¡Qué vaina echó la fulana plataforma ! No solo se hundió ella sino que también sumergió al teniente coronel, a Giordani y a unos cuantos vivos en PDVSA. Su inmersión en aguas costeras del Estado Sucre, sacó a flote que no era una plataforma para perforar y extraer gas, sino una “formaplata”, es decir una generadora de plata, para unos vivos que pensaban que por estar semisumergidos en la revolución pasarían desapercibidas sus actividades en los bajos fondos marinos.
Giordani, siempre actualizado en cuanto a conocimientos, había declarado que la tal plataforma “era orgullo de la ingeniería venezolana”. El desgraciado hundimiento lo echó al agua, ya que la información internacional destacó que fue construida en donde abundan otros monjes que están más cercanos a Buda que a la revolución del monje criollo.
El teniente coronel dio la noticia candanga. Antes había afirmado que esa plataforma era una expresión más de la soberanía que la revolución había rescatado del capitalismo mesmo. Que la nueva PDVSA estaba operando con la mejor tecnología de punta. ¡Carajo! ¿Quién hundió a esa plataforma para dar pie a que los cables internacionales reseñen que tenía cuarenta años de construida? Seguramente ya el de Sabaneta ordenó a Chaderton que denuncié en la OEA que la CIA contrató a unos buzos margariteños para que perforaran los tanques de flotación. Porque, como siempre, a alguien hay que echarle la culpa. Esta vez no fue posible responsabilizar a Oswaldo Álvarez Paz, porque todavía estaba encanado.
El jefe Rojo-rojito declaró muy seriamente que el hundimiento se debió al fuerte oleaje imperante en la zona. Al parecer no ha ido a las plataformas del mar del Norte para observar lo que es un fuerte oleaje de verdad. Nos recordó las recientes declaraciones del ingeniero de una obra deportiva en El Tigre, a la cual se le derrumbó el techo y culpó al viento; ante este argumento, un poblador de la zona declaró que es conocido de todos que en El Tigre siempre sopla brisa y que si realmente hubiese soplado un fuerte viento se habría llevado hasta los cimientos de una obra tan mal construida.
Sin embargo, lo más grave no son esas declaraciones folclóricas a las que nos tienen acostumbrados el lenguatón, el monje y el rojo-rojito. Lo grave que sacó a flote el hundimiento de la plataforma son las denuncias de Ismael García sobre la contratación con sobreprecio y sin licitación que realizó PDVSA con los hindúes dueños de la empresa registrada en Singapur. Al parecer, esta plataforma era una formaplata, o sea una maquinita de hacer plata para unos vivos. Ya anunciaron que la misma empresa enviará otra plataforma, por lo cual cabe preguntarse ¿será que el negocio era hundirla y no extraer gas ¡Reconócelos pueblo!
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