Gustavo Coronel
MASADA
Mi reflexión dominical
***** Ya se agotaron las palabras. Ahora tienen que venir las acciones.
Señora Ministro de la Defensa y previos titulares de esta cartera durante los últimos 15 años de ignominia
Señores Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia
Señoras y señores del Poder Moral
Señor Presidente de la Asamblea Nacional
Señores Directores del Consejo Nacional Electoral
Señores miembros del Gabinete Ejecutivo
Señores presidentes y directores de las empresas del Estado
Señores embajadores de Venezuela en los diferentes países del mundo y en las organizaciones internacionales
Han llegado a la última parada del autobús que los lleva a la cárcel. Si no se bajan aquí, ya no se bajarán.
Independientemente de sus preferencias ideológicas o de como ustedes hayan actuado durante estos 15 últimos años es
imposible que no puedan apreciar objetivamente la trágica situación de
Venezuela: nuestro país está en caos. Todos los índices económicos,
sociales y politicos son desfavorables y apuntan hacia una profunda
crisis acompañada de probable violencia. Ya estamos allí. Lean el
análisis demoledor que hace uno de sus ex-ideólogos, Heinz Dieterich,
quien pronostica la pronta salida del aprendiz de brujo, Nicolás Maduro,
del gobierno. Mucha de la situación existente es debida a
la política suicida del gobierno del cual ustedes forman o han formado
parte. Por virtud de esa participación en lo sucedido ustedes son
co-responsables de la tragedia venezolana. No será posible para ninguno
de ustedes alegar que la responsabilidad era de otros. No. Todos ustedes
la comparten, a pesar de que hay quienes estén más directamente
involucrados que otros en el desastre. Quienes piensen, debido a su
conducta pasiva, que no han tenido parte en este horror tendrán que
aceptar que han sido cómplices por omisión, por haber guardado silencio
culpable ante los eventos que han ocurrido en nuestro país. Nadie que
haya compartido o aceptado en silencio estos últimos 15 años de
tragedias y fracasos es inocente. Los nombres de cada uno de ustedes son
bien conocidos y ninguno podrá evadir su responsabilidad en la debacle. La deshonra les espera y, lamentablemente, tocará a aquellos allegados
que no hayan sabido deslindarse de la gran conspiración de
invertebrados morales que ha generado nuestra ruina económica y moral.
Si en el pasado la memoria de los venezolanos ha sido corta, en
esta ocasión la magnitud de la ineptitud, de la corrupción y de la
vulgaridad en función de gobierno no permite el olvido. Millones de
venezolanos nos encargaremos de que Venezuela ni olvide ni perdone.
Todavía
algunos de ustedes tiene tiempo, aunque no mucho, para hacer un gesto
de dignidad venezolana frente a la debacle. No sé si quedará en el grupo
arriba enumerado alguien con decencia residual suficiente para hacer
ese gesto, pero no está demás hacerles un último llamado. Se trata
simplemente de pensar en la Nación. Hay miembros de este grupo de
burócratas que, en algun momento del pasado, mostraron
credenciales democráticas. Es a ellos a quienes les pedimos ese gesto.
Este es un régimen que se viene abajo y apuntalarlo para conservar
posiciones y riquezas mál habidas es engañarse. Más temprano que tarde,
atrapados en el barco hundido, tendrán que enfrentar la justicia, así
como el desprecio de sus compatriotas y el deshonor que ya los cubre.
Es
necesario hacer un llamado a los miembros de esas instituciones,
colocados en posiciones jerárquicas subordinadas, quienes pudieran no
estar de acuerdo con lo que está sucediendo. Estos venezolanos deben
romper su silencio sin demoras y adoptar una postura verdaderamente
ciudadana, rebelándose abiertamente contra el régimen. Como
ciudadanos no solo tenemos derechos sino también deberes y el
fundamental es el de insurgir en contra de un régimen legítimo y abiertamente
nocivo para la Nación. Como venezolano amante de la democracia y de la
libertad llamo a la rebelión abierta contra la pesadilla que nos oprime.
Ya el mañana amaneció. Y el Diablo no canta más.
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