sábado, 2 de mayo de 2009

Al jefe del CORE 5

Eddie Ramirez

Nuevamente la Guardia Nacional arremetió en contra de ciudadanos pacíficos, muchos de ellos de edad avanzada. Lamentablemente, este cuerpo se ha hecho acreedor del repudio de los demócratas. Todavía perdura en nuestras mentes el cobarde asalto, en horas nocturnas, de los chacales del Destacamento 44 a las familias de Los Semerucos, Estado Falcón. También el asesinato de Evangelina Carrizo en Machiques por disparos de un oficial de la Guardia. Igualmente las agresiones en la avenida Libertador en febrero del 2004 y el asesinato de nuestro compañero de Gente del Petróleo Jose Manuel Vilas, en San Antonio de los Altos.


En esta oportunidad, hoy 1 de mayo del 2009, el general Alirio Ramírez intenta justificar la agresión alegando que un grupo de jóvenes intentó pasar la barrera establecida en la avenida Universidad a la altura de la Fiscalía, institución que ha estado muda ante los cientos de atropellos violatorios de los derechos humanos. Al respecto, le hacemos notar a este general que no era procedente interrumpir una marcha pautada hasta la Asamblea Nacional desde marzo de este año. ¿Es posible que usted, señor general, no entienda que todos los venezolanos tenemos derecho a marchar y no solo los adeptos a la marabunta revolucionaria? ¿Acaso su sumisión y deseos de agradar al autócrata no le permitan darse cuenta que está incurriendo en un delito? ¿Considera usted que esa marcha a la Asamblea ameritaba dispersarla por poner en peligro al régimen o por causar daño a la propiedad?


Su actuación de hoy, señor general, es aún más grave, ya que sus guardias no solo lanzaron las bombas delante de las personas que estábamos en la Fiscalía, para dispersarnos, sino que también las lanzaron detrás de los manifestantes para encerrarnos y causarnos daño. Además, en una operación militar sincronizada, también lanzaron bombas a quienes estaban a la altura del Metro de Bellas Artes, muy lejos de la barrera que arbitrariamente usted colocó como punto final de la marcha siguiendo instrucciones del teniente coronel autor intelectual de la masacre del 11 de abril del 2002. Por esta agresión innecesaria e injustificable, señor general, reciba mi manifestación pública de rechazo.


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