Rafael Gallegos
Una paradoja de los viajes en el tiempo, consiste
en que si una persona viaja al pasado, localiza a su abuelo cuando era un niño
y lo mata, entonces, esa persona,
desaparece. Claro, si mata al abuelo, no puede nacer, y mucho menos, hacer
el viaje.
Los regímenes comunistas, panas y modelo del que
padecemos, también tienen sus paradojas. Es más, son una paradoja. Se bautizan con
el pomposo nombre de “dictadura del proletariado”, pero ni siquiera dejan que
el cacareado proletariado opine o escoja
a sus gobernantes, ni que produzca bienes y servicios más allá de las dádivas de un estado
ineficiente. De hacerlo, oh! paradoja roja rojita, les pasaría como a nuestro
viajero del tiempo y tendrían que desaparecer, tal como le sucedió a URSS,
China, los comunismos europeos tras la cortina de hierro, y todos esos
totalitarismos que a Dios gracias, son historia antigua.
La poderosísima URSS, implotó a punta de
ineficiencia, desigualdad y llamemos las cosas por su nombre: hambre. De nada
les sirvieron sus “gigantes”: el fundador Lenin, o el de las purgas de Siberia,
Stalin; ni el partido comunista más grande del mundo; ni los vergonzosos
tanques de Hungría o Checoslovaquia que reprimieron ferozmente al “pueblo”, en
el nombre de la “revolución mundial”. A
la hora de implotar, implotaron. La grandeza de Gorbachov, consistió en
darse cuenta que la fiesta había terminado.
El muro de Berlín, también implotó- como si sus
piedras hubieran saltado desde dentro- finalizando
así el fracasado comunismo de Europa Oriental. El nivel de vida de los trabajadores de los países comunistas, era
ínfimo comparado con el de sus equivalentes del capitalismo del resto de
Europa. Los obreros tras la cortina de hierro, según los deslenguados, solicitaban
capitalistas, para que los explotaran. “Solicito oprobioso capitalista que me
explote”. Preferían ser "explotados" del capitalismo con casa, nevera, televisores
a colores, colegios buenos, libertades, etc. Es decir, preferían la prosperidad
del capitalismo europeo, a la pobreza de la “gloriosa” y represiva revolución
soviética. Sabían que ser pobre, es malo.
Hoy, la poderosa Corea del Norte, la misma que
amenaza al mundo con armas nucleares, la madre de los líderes también eternos y
también gigantes: Kim abuelo, Kim hijo y Kim nieto… es socorrida periódicamente
en sus hambrunas - sí, hambrunas revolucionarias- por la capitalista Corea del Sur. Ironía de ironías.
Por su parte China, la gigante y al paso que
vamos eterna acreedora de la “revolución bolivariana”, para superar sus
hambrunas comunistas, que también las tuvo, encontró en el capitalismo la
puerta de salida. Solo el capitalismo salva, y que dijeron sus líderes,
cansados de tanta demagogia.
En Venezuela, los “revolucionarios”, que por lo
visto estudian historia en los libros pre muro, pre Japón, pre dragones
asiáticos, pre Chile y sobre todo pre computadoras y pre Internet, enfrentan su
paradoja. La misma paradoja de todos los comunismos. Si siguen como van,
implotan y si cambian la ruta, tendrán que negarse, tragarse su discurso y
reconocer este monumental fracaso.
Se solicita profesor – actualizado- de historia
contemporánea.
ENTRE
LA NEGACIÓN Y EL COLAPSO
Gigante, el problema en que nos ha metido la
“revolución”. Han descendido vertiginosamente desde la intención de arreglar el
mundo y luchar contra el imperio norteamericano, hasta… contener la creciente
escasez de comida.
La principal preocupación del gobierno ya no es denunciar
la explotación capitalista, ni luchar contra los molinos de viento del mundo,
ni detectar los desagradables olores de azufre. Ahora la prioridad es más
banal: buscar comida para el pueblo. Y como está la cosa, no es fácil.
Ya que gracias a los exprópiese, las invasiones,
las confiscaciones y la mala gerencia socialista, no producimos comida
suficiente y la prioridad, es importarla.
Para ello deben buscar dólares en un mundo que ya no les quiere prestar
a menos que… cambien caraotas y carne, por
la joya de la corona, léase petróleo. Luego deben gerenciar la compra en el
extranjero… ellos, que están tan raspados en gerencia. Después, les corresponde
colocar la comida en los puertos venezolanos y que no se les pudra… sin
comentarios. No es fácil, como dice el Ciudadano.
¿Cuánto tardarán en reconocer lo que ya es dominio público? Que fracasaron. Que la
única puerta de salida para esta crisis… es el capitalismo. Que el socialismo
es una farsa. Muy simple, o se niegan, o colapsamos.
Nada nuevo
bajo la sombra de los regímenes fracasados. Como la China comunista, o Rusia, o
Europa comunista… la salida de esta “revolución”, es el capitalismo.
Tanto nadar para ahogarse en la orilla.
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