domingo, 17 de mayo de 2009

DINOSAURIOS PETROLEUM COMPANY

Rafael Gallegos

La “heroica” toma de las lanchas del Lago de Maracaibo significa el lanzamiento de un misil gerencial hacia la prehistoria. Y con esos esquemas gerenciales superados hace más de treinta años perdemos todos. Pierden los empresarios que se quedan en la calle; los administradores y conexos de esas actividades que no serán empleados en PDVSA; los propios trabajadores “y que” incorporados, ¿cómo cumplirá esa empresa con las expectativas de estos, si no puede con los actuales? ; pierden los pobladores de la zona, cuyas alcaldías dejarán de percibir más del 50 % de los ingresos y finalmente, toda Venezuela, que impotente observa como se le deshace ante sus ojos su principal industria, otrora modelo mundial y orgullo de los venezolanos. Puro retroceso. Como en el cuento de Monterroso, los venezolanos nos despertamos y el dinosaurio estaba allí. Pastando torpemente sobre nuestras reservas de petróleo.


Mientras las transnacionales petroleras del mundo entero colocan un tigre en su tanque, que además de rugir incrementa la velocidad de sus empresas y obliga a continuos progresos tecnológicos; los petroleros de la “revolución” sustituyen al tigre por un dinosaurio. O sea, colocan un dinosaurio en su tanque… en pleno siglo XXI. Tan pesado que el único movimiento que provoca es de aplastamiento. Puro retroceso. Antes éramos 45.000 trabajadores y producíamos crecientes 3,3 millones de barriles. Ahora son 100.000 y apenas producen decadentes 2 millones. Gerencia en barrena. ¿Es eso lo usted quiere para nuestra industria petrolera?


¿De verdad creerán que al estatizar 300 lanchas, estas prestarán mejor servicio? Los deslenguados dicen que la productividad de las lanchas mejorará porque obligarán a los pilotos a ser rojos rojitos y cambiarán la tecnología de las lanchas por tecnología cubana, de la que usan los balseros que prefieren los mordiscos de los tiburones al paraíso socialista de los hermanos Castro. Y encima se jactan calificando a este desaguisado como “segunda Batalla Naval del Lago”. A este paso la única batalla histórica será la de los venezolanos libraremos contra el hambre que genera tanta demagogia junta.


Si siguen es esta tónica, mañana estatizarán los taxis y los autobusetes en los que se traslada el personal. Y emplearán a los choferes en PDVSA. Luego estatizarán los restoranes de la calle donde comen los trabajadores y emplearán a todos los cocineros. Y después irán por los supermercados e increementarán la nómina con los cajeros. Y luego con los camiones y los camioneros que surten los supermercados. Hasta que cientos de miles de venezolanos trabajen en nuestra principal industria. Algo así como un bululú empresarial que produzca a duras penas millón y medio de barriles. Ah! y sueldo mínimo para todo el mundo, al mejor estilo comunista.


¿petrolera con cucharilla?


Qué es preferible, ¿ una industria petrolera dinámica con digamos, 60 o 70.000 trabajadores, que produzca seis millones de barriles por día y genere al país por ejemplo cien mil millones de dólares a año que bien utilizados se transformen en calidad de vida? ¿O una industria dinosáurica, con cientos de miles de trabajadores en nómina, mientras el país languidece por falta de recursos? O ponemos tigres, o ponemos dinosaurios en el tanque. He ahí el dilema.


Se cuenta que en los inicios de la revolución china unos expertos gerenciales observaron como se desarrollaba la siderúrgica excavando con palas. Le explicaron a Mao cómo hacer esa empresa más eficiente utilizando maquinarias. Mao les dijo que sólo quería generar empleo. “Si de eso se trata le resulta mejor ponerlos a trabajar con cucharillas”, fue la observación final de los expertos. ¿Será que el esquema de la “revolución” implica una petrolera con cucharillas? Tal vez ese sea el trasfondo. Volver al país un erial “para comerte mejor”. Al comunismo le conviene un país sin resortes para la protesta, como Cuba, Zimbabwe o Camboya. Una Venezuela donde todos dependan de la tarjeta de racionamiento, de un empleo del gobierno, de casas asignadas y jamás propias.


Si el fracaso petrolero es por ignorancia o por estrategia, ese no es nuestro problema. Tenemos que luchar por una industria petrolera de alta tecnología, bien gerenciada, produciendo los seis millones de barriles que impone nuestro nivel de reservas. Ello implica, en contra de los deseos de la “revolución” distribuir poder, activar resortes de libertad y el cambio de liderazgo. Conformar un país donde los dinosaurios sean problema de antropólogos y no de políticos. Insisto, es urgente conformar un Frente Petrolero que rescate a nuestra industria pivote antes que su fracaso se convierta un agujero negro por donde se vaya el futuro de Venezuela.


1 comentario:

Magda dijo...

Hola. En mi Blog te deje un premio. http://www.libertadpreciadotesoro.blogspot.com
Saludos. Magda

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