Los números de hoy son peores que hace un cuarto de siglo, por políticas públicas equivocadas
Hace 25 años, en 1984, nace el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice-Libertad). Ronald Reagan es el presidente de Estados Unidos de Norte-américa, Jaime Lusinchi está comenzando su cuestionable presidencia en Venezuela, el ministro de Energía y Minas es Arturo Hernández Grisanti, y el presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) es el geólogo Brígido Natera.
¿Qué sucedía en materia petrolera en el país en esa fecha? La excelente Cronología del Petróleo Venezolano de Aníbal Martínez cuenta que en ese año Pdvsa anuncia al mundo que en las entrañas de la Faja del Orinoco hay 188 millardos de metros cúbicos de petróleo (1.182 millardos de barriles), de los cuales podrían extraerse 32 millardos de metros cúbicos (201 millardos de barriles) por mecanismos primarios (esas cifras después se revisarían hacia abajo); la gasolina de motor deja de tener el precio único de Bs. 0,30 el litro; se descubren los campos petroleros Guafita y La Victoria en el estado Apure, en la frontera con Colombia; se construye en el país el primer equipo para perforar por petróleo en el lago de Maracaibo; el ministerio de Energía y Minas elimina la exitosa Comisión Coordinadora para la Conservación y el Comercio de los Hidrocarburos, creada en 1959 por Juan Pablo Pérez Alfonzo (conceptualmente la antecesora de la OPEP), la cual se encargaba principalmente de fijar los volúmenes a producir y exportar por las concesionarias, y fijar los precios de los crudos venezolanos para efectos del pago de regalías y otros impuestos; y se autorizó la construcción del gran gasoducto de 802 Km. para transportar gas metano desde los campos del estado Anzoátegui hasta Barquisimeto en el estado Lara.
Veamos qué decía el anuario oficial del ministerio de Energía y Minas, Petróleo y Otros Datos Estadísticos (PODE): la población venezolana era de 16.851.000 habitantes; los hidrocarburos aportaban 25,4 % del producto territorial bruto y 60,7% de los ingresos fiscales ordinarios; las exportaciones petroleras representaban el 88,2% del total; la industria petrolera tenía 38.401 trabajadores (0,7% de la población económicamente activa); las exportaciones petroleras fueron de Bs. 85.714 millones (88,2% del total), de hierro 928 (0,9%) y de café/cacao 394 (0,4%). El resto de las exportaciones fue de Bs. 10.178 millones (10,5%); las importaciones fueron de 47,5 millardos de bolívares; el precio de la cesta petrolera fue de 25,42 USD/barril, y el de los productos de refinería 29,2 USD/barril, recordando que el tipo de cambio era de Bs./USD 12,53; las reservas de petróleo eran de 28 millardos de barriles y se habían producido un total de 38,8 millardos de barriles de petróleo desde que se comenzó a contabilizar la producción en 1917; por los cierres de la OPEP la producción se situó en 1,8 millones de barriles diarios (mbd) -recordemos que la producción mundial fue de 54,6 mbd-; se refinaron 0,9 mbd; se exportó 1,0 mbd de petróleo y 0,5 mbd de productos (0,67 mbd de petróleo y productos a Norteamérica); el mercado interno era de 372.422 barriles diarios, de los cuales 161.355 eran de gasolinas de motor; se completaron 772 nuevos pozos productores; 11.659 pozos estaban produciendo y 14.303 estaban cerrados y eran capaces de producir; las reservas probadas de gas alcanzaron los 58,9 billones de pies cúbicos y se produjeron 1.988 millones de pies cúbicos diarios (mpcd), y se consumieron 609 pcd.
Industria próspera 25 años después, Venezuela debería estar produciendo más de 5,0 millones de barriles diarios de petróleo y tener una industria petrolera próspera, con cientos de empresas nacionales e internacionales participando en esa producción, con el pleno desarrollo de la Faja del Orinoco, con una industria de gas natural enteramente desarrollada costa afuera y satisfaciendo el mercado interno por tubería a escala nacional, con una industria petroquímica de punta, soporte de la industrialización de gran parte del gas producido. Deberíamos estar exportando gas metano en forma líquida. Nada de esto ha ocurrido, y los números de hoy son peores que hace un cuarto de siglo, por unas políticas públicas de Estado equivocadas en materia de energía, con un Estado empresario que asfixia al sector privado, vicio tantas veces criticado por Cedice a lo largo de estos años.
En el Centro de Estudios sobre Energía de Venezuela (CEEV) de Cedice-Libertad se discuten y se hacen propuestas para que la industria petrolera venezolana salga adelante.
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