hay sino dos razones para explicarlo. 
 
Una es que las “sanciones” son la primera fase de algo mucho más duro por venir. Por eso, la respuesta de que Venezuela reforzará aún más sus relaciones con Irán es, por decir lo menos, imprudente. La otra razón puede ser una reacción a la presión del grupo radical republicano en el Congreso norteamericano, que pide acciones drásticas contra el régimen de Venezuela al que acusa de simpatizar con narcotráfico y terrorismo. De ser este el caso, el Departamento de Estado habría tratado de reducir estas presiones estableciendo “sanciones”, que en la práctica no lo son, quizás con la esperanza de que el régimen de Venezuela le diera el beneficio de la duda y no reaccionara como lo hizo (Una ingenuidad). Sea cual fuere la razón, al ser vinculados con estados forajidos hemos entrado como país en un cauce peligrosísimo, del cual solo una diplomacia profesional nos puede sacar. Los países tienen que anteponer sus intereses a la tentación de subir al “cuadrilátero” a la menor provocación. Pasado el primer capítulo de acción y reacción, ojalá que los ánimos puedan calmarse para que las partes analicen el problema como estadistas y no como camorreros.

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